El rol del sector privado en una estrategia del litio 2.0

A partir de 2035 no se venderán más automóviles de combustión interna en la Unión Europea (UE) y, en EE. UU., a partir de este año se entregarán beneficios tributarios a quienes compren un vehículo eléctrico. Aunque el resto del mundo aún no ha puesto metas tan exigentes como la UE, es un hecho que nos movemos de forma acelerada a un recambio del parque automotriz global en el que los vehículos tradicionales serán reemplazados por automóviles eléctricos. Este es el principal factor detrás del alza del precio del litio y se espera que continúe siendo determinante en los años que vienen. De hecho, se proyecta que la demanda por litio se cuadriplicará al 2030.

La situación de estrechez del mercado ha llevado a distintos países a aumentar su exploración y explotación, destacando los casos de Australia, China y Argentina. El aumento de la oferta, así como el incremento esperado del reciclaje, son factores que llevan a los expertos a pensar que el boom de precios podría durar algunos años, pero no sería permanente.

En este contexto, la posición de Chile es muy favorable, dado que tenemos las mayores reservas mundiales de litio. Sin embargo, nos hemos ido quedando rezagados en la producción y hemos perdido no solo participación de mercado, sino también la posibilidad de contar con mayores recursos para el financiamiento de las políticas sociales.

En2022, junto con el alza del precio del litio se elevó sustancialmente el aporte de las empresas del sector a las arcas fiscales. Solo una de las compañías que opera en Chile anunció que su aporte fiscal superó US$ 5 mil millones. Esta cifra alcanzaría, por ejemplo, para financiar un año completo de Pensión Garantizada Universal (PGU) y equivale a cerca de la mitad de lo que busca recaudar anualmente la reforma tributaria que se discute en el Congreso. (…)