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Comunidad UC lamenta partida del padre Gabriel Guarda y destaca su trayectoria


En la madrugada de este viernes falleció el religioso benedictino y el destacado exalumno de la universidad. Personas de distintas unidades académicas de la UC destacaron y recordaron atributos académicos y personales de quien fuera Premio Nacional de Historia en 1984.

Sacerdote Gabriel Guarda

photo_camera Profesor de Historia de la Iglesia en la Facultad de Teología y de Historia Urbana en la Escuela de Arquitectura de la UC, la carrera del padre Guarda alcanzó un hito importante en 1984. Ese año, recibió el Premio Nacional de Historia “por la destacada labor de investigación y docencia, las intensas actividades de difusión de la cultura histórica del país y sus notables aportes al conocimiento del pasado nacional”. 

Monje benedictino, historiador y arquitecto. Estas son tres vocaciones en las que el sacerdote y monje benedictino Gabriel Guarda (92) destacó a nivel nacional. En palabras del rector Ignacio Sánchez, se trató de un hombre de “muchísimas capacidades profesionales” e “innumerables virtudes humanas”.

“El padre Gabriel Guarda dedicó su vida al servicio de Cristo y su Iglesia. Su vocación religiosa es un ejemplo para los católicos, quienes lo despedimos con la esperanza en la resurrección”, dijo la autoridad académica sobre el religioso.

Su vocación religiosa es un ejemplo para los católicos, quienes lo despedimos con la esperanza puesta en la resurrección” - Ignacio Sánchez, rector UC.

Esta imagen corresponde a una de las últimas actividades públicas en las que participó el monje. Es del lanzamiento del libro "La Edad Media en Chile. Historia de la Iglesia" en el año 2017.

Misma opinión tiene el académico de la Facultad de Teología y hermano de comunidad del padre Guarda, Rodrigo Álvarez (o hermano Bernardo). "Su vida estuvo marcada por un vivo amor a la Iglesia y a su patrimonio artístico. Siempre vivió en plenitud la vida monástica. Los valores de la observancia, el silencio, la oración y el estudio se enmarcaron en una profunda relación con Cristo Resucitado", dice.

Profesor de Historia de la Iglesia en la Facultad de Teología y de Historia Urbana en la Escuela de Arquitectura de la UC, la carrera del padre Guarda alcanzó un hito importante en 1984. Ese año, recibió el Premio Nacional de Historia “por la destacada labor de investigación y docencia, las intensas actividades de difusión de la cultura histórica del país y sus notables aportes al conocimiento del pasado nacional”. 

Con una humildad que, según sus cercanos era característica en él, se mostró sorprendido con el reconocimiento y señaló que "Chile tiene historiadores de gran trayectoria" y que aquel jurado había actuado “benévolamente”. 

"Ninguno de los reconocimientos le llevó a perder la humildad de saberse hijo amado de Dios. Tanto sus palabras como sus acciones se concentran en la divisa: ¡ut in omnibus glorificetur Deus! (para que en todo sea Dios glorificado)", explica Álvarez.

"Su vida estuvo marcada por un vivo amor a la Iglesia y a su patrimonio artístico. Siempre vivió en plenitud la vida monástica. Los valores de la observancia, el silencio, la oración y el estudio se enmarcaron en una profunda relación con Cristo Resucitado" - Rodrigo Álvarez, académico Teología UC

Su intensa labor de rescate del patrimonio cultural arquitectónico, además de su participación en diversos proyectos patrimoniales, lo han hecho merecedor de importantes distinciones entre los que se cuentan el grado de ‘Doctor Scientiae Honoris Causa’ por la universidad (1999), el Premio Bicentenario (2003) y el Premio Conservación de Monumentos Nacionales (2004), entre otros.

Además, el valdiviano es responsable de más de 300 publicaciones sobre historia urbana y arquitectónica, orígenes e influencias de las construcciones coloniales de nuestro país.

El legado arquitectónico

Quienes conocían su trabajo destacan que el padre Guarda siempre consideró que las obras humanas son una forma para rendir alabanza a Dios. Entre las tareas desarrolladas por el monje, una de las más destacadas es la Monasterio Benedictino de la Santísima Trinidad, en la comuna de Las Condes. En esta construcción moderna, realizada entre 1962 y 1964 con el arquitecto Martín Correa, vivió enclaustrado, a pesar de salidas ocasionales, la mayoría para realizar clases. 

 Monasterio Benedictino de la Santísima Trinidad, proyectado por los monjes Gabriel Guarda y Martín Correa. Foto: Rafael Zanetta.

Según el director de la Escuela de Arquitectura, Luis Eduardo Bresciani, uno de los principales aportes del benedictino está, sobre todo, en la difusión del patrimonio arquitectónico.

"Sin su arquitectura e incansable investigación y promoción del patrimonio arquitectónico nacional, el valor que los chilenos le damos a la historia de nuestras ciudades y construcciones vernáculas no tendría la importancia social y cultural que hoy tiene para todos” - Luis Eduardo Bresciani, director Escuela de Arquitectura UC

“El padre Gabriel Guarda fue uno de nuestros más destacados e influyentes ex alumnos. Sin su arquitectura e incansable investigación y promoción del patrimonio arquitectónico nacional, el valor que los chilenos le damos a la historia de nuestras ciudades y construcciones vernáculas no tendría la importancia social y cultural que hoy tiene para todos”, explica Bresciani.

Las novedosas formas y el juego de luces y sombras del templo será una de sus grandes obras que permanecerá como legado de la genialidad de Guarda. 


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