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¿Cuáles son las perspectivas para una Comisión de Verdad y Reparación para víctimas de abusos?


La profesora de la Facultad de Teología, Claudia Leal.

En la actividad moderada por la profesora, Claudia Leal, se buscó profundizar en los criterios comunes y garantías mínimas que debiese tener una comisión de estas características.

La Facultad de Teología UC organizó un conversatorio sobre “Perspectivas para una Comisión de Verdad y Reparación” para víctimas de abusos sexuales al interior de la Iglesia. El panel estuvo conformado por la delegada Episcopal para la Verdad y la Paz, Andrea Idalsoaga; la doctora en Derecho y miembro del Centro de Derechos Humanos UDP, Judith Schonsteiner; y la militante de Revolución Democrática, Javiera Parada.

En la actividad, moderada por la profesora de la Facultad de Teología, Claudia Leal, se buscó profundizar en los criterios comunes y garantías mínimas que debiese tener una comisión de estas características.

En esta línea, ― y desde sus especialidades ― el panel de expertas coincidió en que una futura Comisión de Verdad y Reparación debe basarse, en primer lugar, en el conocimiento de la verdad, es decir, que toda la sociedad sepa qué ocurrió; segundo, en la transparencia, que dicha información esté al alcance de toda la sociedad y que las investigaciones a cargo de un ente autónomo y, finalmente, en la reparación tanto económica como psicológica de las víctimas y sus familias.

El conversatorio comenzó con la intervención de Andrea Idalsoaga, quien realizó un diagnóstico tras la crisis que afecta a la Iglesia en Chile. En este contexto, comentó que “en el estado actual, la Iglesia ha experimentado ser víctima y victimario, porque no están en veredas contrarias. Todos son la misma Iglesia, los que han sufrido y los que han hecho sufrir”.

Idalsoaga hizo hincapié en la necesidad de una reparación integral para las víctimas de abusos que no solo contemple la compensación económica; sino que también la psicológica, laboral, social y espiritual. “La verdadera reparación para la víctima directa abarca muchos ámbitos, es compleja, y el primer paso de esta reparación es la verdad y la justicia (...) La reparación busca habilitar nuevamente a la persona porque normalmente, quien ha sido abusado, es una persona muy dependiente afectivamente. Por lo tanto, hay que devolver la autonomía”, enfatizó.

Además, la delegada Episcopal para la Verdad y la Paz recalcó que otro de los procesos importantes para la realización de esta comisión es aprender del pasado y del dolor, para así tener una visión de futuro y de esta forma prevenir. ¿Cómo? entregando las herramientas oportunas a los jóvenes, seminaristas y a las comunidades. “Llegar a la verdad permite generar estándares, un orden y una institucionalidad”, ya que “no contamos con un estudio acabado, multidisciplinario, que introduzca elementos propios de nuestra cultura chilena, que nos hagan dar pasos reales como medidas que se puedan sostener en el tiempo porque van a ser propias”, finalizó.

Posteriormente, tomó la palabra la profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad Diego Portales, Judith Schönsteiner, quien aportó una mirada desde la labor que realiza la Corte Interamericana de Derechos Humanos. En este sentido, “existe una jurisprudencia estructural y otra sistémica (...) La Corte reacciona a lo que los Estados deben asegurar que no vuelva a ocurrir”, pero también es muy importante una “capacitación de las personas en la materia que no se portaron bien, en la forma que corresponda: Se necesita una capacitación de aptitudes y de comportamientos”, explicó.

En este tipo de reformas, “es toda una cultura que la debe cambiar. Hay que educar a la población, a toda la sociedad, porque hay patrones que tenemos en la mente, que no vemos. Y si eso no cambia ― esa cultura sistémica que tenemos en la Iglesia ― no lograremos prevenir”, agregó.

En este ideal de reestructuración, es esencial mirar el ejemplo de Australia, donde sus esfuerzos por superar la crisis se centraron en terminar con el secretismo, cambiar el clericalismo, rol de la mujer y la estructura jerárquica de la Iglesia actual. Sin embargo, esta transformación no la realizó la Iglesia sola. Fue un esfuerzo transversal en donde el Estado también tuvo un rol fundamental. “Si no invitamos a la sociedad y ― ojalá al Estado― a ayudarnos a mirar, no vamos a ver. Solos no somos capaces(...) pues, sin el empuje del Estado, la Iglesia va a tener mucha dificultad. Es por eso que pensamos que el congreso puede ser un buen espacio donde debatir este tema”, sentenció.

La importancia de las comisiones de la Verdad y Reparación

Finalmente, fue el turno de la militante de Revolución Democrática, Javiera Parada, quien compartió su experiencia como familiar de detenidos desaparecidos durante la Dictadura Militar y cómo ayudó a las víctimas la realización de la Comisión Rettig y la Comisión Valech. “Lo primero que han ofrecido estas comisiones es permitir a las víctimas ser escuchadas (...) pues cuando tienes una comunidad que escucha a las víctimas y le cree, tienes, en ese momento, un acto de reparación”, comentó.

Asimismo, continuó diciendo que “esto debería ser abordado como un tema de derechos humanos, en tanto, la Iglesia hasta hace muy poco era un Estado dentro del Estado” y como institución ha tenido un rol social gravitante a lo largo de la historia. “Hay una responsabilidad social que organizaciones de DD.HH y políticas deberíamos comprometernos en avanzar y apoyar este proceso", concluyó.

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