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Carta del Rector: Diálogos de la fe y la razón


Respecto de “La última sesión de Freud”, la obra de teatro que se estrenó con todos sus tickets agotados, y que estará en la cartelera del Teatro UC hasta el 15 de junio -para luego volver entre el 24 de julio y el 10 de agosto-, el rector destaca el respeto, la admiración y valoración por sus ideas y creencias que se da entre los protagonistas. “La obra es una lección de humanidad que debiera ser vista por todos quienes tenemos la responsabilidad de entender lo que creen y piensan quienes parecieran estar en veredas opuestas”, sostiene.

Muestra de la obra en vivo: relato de una conversación entre el Dr. Sigmund Freud (Héctor Noguera) y el académico y novelista C.S. Lewis (Cristián Campos)  en torno a la fe, la existencia de Dios y la forma en que estos temas vitales impactan y condicionan a las personas.

La obra de teatro“La última sesión de Freud”, que se presenta en el Teatro UC, “merece un comentario por su calidad y relevancia”, comenta el rector Ignacio Sánchez en una carta que publica El Mercurio en su edición de este 28 de mayo. La obra relata una conversación del Dr. Sigmund Freud con el académico y novelista C.S. Lewis en relación con la fe, la existencia de Dios y la forma en que estos temas vitales impactan y condicionan a las personas. Escrita por el dramaturgo Mark St. Germain, -estrenada en el año 2010-, da cuenta de una conversación ficticia realizada en Londres en septiembre de 1939.

A juicio del rector, en la obra, -dirigida de manera excelente por Marcelo Alonso-, con la magistral actuación de Héctor Noguera (Freud) y Cristián Campos (Lewis), el espectador logra comprender la situación y el pensamiento de ambos, y quizás lo más importante, se observa el gran esfuerzo que ambos personajes ponen para entender al otro. “Porque la duda y la certeza, la esperanza y la desolación, la convicción y la apertura a nuevas ideas son aspectos de la vida en que todos transitamos”, apunta la autoridad. Es Freud quien llama a Lewis para realmente entender las bases de sus creencias y de su fe. Para Ignacio Sánchez especial mención requiere el diálogo respecto de la razón de por qué existen desgracias en el ser humano y qué hace Dios para evitarlas. “Todos nos reflejamos en ese diálogo que interpela a nuestra fe y en especial a la esperanza”, dice.

Lo más destacable -agrega- es el respeto, la admiración y valoración por el otro, por sus ideas y creencias. En especial por las que no se comparten. Esto es lo que se percibe desde el primer instante de la obra, la que no está exenta de humor y dramatismo.

“El teatro nos presenta nuevas realidades de manera patente, es un reflejo y espejo de la sociedad, muchas veces de la que debiéramos construir. En especial nos muestra cómo la podemos transformar, en este caso con apertura de la mente y del corazón. Apertura para entender y valorar al otro. Al que queremos comprender en su ser más profundo”, manifiesta el rector. Y agrega que la obra es una lección de humanidad que debiera ser vista por todos quienes tenemos la responsabilidad de entender lo que creen y piensan quienes parecieran estar en veredas opuestas. “La verdad es que están más cerca de lo que creemos. Este es un gran desafío, generado por el teatro”, afirma.

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