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Dos perspectivas sobre la ética empresarial y la sustentabilidad corporativa


Se realizaron dos nuevas presentaciones del Ciclo de Conferencias en Éticas Aplicadas UC. En ellas se conversó sobre ética empresarial y sustentabilidad corporativa, proponiéndose que las corporaciones opten por lo que se llama “el buen vivir”.

personas caminando frente a un edificio

photo_camera En la conferencia de Lynn Paine se planteó que es necesario un nuevo sistema de gobernanza que conlleve un cambio de estrategia desde la sola consideración de los accionistas, “quienes buscan que el negocio maximice sus propios rendimientos económicos, sin tener en cuenta las externalidades o los costos impuestos a terceros”, a una gobernanza que tome en cuenta a todos los grupos de interés. Imagen: Pexels.

La ética empresarial y la sustentabilidad fueron los tópicos que convocaron a dos académicos, Bryan Husted, del Instituto Tecnológico de Monterrey y Lynn Paine, académica de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard, en dos ponencias sucesivas del ciclo de Conferencias en Éticas aplicadas UC. Ambos apuntaron a la necesidad de cambios.

Prologó la primera conferencia el rector Ignacio Sánchez relevando el esfuerzo que representa para la empresa “comprender los impactos en los ecosistemas y gestionar intereses –a veces contrapuestos–, en una sociedad compleja, fragmentada y con déficit de capital social”. La primera ponencia fue dictada por el académico Bryan Husted, del Instituto Tecnológico de Monterrey, quien fue invitado por el profesor Jorge Tarzijan, de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, versó sobre “Ética empresarial y sustentabilidad corporativa en Latinoamérica: desafíos actuales y propuestas”.

Relacionado con el mismo tópico, en otra ponencia del ciclo de Conferencias en Éticas aplicadas UC, Lynn Paine, académica de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard, formuló un reto bajo el título “Getting serious about sustainability: corporate governance for a new era”. La participación de la profesora Paine responde a una iniciativa conjunta del profesor Juan Eduardo Ibañez, de la Facultad de Derecho, y de Marcela Rentería, directora ejecutiva del David Rockefeller Center for Latin American Studies (Universidad de Harvard).

Aun cuando ambos abordaron el tema desde perspectivas diferentes, los dos coincidieron en la necesidad de apurar cambios en la gobernanza corporativa con miras a un desempeño también sustentable. Y para los dos, esas innovaciones deben hacer transitar a la empresa desde una impronta individualista a una visión comunitaria.

Las innovaciones deben hacer transitar a la empresa desde una impronta individualista a una visión comunitaria.

Las visiones de los académicos se diferenciaron, aunque se complementan, al momento de entregar antecedentes sobre la realidad discutida y sus proyecciones. 

Subrayando su aproximación latinoamericana, a partir de la realidad de México, Husted sostuvo que el concepto de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) se ha aplicado centrado en la empresa y las élites que se influyen mutuamente, sin una adecuada consideración de las bases: “con frecuencia, la responsabilidad social empresarial tiende a reforzar las relaciones de poder entre las multinacionales y la élite”. Criticó que “en las definiciones de responsabilidad social existe un enfoque en el beneficio mutuo, en el que los proyectos deben beneficiar a la sociedad y al medioambiente, pero debe lograrse sin consecuencias negativas para las utilidades”. 

“Con frecuencia, la responsabilidad social empresarial tiende a reforzar las relaciones de poder entre las multinacionales y la élite" - Bryan Husted, Instituto Tecnológico de Monterrey

Como forma de revertir la distorsión que aprecia en la RSE, el académico propuso que las corporaciones opten por lo que llama “el buen vivir”, que implica desarrollar enfoques autóctonos que incorporen una base cultural local, cuya prioridad sea fomentar el florecimiento humano y de la naturaleza; reemplazar el concepto de crecimiento por una concepción de bienestar del ecosistema.

Por su parte, Lynn Paine, quien reconoció que la gobernanza corporativa en Estados Unidos y Europa en efecto está cambiando algo, pero dejando aún muchas preguntas sin responder, vio la necesidad de avanzar hacia una nueva forma de gobernanza para lograr otro modo de entender la economía. La académica dejó planteado este desafío: “si queremos desarrollar una economía que sea más inclusiva y sostenible, entonces debemos tener un sistema de gobernanza adecuado que permita ese objetivo”. 

Ese nuevo sistema de gobernanza conlleva un cambio de estrategia desde la sola consideración de los accionistas, “quienes buscan que el negocio maximice sus propios rendimientos económicos, sin tener en cuenta las externalidades o los costos impuestos a terceros”, a una gobernanza que tome en cuenta a todos los grupos de interés.

De acuerdo a esta propuesta, las corporaciones se entienden como entidades independientes, no son “propiedad” de los accionistas en un sentido convencional, y la administración de la corporación recae en la junta directiva, “cuyo deber es actuar en el mejor interés de la corporación”, es decir, en el mejor interés de todos quienes se vinculan o ven afectados por esa empresa.

"Si queremos desarrollar una economía que sea más inclusiva y sostenible, entonces debemos tener un sistema de gobernanza adecuado que permita ese objetivo" - Lynn Paine, académica de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard

La próxima charla será dictada por John Broome el martes 5 de octubre a las 12:00 hrs. Se titulará "Self-interest against climate change". 

Inscripciones en este formulario: 
https://forms.gle/328JAvzj4HmrPPkM9

Puede ver ambas ponencias en el canal de YouTube del ciclo de Éticas Aplicadas.


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