Skip to content

¿En qué consiste el Proyecto Niñez de la Clínica Jurídica?


Desde 2018 hasta la fecha, el equipo del proyecto ha patrocinado más de 300 causas y atendido a más de 200 niños y adolescentes. Ahora, debido a la pandemia, el equipo de profesionales ha adaptado su funcionamiento para seguir atendiendo, en este tiempo en que el servicio que presta es más urgente que nunca.

Niña en plaza pública. Foto Karina Fuenzalida

photo_camera Desde sus inicios en 2018 a la fecha, el proyecto ha patrocinado más de 300 causas y atendido a más de 200 niñas, niños y adolescentes. En 2020 atendió a más de 60, interviniendo en cuatro juicios, logrando en todos ellos la condena del agresor. Foto Karina Fuenzalida

El trauma producido por una agresión sexual u otro maltrato grave en niños, niñas y adolescentes (NNA) afecta profunda y largamente la vida de una persona. Cerca del 80% de los casos de abuso sexual infantil ocurre en el contexto del hogar y del grupo familiar. Es por ello que en tiempos de pandemia como los que estamos viviendo, los niños están más expuestos a situaciones de abuso y maltrato, precisamente porque muchos se encuentran confinados en sus hogares junto a los eventuales agresores. Asimismo, tanto el aumento del estrés y la ansiedad como el consumo de alcohol o drogas al interior de las familias pueden operar como factores precipitantes del abuso y del maltrato contra niños.

Ante esta alarmante realidad, «urge tomar medidas rápidas y eficaces, orientadas a la protección de las víctimas y a la promoción de procesos reparatorios», sostiene María Elena Santibáñez coordinadora del Proyecto Niñez de la Clínica Jurídica UC, de la Facultad de Derecho. Por ello, el grupo de profesionales de la iniciativa ha adaptado su funcionamiento para seguir atendiendo en este tiempo en que el servicio que presta es más urgente que nunca a causa de la pandemia.

Innovación en defensa de la niñez

Proyecto Niñez nace al alero de la Clínica Jurídica en marzo de 2018, gracias al aporte de la Fundación Viento Sur, y con el distintivo de ofrecer una aproximación integral e interdisciplinaria al maltrato y abuso en niños, niñas y adolescentes (NNA), a través del trabajo conjunto de profesionales especialistas en las áreas legal (penal y de familia), socioeconómica y psicológica. Además, se erige como un espacio para la formación de estudiantes de último año de Derecho de la UC, quienes abrazan el servicio de la causa.

Desde sus inicios a la fecha, el proyecto ha patrocinado más de 300 causas y atendido a más de 200 NNA, con resultados muy satisfactorios para ellos y sus familias.

De izquierda a derecha, la abogada María Elena Santibáñez, la psicóloga Paz Ramírez y el abogado Nicolás Browne. Créditos: Karina Fuenzalida.

Durante 2020, atendió alrededor de 60 niños, interviniendo en cuatro juicios orales penales y logrando en todos ellos la condena del agresor. Como medida para evitar o disminuir efectos secundarios de la víctima, se solicitó que los NNA estuvieran acompañados de un perro de asistencia judicial al momento de declarar.

"Proyecto Niñez ofrece mucho más que una representación jurídica. Es un espacio amable de escucha, contención, humor, sensibilidad y coraje. Creemos en un mundo que los niños quieran habitar" - Paz Ramírez, psicóloga Proyecto Niñez de Clínica Jurídica.

En algunos casos, y debido a la situación sanitaria del país, los menores declaran llevando a sus mascotas a la sala del tribunal, lo que ha significado una novedad en el sistema de justicia penal y un alivio para las víctimas.

Nicolás Browne, abogado penalista del proyecto, comenta que más allá de los resultados que puedan obtener en un juicio particular, lo que hace sentido es participar y tratar de contribuir en la reparación del menor. Para ello la presencia es vital.

«No me refiero a la presencia física, sino a la atención, a la escucha, a la explicación en palabras sencillas. Me refiero a que ese niño y su familia sepan que cuentan con todo un equipo interdisciplinario que les cree y que quiere acompañarlos hasta el final», precisa.

Nubes en el camino

El trabajo del programa no está exento de dificultades. Algunas tienen que ver con la complejidad de las causas, ya que en muchas ocasiones las víctimas no han encontrado acogida en el sistema de justicia y acuden desesperadas cuando las investigaciones ya están terminando, y entonces es más difícil intervenir. También está el aspecto financiero, una preocupación constante, ya que el proyecto depende de donaciones y de la adjudicación de fondos públicos o licitaciones.

«Si contáramos con una fuente permanente de ingresos que nos permitiera seguir trabajando con más tranquilidad, claramente el panorama sería más alentador para las víctimas que atendemos y también para el equipo, porque tenemos alta demanda», explica María Elena Santibáñez.

Otro aspecto que destaca es que el sistema procesal penal no está pensado para niños. De hecho, exige que los menores pasen por varias intervenciones con miras a corroborar su testimonio. Esto, junto con otros factores, como la poca sensibilización que existe en general en el proceso de las agresiones sexuales y maltrato infantil, hacen que el sistema sea más hostil para niños que para un adulto.

"Si contáramos con una fuente permanente de ingresos que nos permitiera seguir trabajando con más tranquilidad, claramente el panorama sería más alentador para las víctimas que atendemos y también para el equipo, porque tenemos alta demanda" - María Elena Santibáñez, coordinadora Proyecto Niñez de la Clínica Jurídica UC

Además, en los casos de delitos sexuales, por lo general, existe una escasez de pruebas, ya que, por su naturaleza, son cometidos en la clandestinidad. El sistema probatorio se sustenta, por lo tanto, casi por completo en el relato de la víctima. Esto supone que se encuentre en condiciones de declarar y pueda hacerlo varias veces durante el proceso, «lo que evidentemente es más complejo al tratarse de menores de edad, quienes con mayor razón necesitan de un largo proceso para identificar y hablar del trauma», precisa Santibáñez.

«Proyecto Niñez ofrece mucho más que una representación jurídica. Es un espacio amable de escucha, contención, humor, sensibilidad y coraje. Creemos en un mundo que los niños quieran habitar», dice la psicóloga del proyecto, Paz Ramírez.

Este es un artículo de la edición de otoño de Visión. Para ver otros, pincha aquí.


¿te gusta esta publicación?
Comparte esta publicación

Contenido relacionado