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Estudiante de Derecho recibe Premio a la Trayectoria Estudiantil UC


Miguel Irarrázaval ha trabajado iniciativas con enfoques educativos y sociales desde su primer año. Sus intereses lo han llevado a participar en la formación de la Fundación Atrévete, dedicada a la educación preuniversitaria, también en los Trabajos San Alberto de su facultad y a fundar el Proyecto Viviendas de la Pastoral UC, entre otros. Hoy, ad portas de su egreso, cuenta aquí su experiencia.

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photo_camera El estudiante de Derecho fue reconocido por su liderazgo y participación en diversas iniciativas con impacto social. Créditos: Miguel Irarrázaval

Muy contento y agradecido recibió la noticia en Newcastle, Reino Unido, donde actualmente está de intercambio. Miguel Irarrázaval, en su último semestre de Derecho, ha sido uno de los dos recientes galardonados con el Premio a la Trayectoria Estudiantil UC 2023. Este reconocimiento destaca a estudiantes de pregrado que a lo largo de su etapa universitaria hayan promovido los valores y el espíritu de la Universidad Católica, a través de distintas actividades con impacto social. 

“Ya casi con un pie fuera de la Universidad estoy muy agradecido y contento de poder cerrar esta etapa con este premio. Fueron años muy entretenidos, de aprendizajes, varios errores, mucho trabajo y grandes amistades. Tuve la suerte de participar en grandes equipos, en la Fundación Atrévete, los Trabajos San Alberto y el Proyecto Viviendas. En ellos logramos hacer mucho bien y trabajar por Chile”, dice.

Para Gabriel Bocksang, decano de la Facultad de Derecho, “el otorgamiento de este premio es una noticia maravillosa. Es un reconocimiento extraordinario a la valía, el liderazgo y el espíritu de Miguel, que nos brinda una alegría muy profunda como comunidad. Él nos entrega a través de esta distinción un gran aliciente para seguir trabajando todos, según nuestros propios talentos, en el servicio a los demás, la búsqueda de Dios y la promoción del bien común”.

"Fueron años muy entretenidos, de aprendizajes, varios errores, mucho trabajo y grandes amistades. Tuve la suerte de participar en grandes equipos... En ellos logramos hacer mucho bien y trabajar por Chile" - Miguel Irarrázaval, Premio a la Trayectoria Estudiantil UC 2023.

Iniciativas sociales

En 2019 Miguel ingresó a la Universidad Católica. En octubre de ese año se produciría el estallido social. Para ese entonces, junto a un grupo de amigos planeaban lo que sería Atrévete, un proyecto que busca dar apoyo académico y vocacional a estudiantes de 3º y 4º medio de colegios vulnerables de Santiago. “Partimos con el sueño de toparnos algún día con esos alumnos en los campus donde hoy nosotros mismos estudiamos”, recuerda el estudiante.

Al año siguiente llegaría la pandemia. “Partir un proyecto esos años fue difícil, organizándonos y ajustando los contenidos a los cambios en las pruebas de selección universitaria (PSU, PDT y, luego, la PAES). Cuando llegó la pandemia estuvimos obligados a replantear todo, y preocuparnos también por llevar cajas de comida mensualmente a las familias, chips de internet y tablets, para luego poder hacer las clases online”, relata. Con alegría ve, desde lejos, que lo que alguna vez proyectaron sentados en los pastos de San Joaquín y en muchas horas de Zoom, hoy se ha transformado en una fundación consolidada que trabaja en 9 colegios, con más de 100 profesores –muchos de ellos de la UC– y 150 estudiantes.

Miguel participó durante tres años en los Trabajos San Alberto de la Facultad de Derecho. El último de esos años fue el jefe general. “El trabajar por una familia concreta que pasa frío, vive hacinada o en un campamento, conocer y aprender de su vida y en conjunto buscar soluciones concretas para poder logar la anhelada casa propia, despertó en mí el gusto real por lo social, entendiendo que ya desde la Universidad lo que hagamos o dejemos de hacer tiene una gran repercusión en el país”, reflexiona.

El proyecto Trabajos San Alberto "va acompañado por una línea formativa que busca que los voluntarios se pregunten cuál es su vocación, alentándolos a vivir comprometidos por la justicia y animados por el amor", destaca el premiado estudiante de Derecho. Créditos foto: Miguel Irarrázaval.

En estos últimos años se lograron construir 28 casas. Muchos voluntarios pudieron conocer familias que los acogieron y con las que, en muchos casos, mantienen aún el contacto. Miguel explicó que el proyecto va “acompañado por una línea formativa que busca que los voluntarios se pregunten cuál es su vocación, alentándolos a vivir comprometidos por la justicia y animados por el amor. Esto hace que estos trabajos sean una oportunidad para que los futuros abogados tengan siempre a las personas en el centro de su trabajo, despeinándolos un poco y bajándolos a tierra, que a veces hace falta”.

Uno de los valores que Miguel reconoció en los Trabajos San Alberto es la transversalidad de las personas que participan, aportando con diversos puntos de vista, historias y vivencias. Y fue esa misma experiencia la que en 2022 quiso llevar a la Pastoral UC, con la fundación del Proyecto Viviendas, a través del cual también durante los veranos se han construido casas definitivas para familias de escasos recursos, en Lampa y Paine. Desde su formación, Viviendas es un proyecto que busca también ser un medio de iniciación al cristianismo en el que los voluntarios puedan plantearse distintas preguntas en el camino de la fe. “Partir con Viviendas fue sin duda un gran desafío, pero gracias a un gran equipo pudimos sacar adelante lo que nos propusimos: un proyecto nuevo que hace propia una durísima realidad país, intentando año a año ser un apoyo a distintas familias y presentando a Cristo a los jóvenes de una manera distinta”, declara Miguel.

Para este futuro abogado, el Proyecto Viviendas es una clara muestra de que una idea de un grupo de jóvenes universitarios puede generar grandes impactos, con esfuerzo y trabajo. Es por esto que invita a involucrarse en el mundo social: “es nuestra responsabilidad soltar el celular y empezar a trabajar por el país que queremos, es nuestro deber estar inquietos ante el sufrimiento ajeno. Además, hoy es muy fácil dar un poco de tiempo, hay muchas iniciativas, distintos enfoques, solo hay que atreverse a probar. Quién sabe, quizás se terminan encantando. Vivimos en un Chile fracturado y atrincherado. El rol de la juventud tiene que ser el estar disponibles, dejar de ser espectadores y pasar a la acción, encantarnos por una problemática, no por los números ni los datos, sino por las personas y estar ahí”, señala.


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