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James Hamilton dialogó con representantes de la comunidad UC en la Facultad de Teología


El médico James Hamilton, víctima y denunciante del caso Karadima, abordó tema como los daños neurológicos que provocan los abusos, hizo crítica a los jueces, a la "invisibilidad" de la mujer en la Iglesia y reconoció los últimos gestos del Papa.

El médico James Hamilton, víctima y denunciante del caso Karadima.

photo_camera Hamilton, desde su especialidad médica y personal, partió exponiendo sobre los daños neurológicos que provocan las agresiones sexuales en las víctimas.

El encuentro se inició con las palabras de bienvenida del decano de la Facultad de Teología UC, Joaquín Silva, quien reconoció y valoró el camino de búsqueda de verdad y justicia de Hamilton contra los abusos de miembros de la Iglesia. “En esta Facultad reconocemos la dignidad del ser humano y sabemos que esta dignidad muchas veces ha sido conculcada en nombre de Dios. Todo abuso es reprobable y condenable, pero muy especialmente aquel que se ejerce invocando a Dios. Somos conscientes de la responsabilidad que nos corresponde en la inteligencia y vida de la fe y, por ello, queremos escuchar, queremos conversar”, puntualizó. Asimismo, destacó que en este camino, como víctima, Hamilton “nunca has estado solo, en él nos hemos reconocido miles de personas; quizás muchas de ellas no hemos tenido tu valentía y perseverancia, pero en silencio, o de otros modos, también hemos querido decir basta al abuso de poder, al abuso de conciencia, al abuso sexual. Tu lucha y la de muchas otras personas han hecho posible que hoy seamos más capaces de hablar de aquello que antes fue silenciado”.

Los daños de los abusos

 James Hamilton valoró también la posibilidad de exponer en esta Facultad, la que el mismo calificó “el corazón de la UC”. Desde su especialidad médica y personal, partió exponiendo sobre los daños neurológicos que provocan las agresiones sexuales en las víctimas. Si bien no se habló directamente de los abusos sufridos por parte de Fernando Karadima, explicó cómo las experiencias adversas de la infancia afectan de por vida a una persona, basándose en ACE, Neurobiología y genética del abuso. “El daño no está circunscrito. Es un daño en evolución. En este caso el problema per sé, es que no se debería ni siquiera pedir la imprescriptibilidad, el daño es imprescriptible en su base”, explicó Hamilton a los asistentes. Agregó que la falta de empatía es la que hace cometer estos delitos contra otras personas, peor aún si es un menor. “Los mayores crímenes que se cometen en la humanidad es cuando no se ve al otro como prójimo”, apuntó.

 Conversación con los asistentes

 Luego, habló desde su experiencia de vida, cómo ha sido su camino de superación para luego dar paso a las preguntas y comentarios de los asistentes que coparon el Hall de la facultad.  En una de estas intervenciones, mostró su incomodidad cuando en una pregunta, la persona se refirió al religioso como “padre Fernando”. “¡Para mí es casi un poquito molesto!”, dijo.

 James Hamilton relató su encuentro con el Papa Francisco en el Vaticano, el cual valoró tanto por el trato recibido por parte del Pontífice como por lo relevante y reparador que ha sido para las víctimas. “Pese a que soy un crítico terrible del Papa, menos de Benedicto XVI y de Juan Pablo II, nadie excusa el trato. Debo decirles que quizá la pauta la está dando él. Ha hecho algo a mí entender notable primero dijo ‘me equivoqué’ y eso lo hizo infalible, humano” dijo Hamilton.

A lo que agregó que a su juicio, este gesto da espacio a otros líderes a pedir perdón. “Eso para el mundo es muy importante, ¡Si el Papa está dando un ejemplo a todos los líderes del mundo!”. Además, reveló que Francisco le contó el caso de un sacerdote que cometía abusos en Argentina y un obispo lo llevó a la justicia. "Ese obispo tuvo cojones", le habría dicho el Papa a James Hamilton.

La crítica a los jueces

 James Hamilton también fue consultado sobre la responsabilidad de la justicia en estos casos de abusos y sobre el tema la imprescriptibilidad de los de carácter sexual, a lo que respondió asegurando que los jueces chilenos tienen una gran deuda por su actuar en los casos de vioiaciones a los DDHH. "Si estaban los jueces y los abogados, ¿Por qué no funcionaron?", cuestionó. "¡No tienen derecho hoy a estar dando normas sobre prescripción o sobre lo que pasa con los abusos!”, criticó.

En este sentido, aseguró que la justicia es una de las estructuras más rígidas que hay. “Las escuelas de leyes son dogmáticas. Casi más dogmáticas que la Iglesia”. Por ello valoró que la Iglesia está trabajando en muchos cambios en materia de prescripción, “es importante la imprescriptibilidad que está haciendo la Iglesia hace ya un tiempo”.

 La importancia de la mujer

En la ronda final de preguntas del público abordó el rol de la mujer en la Iglesia y en nuestra sociedad, apuntando que en la actualidad no se puede obviar a la mujer, porque “la mujer hoy día es mucho más garantía que estabilidad que el hombre. En el mundo no conozco a ninguna mujer que inicien guerras”. Agregó que “están mucho más preocupadas del ser humano, de su entorno, de la crianza, y en general es así y basta con entender lo que son las características de hombres y mujeres y nos vamos a dar cuenta que por necesidad real tienen que tomar un rol preponderante”.

Al finalizar, el médico apuntó que seguramente “aquí hay muchas personas abusadas. Lamentablemente también hay muchos abusadores y quizá ni siquiera se dan cuenta”, concluyendo con un mensaje para las víctimas: “uno se puede reparar y ser felices”.

De esa manera, cerró su intervención con la ovación de los asistentes, en este diálogo al que fue invitado por la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica, tras regresar al país, luego de haberse reunido con el Papa Francisco en el Vaticano.


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