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Vigencia y vanguardia de la música computacional en las instalaciones sonoras


El evento más importante a nivel mundial para los investigadores y creadores de música por computador presenta una selección de 18 instalaciones sonoras que dan cuenta de las más recientes propuestas en esta materia. A continuación, algunas de las instalaciones seleccionadas en esta edición, su vínculo con el espacio y otras precisiones conceptuales.

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photo_camera 22 conciertos digitales, una sala de escucha con 200 obras musicales y audiovisuales, 10 obras compuestas para realidad virtual y presentaciones de 280 investigadores, es lo que ofrece la conferencia mundial más importante de música por computador. (Fotografía: Rodrigo Cádiz)

Una instalación interactiva que explora la idea de autoconciencia, otra que suena con la luz de las velas y otra que tiene como objetivo ayudar a los oyentes a deshacerse de sus problemas. Estas son tres de las 18 instalaciones sonoras seleccionadas por la Conferencia Internacional de Música con Computadores 2020-2021 (abreviado en inglés como ICMC), instancia donde se presentan las últimas investigaciones del campo, tanto de producción como de análisis musical.

Por primera vez en Sudamérica, la conferencia más importante a nivel mundial de música por computador —que hasta el 31 de julio se realizará de manera 100% online— cuenta con  22 conciertos digitales, una sala de escucha con 200 obras musicales y audiovisuales, 10 obras compuestas para realidad virtual, y la presentación de 280 investigadores, compositores e intérpretes de 40 países.

El compositor e ingeniero eléctrico Rodrigo Cádiz, coordinador de este evento, asegura que las instalaciones sonoras que se presentan en la conferencia no solamente fueron creadas por un computador, sino que toman algún aspecto de la música computacional como forma de instalación. “Cuando la gente hace instalaciones sonoras lo que le preocupa es el espacio. Es una parte integral. Pero también hay instalaciones sonoras que son para audífonos y que da lo mismo donde estés, e instalaciones sonoras que funcionan con GPS, en las que tienes que ir con el celular a un lugar en específico. Hay de todo, es un abanico bien amplio”, explica el académico UC acerca de la importancia que tiene el espacio para este tipo de prácticas.

Organizar el sonido en el espacio

Si una obra musical es la organización del sonido en el tiempo, una instalación sonora es la organización del sonido en el espacio. Y aunque en la práctica las instalaciones sonoras exceden por mucho esta definición, teóricos y compositores como Max Neuhaus y Robin Minard coinciden en que el espacio es clave para distinguir estas propuestas de otro tipo de prácticas sonoras. 

Las formas de organizar el sonido en el espacio son diversas. La organización puede irrumpir en el paisaje sonoro, como emerger de los propios sujetos que interactúan con la instalación. Puede depender del contexto en el que se ejecuta, como introducir una propuesta sonora completamente geo distante al lugar de escucha. Puede funcionar de forma inmediata, a través de un botón de encendido o requerir la participación de los oyentes.

De este último caso, por ejemplo, la ICMC presenta ち と せ も も と せ - chitose momotose, una instalación de luz y sonido que funciona a medida que los participantes encienden una vela. Cada vela desencadena un sonido único en un momento único, y gracias a las distintas combinaciones de sonidos (según los números, tiempos y longitudes de las velas que encienden los participantes), el resultado sonoro es irreplicable.

- chitose momotose

ち と せ も も と せ - chitose momotose fue creado por Akiko Hatakeyama y el título de la pieza se refiere a un sentido del tiempo, la historia y la vida (ち と せ / chitose significa mil años, も も と せ / momotose significa cien años). De acuerdo con su página web, esta instalación funciona a través de un sensor de infrarrojos (IR) que lee la luz que emite cada vela. A medida que una vela arde y su longitud se acorta, la cantidad de luz infrarroja percibida por el sensor de infrarrojos cambia gradualmente. El tipo de vela también afecta los sonidos debido a sus diversas longitudes, grosores y materiales que provocan diferentes tiempos de combustión.

Otra instalación que incorpora la participación del público es Brushing II de Jaehoon Choi. Este trabajo responde a los sonidos que emiten los participantes que ingresan al espacio de la instalación. Su objetivo es crear un espacio sonoro dinámico que interactúe con la audiencia dentro del circuito de retroalimentación. Además, al centro de la instalación hay una mesa con pintura, brochas y un lienzo conectado a una interfaz que puede detectar el tacto y la presión de quien pinta, y el sonido se sintetiza en base a esta interacción. Esto, de acuerdo al autor, permite que el público sea más "expresivo" con la instalación.

Brushing II

En un nivel distinto de interacción se encuentra Doppelgänger III. Este proyecto utiliza una cámara con detección de movimiento, sonido 3D y una diadema de ondas cerebrales para explorar la idea de autoconciencia. Al utilizar los dispositivos de esta instalación, los participantes son llevados a un mundo de realidad virtual en el que pueden interactuar consciente o inconscientemente con los elementos visuales y el movimiento del sonido circundante, usando sus cerebros para influir en su nivel de concentración y calma. Simultáneamente, las cinco ondas cerebrales sensoriales se interpretan como armónicos cambiantes de tonos sinusoidales generados por computadora.

Doppelgänger III es parte de la serie de instalaciones de IMUU, un colectivo de artistas que utiliza la luz como pintura y la música como diálogo para crear una narrativa episódica sobre una distopía futurista. El colectivo está conformado por el compositor y artista multimedia Weilu Ge, y el director de animación y tecnólogo creativo Kelon Cenes.

Doppelgänger III

También se presentará Fragile Intersections, una instalación sonora creada por un equipo chileno multidisciplinar que reflexiona sobre el cuerpo contemporáneo que emerge de la intersección e interacción de su biología con la tecnología. En esencia, se trata de un sistema interactivo construido por biosensores mapeados en un entorno sonoro generado en tiempo real. 

La instalación está compuesta por dos objetos interactivos: Junípero y Sensorium. Ambos objetos tienen un comportamiento autónomo, que a veces se relaciona entre sí. Estos objetos, en conjugación con la performance, conforman la estructura poética de Fragile Intersections.

Específicamente, Junípero se basa en metal inteligente o aleación con memoria de forma. Junípero se activa a través de Sensorium, una escultura interactiva que invita al público a involucrarse con su propio cuerpo y propiocepción a través de su voz, frecuencia cardíaca y rostro. La escultura adquiere estas señales a través de múltiples sensores y crea un entorno visual y sonoro basado en las características de la persona, así como de los visitantes anteriores, generando el ambiente visual y sonoro de la instalación.

Fragile Intersections

En esta edición 2021 coinciden dos instalaciones que abordan el fenómeno comunicativo a través de teléfonos antiguos: Hang-ups de Edgar Berdahl y Free Press de Daria Baiocchi.

Hang-ups se activa cuando un participante levanta el auricular y comparte alguno de sus problemas al micrófono. De inmediato el auricular comienza a repetir este enunciado y a desvanecerlo en la distancia. De acuerdo al autor, el truco es que en lugar de transmitir el habla a una ubicación remota, Hang-ups toma los sonidos del habla, los transforma en ritmos utilizando una red de líneas de retardo y transmite el sonido al visitante para fomentar una mayor reflexión.

Free Press, en tanto, consiste en la reproducción de tres “esculturas sonoras” basadas en las voces de diferentes artistas que levantan consignas acerca de lo que significa la libertad de prensa para ellos.

Free Press

Cabe destacar que, para algunos teóricos, estas obras podrían ser consideradas esculturas sonoras y no instalaciones. Esto debido a que, a diferencia de la escultura, la instalación sonora organiza la materia respecto a ejes que son externos a ella, lo que permite afirmar que la instalación es una ampliación de un espacio tridimensional. 

Experimentar la obra sonoramente

En general, las instalaciones sonoras que aquí se presentan fueron hechas para instancias más experimentales que un museo, sin embargo, “como cualquier música de concierto de raíz docta o contemporánea, o como quiera llamarse, solo exige un auditor que esté dispuesto escuchar. En el caso de la instalación se exige un espectador que esté dispuesto a experimentar la obra sonoramente”, afirma el académico del Instituto de Música e Ingeniería UC.

No obstante, ¿es posible asumir que todas las instalaciones que aquí se presentan son arte sonoro? Rodrigo Cádiz es categórico: “No, yo diría que no es válido. En Chile el término arte sonoro fue acuñado históricamente por los artistas visuales mientras, en mi experiencia, en todas el resto del mundo es un término que fue acuñado por los músicos. Por lo tanto, si bien podrían parecer a primera vista que son muy similares, el enfoque y lo que se busca experimentar artísticamente es muy distinto. En un caso es la visualidad y en otro caso es el sonido”.

Más información en icmc2021.org

Lee la nota "Activismo sonoro latinoamericano: la investigación y la práctica de los artistas Juan Carlos Vásquez y Omar Fraire"


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