Pianista que creció en la UC hoy expande su música por todo el mundo
Gustavo Miranda-Bernales, músico nacional residente en EE.UU., llegó a la universidad para tocar algunas piezas no tan conocidas de compositores como Haydn y Chopin, junto con obras más contemporáneas. El joven concertista, quien comenzó su carrera a los ocho años, relata cómo es su vida hoy en Nueva York y qué espera para los próximos años.
Se abren las puertas de vidrio del Salón de Honor en Casa Central y camina rápidamente desde el pasillo hacia el escenario, donde un piano de cola lo recibe en silencio. Gustavo Miranda-Bernales se sienta, calza un impecable esmoquin negro y camisa blanca, nada se oye alrededor con excepción de los clics de una cámara, sonido que inquieta a un par de asistentes del público que miran alrededor con gesto inquisidor.
Y cuando vuelven a reinar solamente las respiraciones, se oye la primera nota del repertorio del pianista, que sin partitura enfrente comienza a interpretar la Sonata en Re Mayor de Franz Joseph Haydn.
Tras la primera pieza nadie aplaude, costumbre asimilada por el público asiduo a los conciertos de piano. La sala está repleta y los asistentes escuchan con extrema atención, a ratos pareciera que no mueven ni un solo músculo, señal de respeto a quien hoy es calificado como uno de los pianistas más prometedores de Chile y Latinoamérica.
Así se vivió parte del concierto de Miranda-Bernales, concertista de 25 años que pese a su juventud proyecta la actitud y el sonido de un experimentado pianista.
A un par de semanas de haber realizado este show en el marco de la visita de representantes de Friends UC a Chile, relata cómo es su vida en Nueva York, ciudad que lo acogió cuando fue becado por Juilliard School of Music en 2008.
Esto, tras su paso por el Instituto de Música UC desde que tenía solo nueve años y fue guiado por los profesores Miguel Ángel Jiménez y María Iris Radrigán, a quien asegura recuerda con cariño y admiración.
Un músico en las grandes ligas de NY
“Me gustó volver a la UC porque ahí me formé”, manifestó Miranda-Bernales desde su departamento en Nueva York, ciudad que habita desde hace ocho años, mientras su familia vive en Chile. Desde entonces, explica, ha estado “un poco alejado del panorama musical chileno” con excepción de las veces que viene a tocar al país, tal como ocurrió este mes.
Su próximo concierto, cuenta, será en Brasil y también irá a Taiwán, mientras que a Chile volverá en julio para presentarse en el Teatro Municipal, donde ya han sonado sus notas musicales sin partitura para apoyar la memoria, un mérito que él asume como normal: “en general muchos pianistas se aprenden de memoria las piezas”.
Al mismo tiempo, aclara, para un pianista es común iniciar su carrera en la infancia. Él mismo partió a los ocho años como dedicación formal, pero “incluso esa edad puede considerarse excesiva para el comienzo de la carrera de un pianista”, señaló.
Sin embargo, pese a haber partido eventualmente de una manera algo tardía, su mérito estuvo en que comparado con el ritmo de aprendizaje de sus compañeros, “aprendía con mayor rapidez”. Cuando era más pequeño, además, componía, práctica que ha dejado por concentrarse en la interpretación, pero que no descarta retomar.
La clave no ha sido solo su talento, sino su constancia. Cuenta que, actualmente, intenta practicar por lo menos cuatro horas diarias.
Pero no todo es trabajo, también aprovecha de disfrutar las múltiples alternativas que ofrece la ciudad. “En Nueva York se pueden hacer muchas cosas. Voy a conciertos, de ópera, de música de cámara y también voy a ver a pianistas”, a lugares como Lincoln Center, enumera.
Es así como poco a poco ha logrado crear una rutina, donde muchas veces ha debido lidiar con la soledad de ser el único pianista chileno en haber estudiado en Juilliard School, junto con lo que implica estar viajando todo el tiempo.
-
Después de lograr tanto a tan corta edad ¿Cuáles son tus metas?
Principalmente, continuar tocando porque siempre hay que practicar y en ese sentido no es como las demás disciplinas académicas donde los estudios pueden llegar hasta cierto punto. Pero quizás algún día me gustaría volver a componer. Antes los músicos componían, interpretaban, tocaban varios instrumentos a la vez y tenían muchas más funciones. Me gustaría poder alcanzar eso.
-
¿Qué extrañas de Chile además de tu familia?
La comida chilena, esos sabores son únicos. Antes había un restorán llamado Pomaire acá, pero parece que ahora lo cerraron. He aprendido algunas recetas, aunque los ingredientes no son los mismos acá.
Gustavo Miranda-Bernales tiene por estos días una copada agenda de conciertos a nivel local e internacional. En el desarrollo de su carrera, ha contado con diversas instancias de apoyo, tales como la Corporación de Amigos del Teatro Municipal, junto con becas, críticas favorables y galardones.