Esta muestra de piezas escultóricas realizadas en cerámicas de alta y baja temperatura nos lleva por un recorrido físico y emocional a través de una infancia trastocada, como todas, por lo malo y lo bueno que tiene para ofrecernos el mundo exterior. Desde el momento en que abandonamos el vientre en adelante, la experiencia es personal y somos únicamente nosotras quienes, en adelante, podremos intentar entender, decodificar, y expresar nuestra propia relación con todo lo que nos rodea.
La muestra tiene como principio y metodología el acceso a la memoria como modelo para el trabajo en cerámica, exponiendo, a través de piezas escultóricas, aristas propias de la infancia, las cuales hoy sustentan buena parte de la propia adultez, además, se da espacio para la visualización de aquellos recuerdos así como la reivindicación de aquellos pasajes de infancia y su relación con nuestros presentes.