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Carta a universidades católicas de Cardenal Chomali las invita a reflexionar sobre su identidad


El arzobispo de Santiago y gran canciller de la Pontificia Universidad Católica de Chile rescata las principales ideas de san John Henry Newman sobre la misión de las universidades, a propósito de la decisión del papa León XIV de concederle el título de “Doctor de la Iglesia Universal”.

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photo_camera John Henry Newman dedicó buena parte de su vida a pensar y reflexionar sobre la universidad. Su libro "La idea de una universidad" se encuentra disponible en Lea UC, en formato físico y digital.

Una profunda y renovada reflexión sobre qué es ser una universidad católica en el contexto actual, es la que invita a hacer el cardenal Fernando Chomali, arzobispo de Santiago y gran canciller de la Pontificia Universidad Católica de Chile. 

Una de sus principales motivaciones para hacerlo es que hace pocas semanas el papa León XIV decidió conceder el título de “Doctor de la Iglesia Universal” a san John Henry Newman (1801-1890), quien dedicó parte importante de su vida a pensar la universidad, a reflexionar sobre ella, su vocación y la articulación de sus saberes, impulsado tanto por su labor docente como por su experiencia religiosa. “Ese acontecimiento aporta renovadas luces para dilucidar algunas respuestas para los tiempos que vivimos”, plantea el cardenal Chomali, quien también fue gran canciller de Universidad Católica de la Santísima Concepción. 

En un documento –titulado "Newman a las universidades católicas de hoy”-, parte destacando que estas "son un gran aporte a la vida académica, social y cultural del país (...) Son ampliamente valoradas y realizan un gran esfuerzo por ser fieles a su identidad católica en el servicio a la sociedad, formando nuevos profesionales, investigando y dando a conocer su trabajo”. Sin embargo, dice que eso “no nos puede eximir de una reflexión crítica frente al quehacer universitario hoy (...) particularmente en tiempos complejos como los actuales”

“Los momentos delicados que vivimos –en los que prolifera un sinnúmero de antropologías y éticas diversas, inmersas en un claro proceso de cambios culturales extraordinariamente acelerados– exigen mayor atención de parte de nuestros centros de estudio (...) Es necesario rescatar aquello que colabora a que la sociedad sea más humana y justa; y, cuando ello no acontezca, contribuir a la humanización de las estructuras sociales desde su propia identidad y sin ambigüedades”, subraya. 

“Los momentos delicados que vivimos –en los que prolifera un sinnúmero de antropologías y éticas diversas, inmersas en un claro proceso de cambios culturales extraordinariamente acelerados– exigen mayor atención de parte de nuestros centros de estudio" – cardenal Fernando Chomali

Poner al centro la teología y la filosofía 

El cardenal Chomali llama a los planteles católicos a preguntarse: “¿Están realmente consagradas a la verdad y a su búsqueda incesante? ¿(se) conjuga armónicamente la fe y la razón?". Créditos: Arzobispado de Santiago.

Chomali advierte que una de las tensiones que hoy enfrentan los planteles católicos es que “la demanda por la excelencia, hace que las universidades estén más preocupadas por obtener financiamiento, por aparecer en los rankings y por tener figuración pública para captar alumnos”. “Son muchos los recursos que invierten en publicidad (...) Eso puede poner en segundo plano la necesaria y urgente reflexión más pausada y reposada sobre su quehacer”, alerta. 

En ese sentido, pide reflexionar si las universidades católicas “en medio de las exigencias actuales, están aplicando la mirada rigurosa y crítica en la búsqueda de la verdad, o han caído en la lógica del utilitarismo y de las estrategias de marketing, empobreciendo el desarrollo académico, la generación de nuevo conocimiento y su contribución a la sociedad”. “¿Están realmente consagradas a la verdad y a su búsqueda incesante? El pensamiento que se genera dentro de las salas de clase, ¿conjuga armónicamente la fe y la razón...?", se pregunta. 

“Si la respuesta evidencia un debilitamiento en su misión, deseo animarlos a hacer un esfuerzo por renovar su compromiso de promover con más fuerza las facultades o institutos de teología y de filosofía, junto con las humanidades y las artes”, disciplinas que contribuyen “a fortalecer la búsqueda de verdad, aportando formas de diálogo e integración armónica con las demás ciencias”. 

Los tiempos reclaman asumir el desafío con urgencia, dada la ausencia de respuestas convincentes frente a las preguntas cada vez más acuciantes sobre el sentido de la vida, la vida en sociedad, cómo superar la pobreza, la marginación y la creciente polarización de la sociedad. Preguntas que solo pueden responderse a la luz de una antropología que integre el saber que proviene de la razón y la fe, junto con una mirada amplia que evite cualquier reduccionismo”, afirma.  

Otro desafío que advierte es cómo las universidades católicas pueden llevar a cabo “la realización específica de su identidad católica” y, al mismo tiempo, abrirse “a la novedad de los nuevos conocimientos”. Al respecto, señala que Newman "fue un hombre preclaro en el discernimiento de los signos de los tiempos”. Para él, “todas las disciplinas cultivadas en la universidad pueden ser iluminadas por la teología. Y a su vez, todas las facultades –desde su propia autonomía y epistemología, en el rigor de sus propios métodos y objetivos– de alguna manera pueden llegar a ser también un reflejo de la belleza y de la bondad de Dios, y ojalá un camino de encuentro con el Creador". 

“¡He aquí el grandísimo desafío actual para las universidades católicas! Lo que él llamó ´idea de universidad´ implica, ineludiblemente, alcanzar un saber unificado de las disciplinas académicas”, señala.

“Todas las disciplinas cultivadas en la universidad pueden ser iluminadas por la teología. Y a su vez, todas las facultades –desde su propia autonomía y epistemología, en el rigor de sus propios métodos y objetivos– de alguna manera pueden llegar a ser también un reflejo de la belleza y de la bondad de Dios" – cardenal Chomali 

“Nuestra misión es estar al centro del diálogo a todo nivel" 

John Henry Newman recibió el título cardenalicio de San Giorgio al Velabro en 1879, cuando el Papa León XIII lo nombró cardenal. Su lema elegido fue: "Cor ad cor loquitur" (El corazón habla al corazón) Crédito: Vatican News.

Asimismo, mecniona que, en medio del desarrollo industrial de su época, Newman “vislumbra el peligro de reducir la actividad universitaria a una mera preparación profesionalizante o a una preparación intelectual regida por el criterio de la utilidad”, y “aspira a la creación de un conocimiento y una educación de lo aparentemente inútil (...) el saber por el saber mismo”. “Hoy nos encontramos en una época distinta, un momento que algunos denominan como la era de la información o del conocimiento. Se habla de la necesidad del pensamiento crítico, del análisis de datos, de la integración de tecnologías. ¿No se vislumbra en todo aquello algunas de las intuiciones de Newman?", plantea Chomali. 

“Quiero invitar a las comunidades académicas en general, y a los filósofos y teólogos en particular, a explorar el pensamiento del próximo doctor de la Iglesia y a demostrar que sus reflexiones poseen una luz necesaria para renovar la misión de nuestras universidades católicas (...) Hoy más que nunca, en medio de aires sincretistas, surge la imperiosa necesidad de poner de manifiesto la razonabilidad de la fe y su relación con las demás humanidades, ciencias y artes”, subraya el arzobispo. También enfatiza que “nuestra misión es estar al centro del diálogo a todo nivel, para enriquecerlo desde la preciosa mirada cristológica que nos preside y, al mismo tiempo, eclesial, pues nos convoca”.  

“¡Que la sabiduría de Newman nos inspire a ser verdaderas universidades católicas al servicio de Cristo y de la sociedad! Las futuras generaciones lo van a agradecer, dado que la ausencia de una reflexión de orden más metafísico y teológico nos ha llevado a una gran superficialidad, la que ha empobrecido la capacidad de mirar con un sano espíritu crítico y mayor agudeza la realidad. Ello ha desembocado en una sociedad frívola, donde la cultura del tener ha prevalecido sobre la cultura del ser, y el interés por las cosas y lo inmediato, ha prevalecido sobre el interés por las personas y su futuro”, concluye el cardenal.

"La ausencia de una reflexión de orden más metafísico y teológico nos ha llevado a una gran superficialidad, la que ha empobrecido la capacidad de mirar con un sano espíritu crítico y mayor agudeza la realidad" – cardenal Fernando Chomali  


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