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¿Qué hacer cómo católicos ante la crisis? La Pastoral UC abre un espacio de reflexión


Estudiantes y funcionarios UC expresaron cómo se sienten y dialogaron sobre qué pueden ellos aportar para encontrar soluciones a corto, mediano y largo plazo.

Grupo de mujeres sentadas en el suelo conversando.

photo_camera "Encauzar las propias carreras y futuras profesiones al servicio de los demás, para que esta les ayude a velar por la igualdad y dignidad de las personas, quizás incluso, siento artífices de reformas en campos como la educación y la salud". Esta es una de las propuestas de los estudiantes para contribuir con el desarrollo del país en este momento de crisis. (Foto: Dirección de Pastoral)

Frente a la crisis que vive Chile tras el estallido social del pasado 18 de octubre,la Dirección de Pastoral y Cultura Cristiana de la Pontificia Universidad Católica de Chile ofreció el pasado 12 de noviembre un espacio de reflexión para alumnos y funcionarios, en el que participaron alrededor de 60 personas. 

“No sabemos cómo la efervescencia social nos afecta”, dijo el padre Guillermo Greene, Capellán General de esta casa de estudios cuando dio inicio al diálogo y por ello destacó la importancia de reflexionar sobre lo que está pasando “desde la Pastoral, desde la fe y desde el compromiso con la Iglesia” e indicó que, aunque volver a las aulas es un intento de regresar a la vida cotidiana “la normalidad ha cambiado absolutamente”. “Todos los movimientos sociales están llamando hoy a un nuevo modo de hacer Chile”, señaló el sacerdote. 

Después de escuchar al capellán, los estudiantes se reunieron en pequeños grupos para expresar cómo se han sentido en este casi mes de protesta y cómo podían aportar ellos soluciones a corto, largo y mediano plazo. Luego lograron poner en común lo discutido en sus respectivos grupos.

¿Qué hacer hoy?

Como soluciones a corto plazo los estudiantes aseguraron que resulta importante vivir la acogida, la escucha, construir puentes entre la sociedad y la Iglesia y entre quienes piensan diferente. Frente a la necesidad de dialogar sugirieron que esto se desarrolle poniendo como base un decálogo en el que se logren algunos puntos mínimos no negociables. Muchos de los jóvenes mencionaron la necesidad de evitar etiquetas entre unos y otros, ya que esto solo logra aumentar la polarización y como consecuencia de ello, la violencia. Para ello destacaron la importancia de ponerse en el lugar de los demás y ser capaces de ver a Cristo en el otro. También dijeron que resulta necesario saber comportarse en las redes sociales y no reenviar información cuya procedencia se desconozca y sirva solo para aumentar el pánico entre los usuarios. 

Los estudiantes coincidieron también en la importancia de rezar por Chile “hasta que permee nuestra oración” y de poner a Cristo en el centro. También sugirieron medios como el ayuno y los actos de contrición para reparar el daño causado. Igualmente indicaron que es importante que en la oración cada quien examine sus conciencias y acciones.

Mediano plazo

Los jóvenes también propusieron soluciones a mediano plazo, como involucrarse en actividades sociales que les permitan aportar con medidas concretas a la crisis. “La misericordia no existe de lejos”, expresó uno de ellos. 

También propusieron formarse bien para tener así opiniones sustentadas y poder dejarse interpelar e incomodar por la realidad. En este punto destacaron como fundamental la necesidad de estudiar más la Enseñanza Social de la Iglesia. 

Asimismo los participantes expresaron la importancia de disipar culpas por acciones u omisiones del pasado o por gozar de determinados privilegios, a la vez que pedir perdón en caso de que sea necesario. También darse a la tarea de reconstruir en solidaridad y hermandad por medio de organizaciones de voluntariado y recuperar así la confianza institucional. Algunos jóvenes sugirieron el replanteamiento de varios proyectos, ver en la crisis un punto de inflexión para ello y para darle prioridad a los que puedan responder a las demandas sociales.

Acciones futuras y duraderas

En cuanto a propuestas a largo plazo, muchos estudiantes coincidieron en la necesidad de responder a la propia vocación a la que Dios los llama y servir por medio de ella para construir un país más justo. También encauzar las propias carreras y futuras profesiones al servicio de los demás para que esta les ayude a velar por la igualdad y dignidad de las personas, quizás incluso, siento artífices de reformas en campos como la educación y la salud y así recordar las lecciones que la historia siempre da y hacer de esta crisis una oportunidad para construir un Chile más justo. 

Con estas iniciativas los estudiantes reflexionaron sobre la necesidad de construir “una Iglesia dinámica en el crecimiento del amor, el servicio y el compromiso por una sociedad diferente” como dijo el padre Greene y de que la crisis pueda ser una oportunidad de incentivar para que “Chile no se aquiete porque piensa que tiene el desarrollo económico más grande de América Latina», concluyó el capellán.


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