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Terremotos y Cristos milagrosos: testimonios de arte y devoción de los habitantes de los siglos XVII y XVIII


El “Señor de los Temblores” de la Catedral de Cusco y el enigmático “Señor de Mayo” de la Iglesia de San Agustín en Santiago, son los protagonistas de esta serie de pinturas que simbolizan la fe tras los grandes y destructivos movimientos telúricos que ocurrieron en los países del área surandina siglos atrás.

“Señor de los Temblores” de la Catedral de Cusco y el enigmático “Señor de Mayo” de la Iglesia de San Agustín en Santiago.

Paredes cuarteadas y muros destruidos es la ambientación que acompaña las imágenes de Cristos crucificados, junto a ángeles, apóstoles y la Virgen María. Son la fe y tradición católica que están reflejadas en la muestra, “Terremotos: Cristos milagrosos en el arte virreinal surandino”, undécima de la Colección Joaquín Gandarillas Infante, que se expone en el Centro de Extensión UC, hasta el 31 de julio.

La serie de pinturas, protagonizadas por el “Señor de los Temblores” de la Catedral de Cusco y el “Señor o Cristo de Mayo”, chileno y famoso por su leyenda relacionada con la corona de espinas que bajó a su cuello durante el terremoto del 13 de mayo de 1647, son testimonio del arte colonial surandino de los siglos XVII y XVIII y de los efectos destructivos de los movimientos telúricos ocurridos en esa época.

“Cruzando diferentes saberes, esta muestra ofrece una indagación de las imágenes milagrosas que surgen de la devoción popular durante la ocurrencia de grandes movimientos telúricos en el área surandina, la zona con mayor actividad sísmica del planeta”, comentó el rector de la UC, Ignacio Sánchez.

La muestra consta de una línea de tiempo que va desde el terremoto de 7 grados en la escala de Ritcher ocurrido en Santiago en 1552, hasta el que se suscitó en el norte de Perú y parte de Ecuador, en 2016 y que fue de 7,8 grados.

“Los terremotos nos hermanan con Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia y toda Latinoamérica. Es un tema que nos une. Los peruanos, residentes en Santiago, hacen una fiesta y sacan a su Cristo de los Temblores”, dijo Jaime Gandarillas, secretario de la Fundación Gandarillas Infante.

Devoción histórica

“Las imágenes milagrosas del Crucificado juegan un rol clave en esa época de catástrofes e inseguridad, la población virreinal recurre principalmente ante estos eventos telúricos a Jesús en la Cruz”, señaló Isabel Cruz de Amenábar, curadora de la colección, sobre el conjunto de siete pinturas del Señor de los Temblores y el óleo sobre tela de origen chileno del “Señor de Mayo” con la Dolorosa, San Juan, la Magdalena y una religiosa carmelita”, que son parte de esta muestra.

La curadora dijo que los habitantes del siglo XVII tenían dos versiones relacionadas con el origen de los terremotos. Por un lado, que “estos movimientos telúricos eran una señal de la ira divina contra los hombres, por algún tipo de transgresión ética o puntual”.

Y, por otra parte, el saber tradicional de la época antigua, medieval y precolombina, se apoyaba en la teoría de Aristóteles sobre el origen meteórico y aéreo de estos sismos que parten por “una tierra naturalmente seca que se humedece con la lluvia y que al ser calentada por el sol y por el fuego interior ocasionaba estos grandes sismos”.

Sumo cuidado

La muestra “Terremotos: Cristos milagrosos en el arte virreinal surandino” fue restaurada por Alejandra Bendekovic, quien limpió y trabajó con cada una de las piezas para evitar futuros daños y tratar de iluminar un poco más cada obra. “Trabajé una pieza en particular, que estaba muy intervenida, que tenía mucho barniz, lo que hace que las piezas se vean muy oscuras. En este caso, si bien lo oscuro le da un ambiente al Cristo, hay veces que este efecto es muy exagerado”, explicó la profesional.

El trabajo con cada obra es súper delicado y relativo según lo que necesite cada una. “Puedo estar un mes con cada pieza para obtener los resultados esperados. Yo no las restauro a full porque también la idea del arte colonial es mostrar el paso del tiempo, uno no deja las obras como nuevas. Es imposible”, finalizó Bendekovic.

Esta muestra estará abierta hasta el 31 de julio, de lunes a viernes de 10:00 a 20:00 horas. Sábados de 11:00 a 19:00. Entrada liberada. Para solicitar visitas guiadas gratuitas llamar al 223546572. Más información en extension.uc.cl


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