2025, el año de la geopolítica

Lo ocurrido en Siria con la caída de Bashar al Assad, después de cinco décadas del régimen en poder, es el corolario de un año plagado de “incidentes” internacionales. Quién imaginaría una elección de Estados Unidos con dos intentos intentos de atentado al candidato republicano y un cambio del demócrata a solo tres meses de las votaciones; o variados conflictos abiertos y sin planes de salida como el de Ucrania, Medio Oriente y países de Africa.
Un mundo con menores muros de contención frente a los conflictos bélicos, que parece despreciar el derecho internacional, con organismos internacionales transformados en meros espectadores, una carrera armamentista en ascenso y sin control de los desarrollos nucleares. Un orden global menos basado en reglas y más en la fuerza.
A nivel de negocios, las empresas globales soben que hoy es imposible separar los negocios de la geopolítica. Como señala la Encuesta Global de McKinsey, los directivos directivos consideran que las tensiones geopolíticas son el mayor riesgo para el crecimiento económico de las organizaciones.
Otra fuente de incertidumbre es el proteccionismo. Se piensa erradamente que éste llegará con la presidencia de Trump, pero la evidencia muestra que las restricciones al comercio vienen aumentando aceleradamente desde 2023; ya sea usando la política comercial como herramienta proteccionista o la transición energética como excusa para desplegar subsidios, restricciones al comercio y prohibición de exportaciones. (…)
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