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El Mostrador

Dignidad selectiva


Foto de Luca Valera
account_circle Luca Valera launch
Director Centro Bioética y profesor Facultad Filosofía
No cabe ninguna duda de que, desde hace dos años, la palabra “dignidad” ha adquirido una importancia central en el debate público chileno. Probablemente se instalará como concepto central también en la próxima constitución y, de todas formas, seguirá marcando una época de cambio en Chile.

Como muy a menudo pasa con muchos conceptos, sin embargo, su uso exagerado tiende a hacer desaparecer el real significado que se esconde detrás de esta palabra. De hecho, el término “dignidad” es uno de los más indefinibles, pero, al mismo tiempo, esenciales e irrenunciables para dar fundamentación a los derechos humanos. Ni siquiera los más importantes tratados internacionales sobre los derechos humanos –como el del 1948– definen esta palabra, sino que se limitan a destacar que la dignidad es “inherente a todos los miembros de la familia humana”, quienes son “libres e iguales en dignidad y derechos”. Si bien no la definen, sin embargo destacan que la dignidad es inseparable de la condición humana: está relacionada con el mero hecho de ser un “ser humano”. Por lo tanto, no hay seres humanos sin dignidad. (…)


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