El corazón que transforma al mundo
El Papa Francisco nos dejó como gran último regalo su carta encíclica Dilexit nos . Su mensaje ilumina desde el amor divino, para llevarnos al amor en la relación con otros y a la posibilidad de transformar nuestra sociedad.
¿Por qué querríamos transformar la sociedad? El documento es claro y profundo en su crítica social y cultural del mundo actual: denuncia la carrera por el éxito individual y la superficialidad, denominándola “alienación social”; e incluso habla de "pecados sociales", entendidos como la sumatoria de estructuras que producen desigualdades y sufrimiento. Citando a San Juan Pablo II, afirma que “la repetición de estos pecados contra los demás muchas veces termina consolidando una “estructura de pecado” que llega a afectar el desarrollo de los pueblos” (Sollicitudo rei socialis, 36). Frente a esto, propone situar a Cristo en el centro, no solo de nuestra fe, sino también de nuestras decisiones, nuestros vínculos, nuestro modo de organizarnos como sociedad, para aportar a la construcción de una “civilización del amor” (San Juan Pablo II. Catequesis , 8 de junio de 1994).
El Papa Francisco visualiza al Corazón de Jesús como un modelo de vida que cambia nuestras relaciones humanas, inspirándonos para servir y comprometernos con la justicia, a no mirar hacia el lado ante el dolor ajeno. Esta actitud es una fuerza transformadora que ayudará a superar la violencia, el odio y la guerra, para construir una sociedad más pacífica. Amar a los demás implica construir un mundo más justo y fraterno, invita a tejer lazos con otros, a ser inclusivos, reconociendo la dignidad de cada persona. (...)
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