Evaluación ambiental de proyectos
Concuerdan en que los instrumentos de participación ciudadana han sido desnaturalizados, que el actual Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) no está dando el ancho y que se requieren ajustes sustantivos para evitar que esto siga mermando el desarrollo de iniciativas de inversión. También coinciden en algunas ideas para avanzar en soluciones para un tema que, afirman, es “condición habilitante” para el crecimiento del país.
—En medio del debate sobre la “permisología” ha surgido otro tema: los intereses de algunos grupos que podrían estar trabando proyectos. ¿Cuál es su diagnóstico? ¿Hay obstaculización? (...)
—Irarrázabal: Si uno va a la ley, la participación ciudadana es un instrumento de gestión ambiental con la lógica de mejorar los proyectos (...), pero en la foto actual uno ve que, por defectos de nuestra institucionalidad, más que para mejorar iniciativas, puede ser un vehículo para oponerse. (...)
—Hay quienes dicen que se ha formado una “industria del litigio”, con ONG organizadas para oponerse a proyectos…
—Irarrázabal: Están dadas las condiciones para que ocurra. El 2010 se modificó la ley y cualquier persona, natural o jurídica, puede presentar una observación ciudadana, cuestión que no estaba contemplada en la ley original. (...) Además, la legislación es difusa respecto de las causales de rechazo de un proyecto en el SEIA. Eso genera dos problemas: no se sabe muy bien respecto de qué hay que reclamar (...) y, y esto ha sido una interpretación que han tenido tribunales ambientales y la Corte Suprema, está la titularidad colectiva: cualquier persona puede ser afectada en temas ambientales, donde sea que viva. Entonces, están todas las condiciones para que esa “industria del litigio” se desarrolle. (...)