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La ciencia descifra secretos del desierto florido


Foto de María Fernanda Pérez
Profesora Facultad Ciencias Biológicas
Cada año, tras las intensas lluvias de julio, el desierto de Atacama vuelve a florecer, dejando un paisaje de contrastes que deslumbra e intriga: ¿Cómo los suelos áridos del desierto pueden cubrirse de un manto de flores en tan poco tiempo? ¿Qué estrategias han desarrollado estas plantas para sobrevivir? ¿Podríamos aplicar algunas de estas estrategias en la agricultura para enfrentar la prolongada sequía que afecta Chile Central?

Muchas de las plantas que crecen actualmente en el desierto de Atacama derivan de linajes que se originaron en los climas fríos de la Patagonia y que colonizaron los ambientes áridos 5 a 10 millones de años atrás. La clave para conquistar estos hábitats pareciera haber estado en la adquisición de una estrategia de desarrollo rápido, pues muchas de las plantas que crecen en el desierto son anuales, es decir germinan, florecen, semillan y mueren en unos pocos meses, antes que las condiciones climáticas se vuelvan demasiado cálidas y secas.

Sus parientes "sureños", en cambio, suelen ser más longevos, más lentos para crecer y bastante más resistentes al frío y a la desecación (que en el sur es producida por el viento).
Pero crecer rápido en los suelos arenosos e infértiles del desierto puede ser un gran desafío, aún después de una lluvia. En este escenario se vuelven particularmente relevantes la interacciones con microorganismos del suelo, que se alimentan de los desechos y exudados de las raíces, pero que al mismo tiempo entregan beneficios a las plantas, constituyendo un ecosistema que se conoce como rizósfera.

La secuenciación masiva de ADN ambiental ha permitido describir una gran diversidad de microorganismos, con muchas especies endémicas del Atacama. Entre estos se encuentran bacterias, que liberan hormonas y otros compuestos que promueven y aceleran el crecimiento de las plantas, similares a los que se utilizan en la agricultura. También se han descrito bacterias que fijan nitrógeno atmosférico dejándolo disponible para las plantas y hongos micorrízicos que generan una red de filamentos para facilitar la adquisición de agua y nutrientes. (...)


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