César Bona en su paso por Chile: “La educación tiene que ver con la felicidad”

“Un aula nunca debe ser una trinchera” declaró en su paso por Chile el maestro de primaria César Bona, elegido mejor profesor español de 2015 y uno de los finalistas del Global Teacher Prize, equivalente en Educación al Premio Nobel. Bona fue invitado a participar en el seminario internacional "Escuchar para educar: desafíos y buenas practicas pedagógicas", que fue organizado por el Centro de Desarrollo de Tecnologías de Inclusión (CEDETi) y la Facultad de Educación.

Durante su charla, el maestro español hizo jugar y participar al público y transformó la audiencia en una gran sala de clases. En el encuentro también participó el director de la escuela Karol Cardenal de Cracovia, de la comuna de Pedro Aguirre Cerda, el chileno Juan Carlos Navarrete. La actividad fue encabezada por el rector Ignacio Sánchez; la decana de la Facultad de Educación, Lorena Medina y el director de CEDETi, Ricardo Rosas.

Durante la inauguración, el rector valoró la posibilidad de incorporar en nuestro sistema educativo espacios que potencien el aporte de cada estudiante. “Espacios como los que los profesores invitados desarrollan en sus escuelas representan una apuesta por la participación de los alumnos y la comunicación horizontal a partir de profesores que interpretan, ven y escuchan para contribuir a la mejor formación de niños y jóvenes. La idea es ampliar sus conocimientos, pero sin dejar de desarrollar el pensamiento crítico y sus habilidades sociales, y al mismo tiempo, abrir espacios de creatividad y calidad pedagógica en el aula”, señaló.  

En su intervención, la decana Lorena Medina recalcó la diferencia entre “educar para comprender las disciplinas y hacerlo para la comprensión humana, donde radica la misión de la educación”.

“Mirar con ojos de niño”

Juan Carlos Navarrete, director de la escuela Karol Cardenal de Cracovia, fue invitado a mostrar la exitosa experiencia de su establecimiento. Con una trayectoria de más de 40 años al mando de hogares de niños y trabajando con instituciones de acogida para menores, el director relató que en su escuela existe un proyecto comunitario al que han bautizado “Sueño humano de esperanza”. Explicó que trabajan como si fuera una pequeña república independiente, en torno a un grupo de principios filosóficos que han sido acordados en conjunto con toda la comunidad. “La buena escuela no selecciona, sino que se la juega porque cada niño dé lo mejor de sí mismo. Primero está la persona, y después el estudiante. La calidad de la educación no es una cifra. Las escuelas deben potenciar valores y virtudes, ya que no todo es medible por el SIMCE”, sostuvo.

Navarrete explicó que en cada curso los niños construyen micro- proyectos y que en este marco existen dentro de la comunidad supermercados, ministerios, sistemas de vigilancia y de reconocimiento, leyes, responsabilidades y hasta dinero al que han bautizado moneda Cracoviana. “Tenemos reglas auto consensuadas y promovemos pensar colectivamente, el debate y la argumentación. Los niños son socios activos de su propia educación”, concluyó.

Por su parte, César Bona hizo participar y jugar a la audiencia compuesta por más de 450 profesores de todo Chile. Inició su charla declarando que “si algún día encuentro algún tedio, me dedico a otra cosa. La vocación se puede difuminar con los años, pero es imprescindible mantener la actitud positiva cada día al enfrentar la sala de clases.  Los niños tienen que ir a clases con hambre de aprender, de divertirse y de pasarla bien”. Más adelante dio recomendaciones para hacer una buena clase y mantener en alto la creatividad y el interés de los niños. “Tengamos a mano un tubo para comunicar el adulto que somos con el niño que fuimos. Que el tubo siempre esté abierto y nos permita mirar el mundo con los ojos de niño”, agregó.

Bona también recomendó tener una brújula, para saber hacia dónde se dirige la clase, y no olvidar nunca el propósito final de lo que el profesor está enseñando. “¿Ciencia o Gramática para qué? Para aplicarlo en la vida real. El currículum suele ser muy largo, y cuando se reforma, suele ser para agregarle más cosas, y dejar menos espacio para formar seres humanos integrales”, declaró. Más adelante, Bona también llamó a tener presente el peso de las palabras. “Decirle a un niño “eres un desastre” o “no sirves para esto” es condenarlo al fracaso. El profesor tiene que tener presente que declarar algo es decretarlo. Las palabras que les damos a los niños son indelebles, se quedan siempre allí. Los maestros tenemos una varita mágica para hacer crecer o disminuir la autoestima de nuestros niños”, ahondó.

El maestro español también dijo que es importante que la familia participe, ya que es el órgano principal de la educación. “Hay que dejar de tirarse piedras entre la familia y los profesores. Mientras no seamos equipo, el gran perjudicado seguirá siendo el niño”, sostuvo. Y agregó: “Los niños no son adultos del futuro, sino habitantes del presente. Tenemos que verlos como lo que son, personas en formación pero del aquí y del ahora. Tenemos que invitarlos a interactuar con el mundo real”.  
 “La felicidad tiene mucho que ver con la educación, y la educación con la felicidad. Contagiemos en positivo. Saquemos a la luz lo mejor de nosotros. Un aula nunca es una trinchera, debe ser un lugar lleno de optimismo. No debemos olvidar que cada día estamos aportando para hacer de este un lugar mejor”, finalizó.

El seminario finalizó con un conversatorio en el que se sumó la jefa del Sistema de Prácticas de la Facultad, Magdalena Muller, y donde participaron todos los panelistas junto a un entusiasta público presente.

Francisco Zabaleta, Facultad de Educación, fzabaleta@uc.cl