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Columna rector: La Encíclica de la fraternidad y la amistad social


En esta carta encíclica el Papa Francisco nos hace un llamado a considerarnos parte de una comunidad fraterna, preocupada del desarrollo integral de todos sus habitantes. “En la UC -apunta el rector Ignacio Sánchez en una columna que publica El Mostrador - nos sentimos llamados de manera especial a aportar en la renovación de nuestra convivencia nacional desde nuestro trabajo académico. El llamado debiera ser enfrentar un diálogo fraterno en miras del anhelo de bien común que nos convoca. Es así como no debemos tener miedo a dar valor a nuestras diferencias, pues en ellas reside la posibilidad de avanzar hacia una sociedad humana y fraterna, donde todos podamos aportar desde nuestra identidad”.

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photo_camera El Papa Francisco nos invita a incorporar a todas las personas a un diálogo abierto y fecundo, con respeto, y valoración de su dignidad.- Foto Pexels.

“La nueva encíclica del Papa Francisco, Fratelli Tutti (Hermanos todos), su tercera encíclica, inspirada en la figura de San Francisco de Asís, plantea que la fraternidad y la amistad social deben ser los caminos concretos para trabajar por la justicia y la paz.  En el reciente documento nos invita a reaccionar ante la cultura del descarte, con “un nuevo sueño de fraternidad y amistad social que no se quede en las palabras”. Es un documento muy apropiado y directo a los desafíos que enfrenta hoy nuestro país, en la reflexión de la nueva carta fundamental.

En el contexto de una pandemia mundial que dejó al descubierto nuestras vulnerabilidades y en especial cuan desconectados estamos, como así también grandes crisis sociopolíticas a nivel global y local, el Papa Francisco hace un llamado a tomar conciencia de que estamos todos en la misma barca y que nadie se salva solo, si no, por el contrario, es preciso reconocernos unos a otros como hermanos, en tanto hijos de un solo Creador y miembros de la misma familia humana. Esto implica revisar los valores con que hemos construido nuestra sociedad, los cuales se deben ver desafiados por una nueva cultura del encuentro.

"En el reciente documento  (el Papa)  nos invita a reaccionar ante la cultura del descarte, con “un nuevo sueño de fraternidad y amistad social que no se quede en las palabras”. Es un documento muy apropiado y directo a los desafíos que enfrenta hoy nuestro país, en la reflexión de la nueva carta fundamenta"- Ignacio Sánchez, rector

Dividida en ocho capítulos, la carta analiza primero los problemas sociopolíticos actuales que desfavorecen el desarrollo de la fraternidad universal. Luego, se propone diversas acciones concretas desde una nueva lectura de la parábola de El Buen Samaritano, la que considera un “ícono iluminador, capaz de poner de manifiesto la opción de fondo que necesitamos tomar para reconstruir este mundo que nos duele”. Es una opción que implica trabajar con personas distintas, de lugares diferentes, la que nos permitirá construir una sociedad más humana.

Luego de un profundo análisis de la realidad que vivimos, el documento da paso a signos de esperanza, desarrollando los conceptos de libertad, igualdad y fraternidad. Dice el Papa que para se requiere percibir “el valor integral del ser humano, siempre y en cualquier circunstancia”. En este sentido, el valor de la solidaridad requiere del compromiso fundamental y especial de todos quienes tenemos responsabilidades formativas y educativas.

Esta encíclica nos invita a incorporar a todas las personas a un diálogo abierto y fecundo, con respeto, valoración de su dignidad, acogida de quienes han sido ignorados y, en especial, segregados por nuestra sociedad.  Es evidente que, a pesar de estar hiperconectados, ha existido una fragmentación que hizo difícil ver la amenaza que hoy nos afecta a todos. El anhelo de hermandad y comunidad surge de una mirada del mundo en que nos necesitamos mutua y colaborativamente. Esta necesidad ha quedado en evidencia de manera especial en estos tiempos en que la pandemia ha afectado a todo el mundo, y de manera especial a nuestro país. La colaboración entre las universidades ha sido un factor muy importante para aportar bienes públicos al país.

"Dice el Papa que para caminar hacia la amistad social y la fraternidad se requiere percibir “el valor integral del ser humano, siempre y en cualquier circunstancia”- Ignacio Sánchez, rector 

La ilusión de autosuficiencia que nos invadió en el pasado no es más que eso, pues como indica el texto de la encíclica “un ser humano está hecho de tal manera que no se realiza, no se desarrolla ni puede encontrar su plenitud, si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás”. Y es que nuestra vida subsiste donde hay vínculo, comunión y en una real fraternidad, “no hay vida cuando pretendemos pertenecer sólo a nosotros mismos y vivir como islas”. Francisco nos habla de la creciente apertura de la entrega generosa, nos dice que “nadie madura ni alcanza su plenitud aislándose, pues por su propia dinámica, el amor reclama una creciente apertura, mayor capacidad de acoger a otros”. Desde esta perspectiva, entonces es necesario desarrollar sociedades abiertas que integren a todos y todas, donde no haya espacio a la exclusión de ningún tipo. Así, la tarea educativa crece, destacando el desarrollo de hábitos solidarios, la capacidad de pensar la vida humana más integralmente, con hondura y profundidad espiritual. Todo lo anterior es vital para dar calidad a las relaciones humanas.

Otro tema que aborda la carta encíclica es el necesario diálogo social hacia una nueva cultura. El diálogo aparece como la forma más evidente de desarrollar la amistad social, la mejor forma de conocer, y en especial de reconocer al otro. Sin embargo, para promover un debate completo es necesario que participen todas las posiciones.  En este sentido, el proceso de diálogo que se debe generar en nuestro país para enfrentar los desafíos que tenemos se enmarca en este llamado. La frase “un país crece cuando sus diversas riquezas culturales dialogan de manera constructiva: la cultura popular, la universitaria, la juvenil, la artística, la tecnológica, la cultura económica, la cultura de la familia y de los medios de comunicación”, resuena y encuentra todo el sentido entre nosotros.

"Es necesario desarrollar sociedades abiertas que integren a todos y todas, donde no haya espacio a la exclusión de ningún tipo.  Así, la tarea educativa crece, destacando el desarrollo de hábitos solidarios, la capacidad de pensar la vida humana más integralmente, con hondura y profundidad espiritual"- Ignacio Sánchez, rector 

En resumen, en esta encíclica Francisco nos hace un llamado a considerarnos parte de una comunidad fraterna, preocupada del desarrollo integral de todos sus habitantes. Especialmente interpelados nos sentimos en Chile, en tanto nos encontramos frente a un gran proceso de cambios sociales, en medio de las crisis social, sanitaria y política que hemos vivido desde hace más de un año. En la UC nos sentimos llamados de manera especial a aportar en la renovación de nuestra convivencia nacional desde nuestro trabajo académico. El llamado debiera ser enfrentar un diálogo fraterno en miras del anhelo de bien común que nos convoca. Es así como no debemos tener miedo a dar valor a nuestras diferencias, pues en ellas reside la posibilidad de avanzar hacia una sociedad humana y fraterna, donde todos podamos aportar desde nuestra identidad.  En la expresión de estas diferencias radica la clave de la construcción de un mejor país”.

 


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