¿Cuáles son los cambios en la Ley de Adopción?
La reforma integral al sistema de adopción, aprobada este lunes 16 de junio, busca agilizar y simplificar los procesos, que pueden durar más de 6 años. Además, modifica el modelo de evaluación a los futuros padres adoptivos, incorporando una dimensión formativa. Este nuevo enfoque fue validado por el equipo de Carolina Muñoz, académica de la Escuela de Trabajo Social y directora de la UVG.

photo_camera La reforma integral al sistema de adopción fue aprobada este lunes 16 de junio. Foto: Pexels
En Chile se adoptan cerca de 250 niños, niñas y adolescentes al año, en un proceso que puede durar entre 3 y 6 años, o incluso más, según el Ministerio de Desarrollo Social y Familia.
Pero esta situación podría cambiar con la reforma integral al sistema de adopción. La normativa se aprobó este 16 de junio en la Cámara de Diputados tras casi 12 años de tramitación y quedó lista para ser promulgada como ley.
“Me parece que se humaniza el proceso de adopción en Chile, cuidando también a quienes voluntariamente quieren ser padres y madres adoptivas”, comentó Carolina Muñoz, profesora de la Escuela de Trabajo Social y directora de la Unidad de Apoyo a Víctimas de Violencia Sexual, de Género y Discriminación (UVG).
“La implementación de la reforma no puede estar aislada de todo el sistema de protección especializado a la niñez y adolescencia. Deben existir articulaciones con los programas de cuidado alternativo, velando por una permanencia relacional que favorezca los vínculos significativos de los niños, niñas y adolescentes” - Carolina Muñoz, académica UC.
La académica, junto con destacar los cambios aplicados y calificarlos como un avance, también señaló que estos no pueden abordarse de manera independiente: “La implementación de la reforma no puede estar aislada de todo el sistema de protección especializado a la niñez y adolescencia. Deben existir articulaciones con los programas de cuidado alternativo, velando por una permanencia relacional que favorezca los vínculos significativos de los niños, niñas y adolescentes”, explicó.
¿Qué cambios contempla la reforma?
La normativa pone en el centro el interés superior de los niños, niñas y adolescentes; crea un solo proceso judicial y establece un plazo máximo de entre 12 y 18 meses para que el juez o la jueza determine si el niño se revincula con su familia de origen o se vincula con una familia adoptiva.
También elimina la rígida preferencia, al permitir que todos los tipos de familia —ya sea un matrimonio, personas solteras o parejas con acuerdo de unión civil— puedan adoptar si cumplen con las exigencias.
Además, establece que los niños y niñas adoptados podrán mantener contacto con sus familiares de origen; incorpora posibilidades excepcionales para que las familias de acogida puedan adoptar bajo ciertos requisitos; y perfecciona el delito de obtención ilegal de un niño, niña o adolescente.
La importancia de la nueva evaluación formativa y el rol de la UC
Otro cambio que implica la reforma es el modelo de evaluación formativa de parentalidad adoptiva, el cual busca apoyar y preparar a las futuras familias que ingresen al proceso.
Carolina Muñoz lideró el equipo que validó e implementó el modelo en cuatro regiones, con el objetivo de analizar los resultados, capacitar al personal y redactar un manual. En este equipo también participó, como asesora, Marigen Narea, académica de la Escuela de Psicología UC.
El modelo anterior, indicó la profesora UC, no favorecía la generación de confianza, transparencia y alianza con las familias postulantes, y no aportaba los elementos necesarios para determinar los indicadores de idoneidad para el rol de padres adoptivos, ya que establecía como parámetros centrales la presencia o ausencia de habilidades, capacidades y aspectos de la personalidad de los postulantes para proyectar su desempeño como futuras madres o padres, con un fuerte enfoque en la aplicación de pruebas psicológicas.
"Ante estos déficits, se visualizó la necesidad de que el proceso de evaluación contribuyera a la formación de las familias postulantes, identificando las necesidades de acompañamiento que podrían requerir para avanzar en el proceso adoptivo, según el perfil de cada una" - Carolina Muñoz, académica UC.
“Ante estos déficits, se visualizó la necesidad de que el proceso de evaluación contribuyera a la formación de las familias postulantes, identificando las necesidades de acompañamiento que podrían requerir para avanzar en el proceso adoptivo, según el perfil de cada una”, comentó la académica y agregó: “De ahí la relevancia del carácter evaluativo-formativo del modelo, que promueve espacios de retroalimentación y reflexión continua con los postulantes”.