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Desde altura de la mesa hasta inflexibilidad de vocales: Barreras que persisten a la hora de votar


Pese a que la legislación asegura el derecho de las personas mayores o con discapacidad a sufragar –con medidas como el voto asistido y accesibilidad universal–, una gran parte todavía debe enfrentar dificultades para emitir su voto, desde la infraestructura –como el tamaño de la cámara secreta–, hasta desconocimiento de parte de los vocales de mesa. Según datos del CEDETi UC, el 76% de las personas discapacitadas reporta problemas para votar.

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photo_camera Según Jimena Luna, coordinadora de proyectos de CEDETi UC, las personas con discapacidad deben enfrentar barreras en su entorno, de información y actitudinales. Crédito Foto: César Dellepiane.

Llegar al colegio donde vota, encontrar su mesa, hacer la fila, entrar a la cámara secreta, votar, doblar el voto e ingresarlo en la urna no es un problema para José Pablo Beltrán. Las barreras las encuentra al momento de tener que comunicarse con los vocales de mesa, quienes no suelen saber lengua de señas.

José Pablo, quien es alumno de segundo año de Animación Digital en el Duoc UC, tiene una hipoacusia bilateral profunda, es decir, una pérdida de audición grave en ambos oídos; y también es un persona con autismo.

“Yo voy informado a votar, me gusta mucho el proceso. Entro con un papel donde anoto los nombres de mis candidatos. Pero comunicarme con la gente de la mesa es complicado porque no me entienden; si no fuera por mi mamá o mis hermanos, que hacen de intérprete, sería muy complicado”, comenta el estudiante.

La Fundación Chilena para la Discapacidad (FCHD) realizó un estudio sobre la participación política y comunitaria de las personas en situación de discapacidad en Chile, que fue aplicado a 201 personas en 15 regiones del país. El informe detalla que el 68% de las personas con discapacidad acudió a votar en las últimas elecciones, mientras que el 32% optó por no hacerlo. El Centro de Desarrollo de Tecnologías de Inclusión (CEDETi UC) también presentó un estudio, “Participación política de personas con discapacidad: Accesibilidad al proceso de voto en Chile”, en el cual participaron 145 personas con discapacidad entre fines de 2021 y comienzos de 2022, donde un 76% reportó problemas de accesibilidad al votar.

Entre los problemas más frecuentes, explica Jimena Luna, coordinadora de proyectos de CEDETi UC, se encuentran las barreras del entorno, como el tamaño insuficiente de la cámara de voto y la altura de la mesa de votación, que puede ser muy alta para usuarios de sillas de ruedas o personas de baja estatura.

También existen barreras de acceso a la información, relacionadas, por ejemplo, con las plantillas en Braille, las cuales pueden resultar confusas y no calzar con el voto, junto con barreras actitudinales como el desconocimiento de los vocales de mesa sobre el proceso de voto asistido o la falta de flexibilidad para mover la urna cuando el lugar donde se encuentra la mesa de votación no es accesible.

“Como los procesos de votación se realizan en espacios educativos, es relevante que se invierta en accesibilidad en estas instalaciones, tanto para responder al derecho a la accesibilidad en los procesos educativos como para instancias de sufragio” - Jimena Luna, CEDETI UC. 

“Como los procesos de votación se realizan en espacios educativos, es relevante que se invierta en accesibilidad en estas instalaciones, tanto para responder al derecho a la accesibilidad en los procesos educativos como para instancias de sufragio”, comenta la experta.

Las barreras antes de la urna

Junto con los desafíos que se deben sortear al momento de la votación, también existen obstáculos durante las campañas electorales. Un ejemplo de las barreras de acceso a la información, detalla la investigadora, es el formato en que se entrega el contenido, el cual suele ser visual y en formato físico, como afiches.

“Esta misma información gráfica debería estar disponible en un sitio web centralizado, con sus respectivas descripciones de imágenes, para que las personas ciegas puedan acceder a la información con sus lectores de pantalla”, detalla la investigadora, y agrega: “además, los programas o propuestas de las candidaturas deben estar redactados en un lenguaje sencillo o en Lectura Fácil, para que sean comprendidos por todas las personas, especialmente por aquellas con discapacidad intelectual”.

Otra situación en la que hay limitaciones es la franja electoral televisiva, la cual, aunque ha tenido avances en materia de accesibilidad —como subtitulado e interpretación en lengua de señas chilenas—, aún presenta dificultades de acceso a la información.

“En la franja, cuando se cambia de alianza política, partido o candidatura, solo se muestra en pantalla el nombre de la candidatura o partido, pero sin audio; por lo tanto, las personas ciegas no perciben oportunamente la información. Lo mismo ocurre con el contenido de la franja que solo muestra imágenes sin audio”, dice Jimena Luna.

Informar para derribar las barreras

Chile ratificó el artículo 29 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, adoptada por la ONU en 2006, que garantiza la participación plena de las personas con discapacidad en la vida política y pública. Además, desde 2010, está en vigor la Ley N° 20.422, la cual asegura el derecho a la igualdad de oportunidades y la inclusión social de las personas con discapacidad.

Algunas medidas adoptadas por el Servel para asegurar la participación de las personas con discapacidad son el voto asistido (Ley N° 20.183), la colaboración del presidente de mesa para doblar y cerrar el voto con el sello fuera de la cámara secreta, y la posibilidad de votar de manera autónoma fuera de la cámara secreta con el resguardo de los vocales.

Las personas con discapacidad visual pueden optar por utilizar una plantilla confeccionada en mica transparente o plantillas con sistema braille. Además, las personas sordas pueden acceder a la interpretación en lengua de señas a través de la plataforma Sistema Visor.

Según el estudio del Centro UC, el voto asistido fue usado por un 53% de los encuestados, siendo el acompañamiento por una persona de confianza la modalidad más común (58%). Sin embargo, un 5% indicó que no sabe cómo pedirlo, otro 5% no sabe lo que es el voto asistido y un 1,7% declaró que se lo negaron.

Para asegurar un proceso electoral verdaderamente accesible e inclusivo, se debe “reforzar la capacitación de los vocales de mesa y de los encargados de locales de votación, que estén concientizados sobre los derechos de las personas con discapacidad y los alcances de la ley sobre voto asistido. Además, se deben generar protocolos claros respecto a las eventuales situaciones que puedan presentarse durante el uso del voto asistido; por ejemplo, instruir claramente que la urna puede ser bajada por el presidente o presidenta de mesa cuando una persona con discapacidad no puede acceder a la mesa por falta de accesibilidad”, afirma la experta.

Finalmente, Jimena Luna recomienda explorar el diseño de una estrategia ampliamente utilizada en otros países, que es el voto adelantado por correo, lo que permitiría a las personas con discapacidad votar desde sus hogares y enviar el voto, de acuerdo con protocolos que se establezcan para ello. Este proceso significa implementar apoyos para el ejercicio cívico de votar, de acuerdo a los compromisos adquiridos por Chile en materia de derechos humanos de personas con discapacidad.


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