El valor del cruce entre ética, derechos humanos e interdisciplina

Oriana Bernasconi estudió Sociología en la Pontificia Universidad Católica de Chile en la década de los 90 y recién en marzo de 2025 volvió a la UC como profesora asociada del Instituto de Éticas Aplicadas UC (IEA) y como miembro del Centro UC para el Diálogo y la Paz.

Después de hacer un doctorado en Sociología en la London School of Economics and Political Science, un magíster en Estudios Culturales y Sociología en la Birmingham University, y trabajar por 17 años en otras universidades, reconoce que quería regresar a la Universidad Católica.

“Es una vuelta a casa, porque te reencuentras con elementos basales de tu ejercicio profesional, y porque tienes el campus y la cultura UC en el ADN. Siento que hay cosas que son parte de mi modo de ejercer el oficio que vienen de esa formación”, explica.

En 2010, una antropóloga del equipo de la actual Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi, que fue un centro de detención durante la dictadura, aprovechando la experiencia laboral de Bernasconi, le pidió un “favor” que se transformó luego en su primer proyecto de la línea de sociología del conocimiento sobre violaciones a los derechos humanos.

“El eje del proyecto era explorar los instrumentos de registro de los casos asistidos por los organismos de derechos humanos del tiempo de la dictadura. Era una vía de entrada a la comprensión del modo en que como sociedad hemos desarrollado para conocer y gestionar hechos terribles. El estudio consistía en pensar acerca de toda la inscripción de la violencia a ese nivel. De ahí surgía la pregunta ¿qué necesitamos saber para asistir a las víctimas?”, recuerda.

Aunque en ese momento el proyecto fue inviable, la profesora Bernasconi persistió en su interés de llevarlo a cabo. “Me interesa mucho conocer. Creo que eso es lo que me produce más satisfacción al investigar; más que reportarla. Se desarrolla una adscripción emocional, ética, si puedo poner mi profesión y mis conocimientos al servicio de una población dañada, sea por el Estado, por sus ideas, por estar en el lugar y momento equivocados”, destaca.

"Me interesa mucho conocer. Creo que eso es lo que me produce más satisfacción al investigar; más que reportarla" - Oriana Bernasconi

Si bien le interesa conocer, y en los últimos diez años lo ha hecho intensamente, liderando distintos proyectos interdisciplinarios, la académica puntualiza que “no se agota ahí mi realización”. En general, busca que sus investigaciones sirvan a las comunidades con las que trabaja. “Nosotros tenemos la oportunidad de elegir qué investigamos. Yo elijo temas que me conmueven, porque así me interesan de una manera más integral. Se involucran mis afectos, mis valores, y una red de trabajo muy amplia y diversa de la que aprendo mucho. Durante las investigaciones se producen episodios conmovedores que me van guiando hacia dónde ir o me dicen qué debería atender. De ahí saco elementos pedagógicos y los incorporo en mis clases”, enfatiza.

Núcleo Milenio Data Justa y la ética de la investigación

En marzo pasado, se realizó el lanzamiento del Núcleo Milenio de Investigación en “Producción y uso estatal de datos sobre violaciones a derechos humanos y vulneraciones de derechos” – Data Justa-, del que Oriana Bernasconi es directora. En la instancia, que se llevó a cabo en el Campus Patrimonial de la Universidad Alberto Hurtado, participaron autoridades de gobierno y de las universidades que reúne la investigación.

Su objetivo es analizar críticamente el conocimiento que el Estado genera sobre violaciones a los derechos humanos y otras vulneraciones graves, y cómo este conocimiento influye en las respuestas ofrecidas a las víctimas. La investigación se enfocará en tres vulneraciones: femicidios, trata de personas y víctimas del estallido social de 2019 y 2020.

En la ocasión, la profesora Bernasconi destacó que “para que una sociedad pueda afrontar violaciones a los derechos humanos y severas vulneraciones a la integridad de las personas, la producción de conocimiento es vital. El conocimiento permite acceder a la verdad de lo ocurrido, comprender y medir la magnitud de este tipo de hechos, organizar los mecanismos para ofrecer protección, reparación y justicia a las víctimas y sus familias, y establecer las medidas y condiciones necesarias para evitar la recurrencia de esos eventos”.

Asegura que Data Justa puede ofrecer al Estado recomendaciones para su política de generación de conocimiento o de manejo de datos “y también abordar la dimensión ética del estudio con información sensible, sobre población de especial protección. Que podamos hacer recomendaciones en estos niveles, que salgan del trabajo conjunto, es un desafío”.

Parte primordial de esta indagación también se enfoca en la ética de la investigación y en el cuidado de los equipos que trabajan o investigan hechos terribles. “El cuidado tiene que ver con poder anticipar, prevenir, dar herramientas de contención para navegar en situaciones complejas y enfrentar conflictos. Cuando una tiene esas herramientas, estas circunstancias hacen crecer”, enfatiza la académica.

"Para que una sociedad pueda afrontar violaciones a los derechos humanos y severas vulneraciones a la integridad de las personas, la producción de conocimiento es vital" - Oriana Bernasconi.

La riqueza de un espacio interdisciplinario

La llegada de Oriana Bernasconi al Instituto de Éticas Aplicadas y al Centro UC para el Diálogo y la Paz viene a enriquecer el trabajo de la investigadora, según destaca, ya que potenciará las herramientas para pensar los asuntos éticos, que son muchos en Data Justa.

“Este cruce entre ética, derechos humanos e interdisciplina es súper interesante de desarrollar y le veo muchas oportunidades en lo que se refiere a la formación de nuestra misión institucional. Y es un área en la que la Universidad, el Instituto y el Centro pueden generar contribuciones a la sociedad y al Estado. Data Justa es eso, investigar al Estado, no para evaluarlo sino para contribuir a la mejora de su gestión. Y así se pueden pensar muchos proyectos e iniciativas que colaboren con el rol de la universidad en la sociedad, su incidencia en los asuntos públicos y también en la vinculación academia-Estado”, explica.

La profesora Bernasconi plantea, además, el desafío de instalar desde la Universidad con proyección a todo el país una cultura de paz. “La idea es reflexionar y generar estrategias para aportar en situaciones de conflicto con mecanismos para su resolución pacífica. Los estudios de paz están muy poco desarrollados en Chile, pero sí los hay en países de la región, como Colombia, donde convergen iniciativas de paz de las comunidades y de instituciones estatales a distintas escalas.  Me parece muy interesante que el Centro pudiera tener un rol público de articulador y de potenciador para desarrollar estos estudios en nuestro país”, señala.