Experta señala que los profesores deben tener un estándar mínimo de conocimiento y habilidades para entrar a una sala de clases

La necesidad de desmitificar creencias como la que dice que un buen profesor sólo necesita tener un buen carácter para tratar a los niños, o mucha paciencia y talento innato para educar, planteó la especialista Deborah L. Ball durante la conferencia que dictó en la Facultad de Educación UC. La decana de la Escuela de Educación de la Universidad de Michigan y directora del Centro de Estudios para la Formación Inicial, Teaching Works, de la misma universidad norteamericana, participó en el seminario “Aprender a enseñar: el currículum basado en la práctica en la formación de profesores”.

La visita de la profesora Ball se enmarcó dentro de la colaboración entre la Facultad de Educación de la UC y la escuela de Educación de la Universidad de Michigan consolidada a través del trabajo en el Convenio de Desempeño entre la UC y el Ministerio de Educación.

La académica explicó el currículum que ha desarrollado junto a su equipo para la formación de profesores sobre la base de  las prácticas generativas (High Leverage Practices) en la Universidad de Michigan, y que se han ocupado como referentes en los programas de formación inicial de la UC.

 “No queremos que improvisen”

Además se refirió a aspectos relativos a la formación inicial docente y la importancia que esta carrera reviste para el resto de la sociedad. “La profesión docente es la única ocupación que toca a todos los ciudadanos de una sociedad, de una nación. Es la única profesión que trabaja con cada persona del país, y es la encargada de producir y formar los recursos humanos del futuro”, aseveró.

Deborah Ball desmitificó algunas creencias que existen en torno a la carrera docente. “La gente cree que enseñar no es tan difícil, y que un buen maestro se hace en la práctica. Otros creen que enseñar a los niños depende de la creatividad, del buen carácter y la paciencia de un profesor. Que un buen maestro tiene algunas cualidades innatas, que la gente nace para enseñar”, planteó.

Y agregó que la docencia es una profesión compleja que requiere de un conjunto específico de conocimientos, habilidades de razonamiento y de expresión y técnicas. “Para un país o una sociedad, es muy riesgoso confiar sólo en la creatividad de las personas o el talento innato para convertirse en profesores.  Una nación no puede confiar sólo en las intuiciones de sus maestros. No queremos que los profesores improvisen, sino que posean conocimiento técnico avanzado”, argumentó.

Sostuvo que confiar sólo en el talento innato de los profesores es poner a los niños en riesgo. Sólo si una persona demuestra que es capaz de poseer un estándar mínimo de conocimiento y habilidades debería entrar a una sala de clases.

Lenguaje común

Ball identificó tres problemas mayores que enfrenta la profesión docente en todos los países: la falta de un lenguaje común para esta carrera, la inexistencia de un currículum compartido para la formación inicial docente y la carencia de estándares que se le puedan exigir al profesor recién titulado. “Cada programa de formación inicial posee sus propias ideas sobre lo que es ser un buen profesor, no existen normas compartidas que indiquen si una persona está preparada o no para ejercer la carrera y hacer clases”, afirmó.

La actividad finalizó con un panel final de comentarios en el que participó Lorena Meckes, investigadora UC e integrante del Consejo Nacional de Educación; Alejandra Meneses, coordinadora del Rediseño del Convenio de Desempeño y Magdalena Müller, profesora y jefe Sistema Prácticas Educación UC. En la mesa se abordaron experiencias locales de innovaciones para un currículum basado en la práctica en la formación de profesores.

INFORMACIÓN PERIODÍSTICA

Francisco Zabaleta, Facultad de Educación, fzabaleta@uc.cl