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Fernando Iwasaki dictó seminario en el ciclo “La ciudad y las palabras”


“La ciudad barroca” es título del taller que realizó el escritor peruano Fernando Iwasaki en el marco del ciclo La Ciudad y las Palabras, que organiza el Doctorado en Arquitectura y Estudios Urbanos.  El curso de dos días, abierto a todo público y gratuito, despertó gran interés de público que se reunió en el campus Lo Contador, incluidos escritores nacionales como Arturo Fontaine y académicos de la Universidad.

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photo_camera Archivo UC

Un derroche de cultura y simpatía  presentó  el escritor peruano Fernando Iwasaki durante el taller que tituló “La ciudad barroca” y que se extendió por dos sesiones. Fernando Pérez, director del Doctorado en Arquitectura y Estudios Urbanos,  destacó la calidad personal, intelectual y académica del escritor peruano.  “Fernando Iwasaki es un invitado perfecto para ‘La ciudad y las palabras’, ya que su trayectoria personal le permite hacer los cruces entre distintos mundos que nosotros buscamos a través de este programa”.  El escritor nacido en Lima  es un sevillano por adopción ya que lleva años  radicado en esa ciudad española, donde incluso es director de una academia de flamenco.

Iwasaki, por su parte, agradeció esta segunda invitación que recibió para  participar en "La Ciudad y las Palabras" y contó que sentía nostalgia de la universidad. Explicó que su presentación da cuenta de una investigación que emprendió hace muchos años y que abandonó por circunstancias muy diversas, una de ellas, el fallecimiento de su director de tesis. Recordó que su tesis quedó pendiente, pero que el trabajo lo transformó en una novela que tituló “Neguijón” y en un par de libros de cuentos. 

Aclaró que no quería que se asociara el barroco del que él habla con un estilo arquitectónico.  “No quiero que piensen en fachadas de iglesias ni en cierto tipo de pintura, ni quisiera que piensen en algo estrictamente plástico aunque supone algo plástico lo que voy a desarrollar. Yo hablo de un mundo impregnado y sumergido en la religiosidad pero era otra manera de vivir la fe y de estar en el mundo”.

Su foco fue principalmente España y Lima. El primer día abordó el fenómeno del barroco y en el segundo se refirió a la ciudad. 

“A mí siempre me llamo la atención cómo fue posible que en Perú y en la Lima colonial coincidieran simultáneamente en el tiempo y estamos hablando de 15 años, una serie de personas que ahora son figuras de santidad importante. Vivieron simultáneamente en Lima: Santa Rosa, San Martín de Porres, San Francisco Solano, Santo Toribio  de Mogrovejo y San Juan Macías. Siempre me pareció que era muy extraña esa efervescencia de santidad”.  Añadió que en realidad eran más personas, alrededor de 19 que se quedaron en estados intermedios de santidad, siervos de Dios, venerables, etc.  “Si a eso le añadimos que en esa época existía la Inquisición, me puse a pensar cómo es que se reconoce la figura de un santo y cómo es que se condena a alguien”.  

Señaló que su propósito no fue estudiar la santidad sino explicar el contexto cultural en el cual aparecen esas figuras. “Yo me preguntaba cómo los hijos de los conquistadores, cómo los hijos de esos hombres que se enfrentaron a los distintos pueblos de Los Andes, cómo es que llegaron luego a tener descendientes que en el caso de Lima fueron personas entregadas a una vida de contemplación”.

 

INFORMACIÓN PERIODÍSTICA

Magaly Arenas, marenasz@uc.cl


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