Instituto de Música estrenó en Chile Passio del compositor estonio Arvo Pärt
El público tuvo la oportunidad de escuchar esta obra de uno de los compositores contemporáneos de música sacra más relevantes. La dirección fue de Víctor Alarcón y el concierto contó con el Ensamble Concerto Vocale más excepcionales intérpretes.
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Un soberbio ejemplo del lenguaje neomísitico de Arvo Pärt (Estonia, 1935) es Passio Domini Nostri Jesu Christi secundum Joannem (publicado en 1989). Esta cantata basada en los capítulos 18 y 19 del Evangelio de San Juan, se presentó este 4 de abril en el salón Fresno del Centro de Extensión, en el marco del XIII Encuentro de Música Sacra del Instituto de Música de la universidad.
Arvo Pärt es uno de los compositores vivos más relevantes de música sacra, y representa una de las búsquedas creativas más intensas y eclécticas de la música actual. Por eso este concierto, que constituyó el estreno de la obra en el país, se repetió los días siguientes en el Templo Mayor de Campus Oriente y en la Parroquia de la Veracruz, en Lastarria.
El director fue Víctor Alarcón, quien subrayó la importancia de interpretar Passio por primera vez en el país. “Colegas argentinos vinieron a ver la obra, con el afán de conocerla en vivo porque es un imperdible al ser una obra paradigmática de los coros actuales. Hablamos de una obra casi de cámara. Con un grupo de 12 cantantes de coro, 4 solistas muy buenos haciendo de evangelistas, Jesús, Pilatos y cinco instrumentos. 23 personas en total ensayaron desde febrero”, señala.
La directora de escena fue Miryam Singer y contó con la participación del Ensamble Concerto Vocale junto a excepcionales solistas e intérpretes: Rodrigo del Pozo, tenor; Ramiro Maturana, barítono; Andrea Aguilar, soprano; Elena Pérez, alto; Brayan Ávila, tenor; Nicolás Aguad, barítono; David Núñez, violín; Camila del Pozo, oboe; Sebastián Camaño, órgano; Héctor Méndez, cello y Efraín Vidal, fagot.
Sobre Passio
Passio es una de las obras más profundas del maestro estonio. Escrita el año 83 y publicada 6 años después, está basada solamente en el evangelio de San Juan capítulos 18 y 19: desde la escena en que apresan a Cristo hasta la muerte en la cruz. Sin comentarios externos --como en el caso de las Pasiones de Bach— facilita el recogimiento con la pasión de Cristo.
En ella Pärt despliega su estilo: la vuelta a la tonalidad, el poder de los sonidos fundamentales, el uso de largos pedales en unísono, el abandono de la dialéctica (contraposición de una o más ideas musicales), la utilización de disonancias sobre los acentos de las palabras y el uso expresivo del silencio. Todo eso crea la sensación de “no movimiento”, una espacialidad sonora que provoca el sentido de comunidad y meditación.
Alarcón, confiesa que lejos de las dificultades técnicas, los mayores desafíos de la obra fueron poéticos, de interpretación del latín y de cómo se va desenvolviendo el relato. “Es un gran recitativo. Sin arias ni corales. No tiene pirotecnia vocal, pero requiere de un cantante con capacidad de recitar”, explicó.
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Constanza Flores L., cmflores@uc.cl
