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Nuevo número de revista ARQ explora los significados de lo "común"


El número 91 de la revista de arquitectura ARQ se pregunta por los significados que tiene el concepto de "común", exponiendo las controversias referidas al término. A continuación, presentamos un extracto de la editorial de dicho número.

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photo_camera Archivo UC

¿Es tan común lo común? Por una parte, se puede entender como aquello sin la pretensión de transformase en algo excepcional. Por otra parte, asumiendo el problema en términos de propiedad, lo común puede aparecer en relación a lo público (si algo es común es de todos, por lo tanto es público). Finalmente, a partir de la reciente revalorización de conceptos como the commons (Hardt y Negri) o ‘uso común’ (Agamben), lo común se puede entender también como un dispositivo político.

En este número ARQ están presentes todos estos enfoques, exponiendo las controversias para que nuestros lectores puedan apreciar los distintos argumentos. Aunque quizás, al hablar de lo común, esas controversias no sean tales.

En su texto “Public and Common(s)”, Reinhold Martin analiza las distintas acepciones de lo común y su aparente confusión con lo público. Hannah Arendt, por ejemplo, ve a lo común como sinónimo de lo público (que aparece en la polis) pues ella lo entiende en oposición a lo individual (que aparece en el espacio privado); Hardt y Negri a su vez proponen que la metrópolis “es el espacio de lo común, de la gente viviendo en conjunto, compartiendo recursos, comunicándose, intercambiando bienes e ideas.”

Martin observa que en ambas visiones es la ciudad el entorno que permite que lo común aparezca. A esto se agregan casos como los Smithsons, Venturi y Scott-Brown, o Atelier Bow-Wow, para quienes lo común como lo ordinario surge a partir de una relectura de la ciudad existente. Es decir, cualquiera sea el énfasis –cotidiano, público o político–, es en la ciudad donde lo común aparece y se produce.

Hoy en día sin embargo, y desafiando las porfiadas idealizaciones que podamos hacer sobre la vida urbana, pareciera ser que el miedo, la comodidad y la desidia reducen cada vez más la existencia de aquellos espacios donde lo común aparece y se produce. Entonces, ¿qué hacemos mientras descubrimos como recuperar la cualidad común de la ciudad? ¿cuáles pueden ser esos espacios comunes donde los distintos puntos de vista tienen un lugar de debate, negociación y finalmente de encuentro? Idealmente debieran ser muchos. Por cierto, y en base al prestigio construido a lo largo de 35 años, aspiramos a que revista ARQ pueda ser uno de esos espacios.

 

INFORMACIÓN PERIODÍSTICA

Francisco Díaz, editor@edicionesarq.cl


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