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Oficina Elemental, dirigida por Alejandro Aravena, expuso su trabajo en museo de arte moderno en Dinamarca


"Elemental So Far..." fue el nombre de la exposición realizada por los arquitectos chilenos al norte de Copenhague, Dinamarca. La muestra, expuesta entre obras de Miró y Picasso, fue visitada por cerca de 280 mil personas.

El arquitecto Alejandro Aravena presentando su trabajo en el campus Lo Contador.

¿Hasta qué punto la arquitectura puede ser considerada arte? ¿Es la obra arquitectónica material de galerías? Al parecer, sí. Al menos según el prestigioso Museo de Arte de Louisiana, en Dinamarca. Fue en este lugar donde el profesor Alejandro Aravena, junto a su equipo de Elemental, fueron invitados a participar como exponentes en el marco del ciclo The Architect’s Studio, serie que destaca a arquitectos que están marcando tendencia a nivel mundial.

Para nosotros fue una sorpresa pasear por Copenhague y ver que al lado de los conciertos que estaban ocurriendo en la ciudad se hablaba de esta exposición, por medio de afiches. No creo que se hablara de eso por la oficina misma, sino por el hecho de que estábamos en un museo de arte”, explicó Aravena ante un auditorio lleno de público, la mayoría estudiantes.

“Elemental So Far…” fue el nombre que le dieron a la exposición, haciendo un juego de palabras con el trabajo que habían hecho hasta la fecha y la lejana distancia que existe entre Chile y Dinamarca. Fue así como entre medio de obras de artistas de la talla de Pablo Picasso, Joan Miró o Alberto Giacometti, Aravena y su equipo dieron a conocer el quehacer de su oficina, instalada en la torre Santa María, en el barrio Pedro de Valdivia Norte.

En total, fueron cerca de 280 mil personas que visitaron la exposición, que estuvo abierta al público entre octubre de 2018 y febrero de 2019.

La exposición

La invitación del museo, dirigido por Poul Erik Tøjner, era mostrar cómo se produce la arquitectura. En un primer momento el equipo de Elemental pensó en llevar la oficina completa al lugar, como una especie de reality show, pero descartaron la idea rápidamente. En vez de eso mostraron el trabajo que desarrollan, a través de diferentes recursos.

“La gran dificultad de la arquitectura, a diferencia del arte, es que el arte puede exponer su obra en un determinado espacio, mientras que la arquitectura nunca puede ‘traer’ su objeto. Siempre va a ser la representación de la obra y no la obra misma”, explicó Aravena.

Por eso, en el montaje trataron de apelar a cuestiones sensoriales, tratando de recrear la fuerza de gravedad como hilo de conductor. En primer lugar, y a través de un video de drone, mostraron la oficina por fuera, destacando las vistas que entrega la torre Santa María. Además, con el presupuesto que les entregó el museo decidieron hacer un archivo. Por un lado, digitalizaron las croqueras usadas por los arquitectos de la firma, por otro, fotografiaron cada una de las viviendas incrementales que ha hecho la oficina hasta la fecha, cerca de 2.500 en total, y las ampliaciones que ahí se han realizado.

La sala principal de la exposición consistió en una gran estructura de cartones, alzada por contrapesos. Eso permitió crear un espacio entre el suelo y la base del cubo de cartón donde se proyectaron imágenes con el quehacer de Elemental. Para ver estas proyecciones, el público asistente necesariamente tenía que recostarse en el suelo. “Un acto que tiene algo atávico, arcaico”, sostuvo Aravena, que sirve para conectar el público con la muestra a un nivel emocional: “Esta es una dimensión que estamos chequeando todo el tiempo en la oficina, y que no es menos cierta para los edificios en la ciudad”.


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