Skip to content

Papa León XIV escribe Carta apostólica sobre el Concilio de Nicea


A pocos días del Viaje Apostólico a Turquía, el Pontífice publica In unitate fidei para conmemorar el aniversario de esta reunión celebrada en el año 325, donde se reafirma “en la unidad de la fe”, la respuesta de los Padres conciliares que “confesaron que Jesús es el Hijo de Dios”. Y exhorta a la Comunidad Cristiana a “ser signo de paz e instrumento de reconciliación”.

imagen correspondiente a la noticia: "Papa León XIV escribe Carta apostólica sobre el Concilio de Nicea"

photo_camera Como escribe el Papa León XIV, la importancia del Concilio de Nicea radica en que aquí se realizó “la profesión de fe en Jesucristo, Hijo de Dios. Este es el corazón de la fe cristiana”. (Fotografía: Vatican News)

“En la unidad de la fe, proclamada desde los orígenes de la Iglesia, los cristianos están llamados a caminar concordes, custodiando y transmitiendo con amor y con alegría el don recibido”, así empieza la Carta apostólica In unitate fidei, que publicó recientemente el Papa León XIV, en vísperas de su viaje a Turquía para conmemorar el 1700 aniversario del Concilio Ecuménico de Nicea.

Este, convocado por el emperador romano Constantino I, fue el primero de los siete primeros concilios ecuménicos de la cristiandad y su importancia radica en que se realizó “la profesión de fe en Jesucristo, Hijo de Dios. Este es el corazón de la fe cristiana”, escribe el Papa. 

Asimismo, Nicea releva el deseo de unidad. Los obispos deseaban el restablecimiento de “la paz común y la concordia”, no exento de dificultades. “Los tiempos del Concilio de Nicea no eran menos turbulentos. Cuando comenzó, en el 325, aún estaban abiertas las heridas de las persecuciones contra los cristianos”, recuerda León XIV.  Y con las amenazas externas también “surgieron disputas y conflictos en la Iglesia”.

El Concilio de Nicea es actual por su altísimo valor ecuménico. Entre algunos de sus frutos, el Santo Padre menciona: “compartimos de hecho la fe en el único y solo Dios, Padre de todos los hombres, confesamos juntos al único Señor y verdadero Hijo de Dios Jesucristo y al único Espíritu Santo, que nos inspira y nos impulsa a la plena unidad y al testimonio común del Evangelio”. Exhortando también a que “la única Comunidad cristiana universal puede ser signo de paz e instrumento de reconciliación, contribuyendo de modo decisivo a un compromiso mundial por la paz”.

Hoy, Nicea nos llama a volver al origen. El papa invita a preguntarnos: “¿Qué significa Dios para mí y cómo doy testimonio de la fe en Él? ¿Es el único y solo Dios realmente el Señor de la vida, o hay ídolos más importantes que Dios y sus mandamientos?”.

Accede a la Carta apostólica In unitate fidei


¿te gusta esta publicación?
Comparte esta publicación

Contenido relacionado