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Universidad renueva el vermicampus, el espacio de los residuos orgánicos de San Joaquín


Acaba de ser reinaugurado el moderno sistema de reciclaje orgánico de campus San Joaquín. En él se degradan los residuos orgánicos provenientes de los casinos, cocinas, algunos laboratorios y algunas facultades, llegando al anhelado proceso circular de utilizar los desechos que se generan en el campus, para luego fertilizar alimentos que también serán consumidos en él.

Hombre moviendo hojas y otros desechos organicos en contenedores de madera

photo_camera El nuevo vermicampus cuenta con 10 “camas de lombrices” de 1 x 9,75 metros cuadrados con capacidad para 3,9 metros cúbicos cada una, lo que hace más confortable el trabajo y la atención de los visitantes propios y de otras universidades y organizaciones interesadas en el tema. Imagen: César Cortés

Con miras hacia lograr una gestión de los desechos que sea cada vez más sustentable, se acaba de reinagurar el sistema de reciclaje orgánico del campus San Joaquín. La nueva planta de tratamiento de residuos orgánicos por medio de lombrices, triplica la capacidad del antiguo espacio. Es comúnmente llamada vermicampus debido al prefijo latino vermis, que significa lombriz.

Alfredo González, coordinador de Campus Sustentable, explica: “El vermicampus es el lugar en donde se procesan los residuos orgánicos generados en el campus San Joaquín y ofrece un espacio de enseñanza en torno a la gestión de residuos, los desperdicios de alimentos y la sustentabilidad”.

“En este lugar se procesan los residuos orgánicos provenientes de los casinos, la cocina del jardín infantil, oficinas del programa Oficina Verde, laboratorios de Nutrición y de Agronomía. Más recientemente han sido incorporados los patios de las facultades de Ingeniería, Educación, Agronomía, Teología y parte de Ciencias Sociales. Esto constituye una actualización del sistema de reciclaje en el que, por vez primera, se incluyen contenedores para residuos orgánicos en espacios abiertos”, detalla.

La iniciativa es un proyecto conjunto de la dirección de infraestructura, a través de la administración del campus San Joaquín, junto a la dirección de sustentabilidad. Esta última es quien administra el espacio del vermicampus, pero todos los residuos orgánicos son trasladados por operarios de la administración del campus. 

Maryon Urbina, directora de Sustentabilidad UC, indica: “El vermicampus nos ofrece la oportunidad de mostrar una circularidad que se puede mantener en los campus. Es decir, lo que comemos en las salas de clases, patios, casinos y lo que se usa en los laboratorios, puede ser un alimento para las lombrices de nuestros contenedores y convertirse en humus que va a nutrir el suelo del huerto San Francisco y de otras áreas verdes del campus”. 

"Lo que comemos en las salas de clases, patios, casinos y lo que se usa en los laboratorios, puede ser un alimento para las lombrices de nuestros contenedores y convertirse en humus que va a nutrir el suelo del huerto San Francisco y de otras áreas verdes del campus" - Maryon Urbina, directora de Sustentabilidad UC

El noble trabajo de las lombrices

El vermicampus forma parte del ecosistema de gestión de residuos del campus San Joaquín. El proceso comienza con la participación de los usuarios, quienes, conscientes del impacto de sus acciones, segregan sus residuos en los contenedores suministrados por la universidad. Cada viernes los operadores de reciclaje retiran los contenedores llenos y los llevan al vermicampus donde son vertidos en los lechos de las lombrices para dar inicio al proceso de transformación. "En los contenedores se pueden colocar restos de frutas y verduras, café, cáscaras de huevo y bolsitas de té, entre otros”, detalla Alfredo.

Los residuos orgánicos son procesados mediante el uso de lombrices rojas californianas, las cuales, en conjunto con todo un ecosistema de macrofauna y microorganismos, transforman los restos de alimentos, hojas y restos de poda, en un fertilizante orgánico llamado humus, el cual es utilizado en el huerto San Francisco y el Vivero de la UC.

Los residuos orgánicos son procesados mediante el uso de lombrices rojas californianas, las cuales transforman los restos de alimentos, hojas y restos de poda, en un fertilizante orgánico llamado humus. Crédito: César Cortés

“En los últimos tres años, el vermicampus ha evitado el envío de más de 30 toneladas al relleno sanitario, contribuyendo en la reducción de la huella de carbono de la UC tanto por el transporte como por la descomposición de la materia orgánica en el relleno sanitario”, recalca Alfredo.

El nuevo vermicampus, ubicado al oriente del campus, fue construido este año con un atractivo diseño arquitectónico, triplicando la capacidad del anterior. Cuenta con 10 “camas de lombrices” de 1 x 9,75 metros cuadrados con capacidad para 3,9 metros cúbicos cada una, lo que hace más confortable el trabajo y la atención de los visitantes propios y de otras universidades y organizaciones interesadas en el tema.

“En los últimos tres años, el vermicampus ha evitado el envío de más de 30 toneladas al relleno sanitario, contribuyendo en la reducción de la huella de carbono de la UC ” - Alfredo González, coordinador de Campus Sustentable

El programa Oficina Verde, el huerto San Francisco, el programa Hábitos de Vida Saludable del jardín infantil, con la participación de los niños en sesiones para el aprendizaje acerca del vermicompostaje, mantienen vínculos con el vermicampus, el cual además sirve de espacio para sesiones de ramos de algunas carreras y para la realización de prácticas y ayudantías.

 

El nuevo vermicampus, ubicado al oriente del campus, fue construido este año con un atractivo diseño arquitectónico, triplicando la capacidad del anterior. Crédito: César Cortés.

Datos sobre las lombrices

  • Existen mundialmente más de 8.000 especies de lombrices, de ellas se han descrito 3.627 especies, entre estas la más conocida es la lombriz de tierra lumbricus terrestris; sin embargo, las más utilizadas en la lombricultura intensiva es la Lombriz roja de California (Eisenia fetida), que es de color rojo, la cual es empleada en la mayoría de los criaderos a nivel mundial dedicados a la producción de abonos.
  • Esta especie es la más utilizada mundialmente, principalmente por tres aspectos. Voracidad: puede comer diariamente un gramo de residuos orgánicos (el equivalente al peso de una lombriz adulta), 60% del cual se convierte en un excelente abono biológico llamado humus de lombriz. Resistencia a condiciones ambientales: tiene una gran adaptabilidad al ambiente, soporta temperaturas ambientales desde los 5°C hasta los 40°C con una buena humedad. Soporta largos periodos de letargo (periodo de descanso para soportar las sequías y/o carencias alimentarias), pero en condiciones adecuadas de cautiverio llega a aumentar su longevidad de unos meses en estado silvestre a aproximadamente 16 años. Taza de reproducción, la población de lombriz se puede duplicar aproximadamente cada 3 meses, siempre y cuando se tenga en excelentes condiciones diariamente.
  • La lombriz avanza excavando en el terreno a medida que come, depositando su excremento y convirtiendo ese terreno en uno mucho más fértil.
  • El humus proviene de la descomposición de la materia orgánica por organismos y microorganismos benéficos (hongos y bacterias) se caracteriza por su color negruzco. Sirve como excelente fertilizante.
  • Los excrementos de la lombriz contienen: 5 veces más nitrógeno, 7 veces más fósforo, 5 veces más potasio, 2 veces más calcio que la materia orgánica ingerida.
  • Puedes cosechar el humus desde los 4 meses. Sin embargo, las propiedades del humus van mejorando a medida que se deja madurar más tiempo. 
  • Cuando la vermicompostera se llena, se separan las lombrices mediante el uso de trampas para lombrices y se colocan en otro contenedor mientras se cosecha el humus, y luego comienza nuevamente el proceso en esa vermicompostera.

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