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La Tercera

Baterías de sodio, ¿amenaza para la industria del litio?


Foto de Álvaro Videla
Profesor Escuela Ingeniería
Los recientes desarrollos tecnológicos dados a conocer por una tecnológica sueca pusieron nuevamente en el tapete el potencial del sexto mineral más abundante en el mundo para almacenar energía. Su aplicación para la electromovilidad es aún incipiente y despierta más dudas que certezas, ante los grandes volúmenes necesarios para obtener baterías de larga duración. Expertos ven más oportunidades en el almacenamiento estacionario de energía, donde sería más competitivo que el denominado oro blanco.

Las necesidades que imponen la transición energética y la electromovilidad han desatado una frenética carrera por aumentar la producción de litio. El denominado oro blanco vivió en 2022 un histórico boom en su precio, al ser la materia prima fundamental para el desarrollo de baterías, principalmente por su alta densidad energética. Es decir, su gran capacidad para almacenar energía en un volumen y peso relativamente pequeños. Y aunque su precio ha disminuido notoriamente en 2023, los inversionistas están ampliando la mirada hacia otros minerales con potencial para el desarrollo de baterías, como el sodio.

¿Por qué el sodio? Es el sexto elemento químico más abundante en la Tierra. De hecho, constituye cerca del 2,6% del peso de la corteza terrestre, versus el 0,0007% del litio. Y aunque también puede almacenar energía, la diferencia más notoria con el mineral estrella de la transición energética pasa por la cantidad de veces que permite recargar una batería elaborada con dicho material. (…)

Hace pocos días, la firma de desarrollo tecnológico de origen sueco Northvolt AB afirmó haber logrado un gran avance, al desarrollar baterías sin litio, ni cobalto y tampoco níquel, otros de los metales esenciales para los fabricantes de baterías. Las baterías fabricadas en base al denominado oro blanco suelen requerir además grafito y manganeso. (…)

Álvaro Videla, profesor de Ingeniería de Minería UC y director del Centro de Energía de la Universidad Católica coincide en el diagnóstico, y descarta que los avances tecnológicos logrados recientemente supongan un riesgo para el desarrollo de la industria del litio.

“La capacidad de las baterías de litio de almacenar energía por unidad de peso, lo que se conoce como densidad energética, es mayor, por lo cual una batería de sodio entrega menor autonomía, lo que implica que el usuario final se vería en la necesidad de recargar de manera más seguida o realizar tramos de viaje más cortos. Sin embargo, en el nicho de almacenamiento estacionario de energía de alta potencia es posible que logre una fuerte penetración al ser más barata”, sostiene. (…)


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