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La Tercera

Cómo equilibrar la salud mental de madres e hijos


Foto de María Pía Santelices
Profesora Escuela Psicología y directora Centro CUIDA
Ser mamá en épocas de pandemia no es, precisamente, miel sobre hojuelas. Eso quiso ilustrar la psicóloga Macarena Jordán (@macatan) en un video donde se ve a una madre pidiéndole a su hijo que se bañe. Se lo dice una, dos, tres veces y no contesta. De a poco, comienza a perder la paciencia. Su cabeza se ladea, la respiración se agita y, como si fuese una profecía autocumplida, aparecen los gritos. Acto seguido aparece la otra cara de la misma moneda, una madre tranquila y que lleva a su hijo a la ducha, sin perder el control ni tampoco su autoridad. ¿Cómo dejar de ser una ‘mamá gritona’?

Con esta pregunta en mente, Macarena entregó algunos consejos en la descripción del video. Un hecho que sus seguidoras agradecieron porque, en tiempos donde todo está revuelto, la maternidad y crianza se han vuelto un terreno cada vez más difícil de habitar. “Con 9 años por acá, hay que repetir mínimo 5 veces. Y eso cansa tanto. Es como si no escuchara”, le escribió una de las usuarias.

Y es que perder la paciencia con los niños y niñas -en momentos complejos, donde apenas nos podemos sostener a nosotras mismas- puede ser bastante común, sobretodo en pandemia donde se mezclan nuestros roles públicos y privados. Pero, ¿por qué se producen estas reacciones? Una de las explicaciones tiene que ver con el burnout parental, fenómeno que se caracteriza por un agotamiento intenso asociado a las labores de paternidad. Si bien en Chile las cifras no están actualizadas, un estudio en Bélgica -donde se consultó a 1.300 padres- reveló que un tercio sufrió un empeoramiento del burnout en cuarentena, además de expresar sentirse más exhaustos de los habitual.

“Sabemos que, en la crisis sanitaria, ha aumentado el burnout o agotamiento parental y que los padres y madres están en una situación de mayor fragilidad, entonces hay un mayor riesgo de que las competencias parentales disminuyan por la sobrecarga de tareas”, explica María Pía Santelices, psicóloga y académica de la Universidad Católica, y agrega: “Como consecuencia, se produce una pérdida del goce de estar con los hijos, se evita estar con ellos y se buscan pretextos para no hacerse cargo porque se pierde la capacidad de vínculo. Eso es grave. Es como que si fuera un trabajo difícil y tedioso del que no te puedes liberar”.


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