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Educación en su peor crisis


Foto de Susana Claro
account_circle Susana Claro launch
Profesora Escuela Gobierno
Mientras temas como la seguridad y el debate constituyente dominan la agenda, expertos de todo el espectro político llevan ya meses pidiendo ver otra realidad: la catástrofe educativa en que entró Chile, entre la pandemia y los desafíos que el sistema ya enfrentaba antes. El tiempo corre y lo que está en riesgo, alertan, es el futuro del país.

Terremoto, hecatombe, la mayor crisis, un punto de inflexión.

Cada uno le da distintas denominaciones, pero quienes mejor conocen el sistema educacional en Chile, llegan a una misma conclusión: la situación que enfrenta la educación es gravísima y cada minuto, en este momento, cuenta para contener el daño que muchos no dudan en proyectar por décadas al futuro.
No es que antes la situación fuera ideal tampoco —los resultados estaban estancados hace años y la inequidad seguía latente— pero la prolongada suspensión de las clases presenciales, que transformó el retorno a clases en un debate que mucho tuvo de político y no tanto de técnico, está mostrando su huella en aprendizajes, convivencia y deserción, en un sistema que ya estaba altamente desafiado por una serie de factores. El desafío es gigantesco y llevó incluso al Presidente a decir, hace algunos días, que la reactivación debía convertirse en prioridad. La pregunta, ahora, es cómo. (…)

Según la OCDE, fuimos el país miembro que más tiempo tuvo sus escuelas cerradas por la pandemia. Un total de 259 días lectivos, entre 2020 y 2021. Y aunque muchos coinciden en que el Simce permitirá conocer el detalle del impacto, ya hay algunas señales sobre la mesa y los alcances son gravísimos. Un estudio de la U. De los Andes hecho este año en escuelas públicas, por ejemplo, mostró que 96% de los niños de 1? básico no conoce las letras del alfabeto.

Susana Claro, profesora de la Escuela de Gobierno de la UC y experta en educación, advierte que los daños son más graves que lo estimado hasta ahora, ya que "no todas las aperturas de escuelas fueron iguales.

Una vez que abrieron las escuelas algunas lo hicieron recibiendo a todos los estudiantes todos los días de la semana por 8 horas y otras solo podían recibir a estudiantes día por medio y abrían por dos horas al día”. “Las secuelas las veremos por muchísimos años más.

Los estudios que estimaron el impacto de cierres temporales de escuelas, por ejemplo en Argentina por paros de docentes, mostraron que incluso a los 30 años estos estudiantes mostraron tener menores niveles de ingreso y empleabilidad", añade. (…)


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