Las dos caras de las heladas que amenazan a la agricultura chilena
En esta época del año es de especial cuidado el fenómeno de las heladas. Mientras que el cultivo de hortalizas, junto con los frutales de hojas persistentes, es susceptible durante todo el invierno, los frutales de hojas caducas presentan adaptaciones naturales para hacer frente a temperaturas bajo cero. La más evidente es la pérdida de cualquier tejido sensible a heladas con el deshoje a finales de temporada y la brotación, luego de la acumulación de una cierta cantidad de horas frío.
La competencia por llegar a destino con fruta cada vez más temprana ha favorecido la selección de variedades con menores requerimientos de horas frío, así como también el uso de reguladores comerciales como la cianamida hidrogenada y ciertos uniformadores de la brotación. Estos acortan los periodos de latencia invernal y uniforman la fenología, haciendo, en algunos casos, que los fenómenos de heladas tarde en el invierno y temprano en primavera sean más acentuados. Algunos frutales de hoja caduca son especialmente susceptibles a estas tendencias comerciales.
La pregunta surge sobre cómo mitigar el efecto de las heladas frente a frutales con floraciones cada vez más tempranas y climas más variables. Para ello, primero hay que definir el fenómeno de helada.
En primer lugar, la helada no se define meramente por alcanzar temperaturas bajo cero. La helada, como fenómeno agroclimático, es una combinación de su intensidad, dado por la mínima que se alcanza, la duración, cuántas horas se registran bajo cero, la extensión geográfica, y la susceptibilidad del cultivo y su etapa fenológica. Por ejemplo, en un huerto de ciruelos, ubicado en un bajo, alcanzar temperaturas de -0,5 °C por dos horas en pleno letargo invernal, no es lo mismo que el termómetro alcance temperaturas de -5 °C, por cinco horas a finales de invierno cuando ya las yemas tienen expuestos los primordios florales.
En segundo lugar, hay que identificar de qué tipo de heladas estamos hablando. Se pueden identificar dos tipos de heladas: las heladas radiativas y las heladas advectivas. La helada radiativa es frecuente en noches de invierno con humedades relativas bajas, días que estuvieron cubiertos con nubes, pero con noches despejadas. La principal característica técnica de este tipo de helada es que la superficie del suelo es más fría que las capas superiores de la atmósfera. Normalmente, se desarrolla cuando el suelo pierde más energía a una tasa tal que puede llegar a temperaturas bajo los cero grados. Las heladas radiativas son las que presentan un mayor potencial de mitigación. El uso de ventiladores y calefactores promueve el movimiento vertical del aire, mezclando el aire frío que está en contacto con el suelo con aire menos frío en capas superiores del huerto. El uso de cubiertas plásticas en huertos puede generar un microclima y retener el calor del día, diezmando el efecto de las heladas radiativas. El uso de aspersores sobre el huerto también presenta el potencial de proteger órganos sensibles a través de la generación de una capa aislante de hielo tal como los Inuit se protegen del frío dentro de un iglú. (…)
El pasado 21 de agosto, un sistema frontal frío terminó afectando al país concentrándose desde la región de Coquimbo hasta el Ñuble. Este sistema tuvo una isoterma cero baja incluso generando precipitaciones de nieve y agua nieve en precordillera. Sin embargo, en los días subsiguientes se estableció el dominio de un anticiclón frío aportando estabilidad atmosférica y temperaturas por debajo de los 0 °C desde la Región de Valparaíso hasta la región del Ñuble. La helada fue especialmente sensible en cerezos de variedades tempranas como “Santina” en huertos con uso de rompedores del letargo y uniformadores de la brotación. En terreno se observó que los órganos reproductivos ya se encontraban en estados de desarrollo avanzado (Fotos). En varios huertos, la helada terminó afectando los pistilos, mermando los rendimientos potenciales de la temporada. Otros carozos como nectarinos y ciruelos se vieron también afectados. (…)