A más de un mes de pontificado, periodista británico da algunas claves de León XIV

Austen Ivereigh estuvo un mes en Roma: desde el anuncio de la muerte de Francisco hasta que León XIV asumió como nuevo pontífice. Tras una semana de haber llegado a su casa de campo en Gales, el periodista y escritor británico aún tenía en la retina las impresiones y emociones que le significaron cubrir ese periodo clave para la Iglesia, y en buenas cuentas, para todo el mundo.

Biógrafo del papa Francisco, sostuvo una relación bastante cercana con él, lo que le permitió comprender las orientaciones principales de su pontificado. Tanto así, que “leyó” el momento eclesial con una exactitud que pocos alcanzaron, vislumbrando de antemano a Robert Prevost como su posible sucesor.

“Fijarme en Prevost fue simplemente una cuestión de escuchar atentamente qué estaban diciendo los cardenales en las congregaciones generales, las reuniones pre-cónclave respecto de los criterios que para ellos eran importantes para el próximo pontificado. Y comparar esas características con las de los papables, los que podían ser considerados. Me pareció que su perfil era idóneo”, relata Austen Ivereigh.

¿Por qué esta idoneidad? El periodista no duda: “Porque llevo muchos años convencido de que América Latina es la fuente de la Iglesia universal, el centro de gravedad en la actualidad, el mainstream. Un poco como había sido Italia durante mucho tiempo en Europa. Y en la práctica, esto significa que dónde esté la Iglesia latinoamericana, es a dónde el resto de las iglesias particulares irán. La forma de pensar de los cardenales latinoamericanos, para mí, es hoy la corriente dominante. Francisco eligió cardenales que tuvieran ese estilo”.

Y agrega: “Lo que es muy notable en la Iglesia de Latinoamérica es que sus cardenales son muy fieles al magisterio en materia de doctrina; no son conservadores, pero tampoco liberales en el sentido europeo. Sí son todas aquellas cosas que asociamos con Francisco. Los cardenales latinoamericanos son muy pastorales, muy misioneros, muy sinodales; la forma de ser de la Iglesia latinoamericana es muy pastoral, se identifica con el Pueblo de Dios”.

La figura de Robert Prevost

Austen Ivereigh no conocía en profundidad a Robert Prevost, pero al investigar, se dio cuenta de que “a pesar de ser norteamericano, era latinoamericano en su forma de pensar, en su forma de ser. Era realmente un pastor latinoamericano, pero que tenía cosas que la mayoría de los cardenales de Latinoamérica no tenían, sobre todo esa experiencia de la Iglesia universal que tuvo como prior general de los Agustinos”, comenta.

Y añade: “Muchos cardenales decían, y también lo dijo unos días antes del cónclave el general de los jesuitas: es vital que el futuro Papa tenga un conocimiento universal de la Iglesia, porque la Iglesia hoy en día ya no es europea, es multipolar, es compleja, tiene una complejidad intercultural. Entonces, el Papa tiene que saber manejar y gestionar una Iglesia con esa complejidad. Y si uno lo piensa bien, es muy difícil que un cardenal adquiera ese tipo de experiencia. Un curial romano podría ser, un diplomático podría ser, pero es difícil que aquellos tengan mucha experiencia pastoral”.

La relación de Francisco con el cardenal Prevost ha empezado también a salir a la luz: “En una entrevista que tuve con Arthur Roche, cardenal inglés y prefecto del Dicasterio para el Culto Divino, me dijo que “sin duda Prevost era el colaborador más cercano a Francisco”. Ambos se reunieron cada sábado por la mañana, por dos horas, desde abril de 2023 hasta febrero de este año. Y Prevost ha mencionado en varias ocasiones el gran efecto que esos encuentros tuvieron sobre él, realmente llegó a conocer muy bien el pensamiento de Francisco y los dos habrán hablado de la visión de la Iglesia. Prevost ha hablado con mucha pasión sobre la misericordia de Francisco, de cómo llegó a entender cuán importante era la misericordia para él. Porque la propia experiencia de Dios que había tenido Francisco era de la misericordia y en su ministerio petrino -o servicio y responsabilidad que Jesús confió al apóstol Pedro, y luego, a los papas- quería aplicar esa misma forma de actuar, con la humanidad; eso lo llegó a respetar mucho Prevost”.

Respecto a la personalidad de Robert Prevost, Austen Ivereigh identifica a “una persona muy tranquila, muy segura de sí misma, muy asentada espiritualmente, muy arraigada. Con dotes evidentes de liderazgo, y en eso tiene mucho en común con Bergoglio, porque los dos eran formadores. Bergoglio fue formador, director de novicios y también rector del Colegio Máximo. Prevost tiene exactamente el mismo perfil en Perú, donde creó todo un sistema de formación, una generación entera de agustinos en Perú fue formada por él”, dice.

Y añade: “Además, veo en él a alguien muy arraigado en la tradición agustina, una persona bastante pragmática, un matemático, un filósofo, canonista, un gobernador que se convierte en pastor, ese es su perfil. Y esta es una diferencia interesante con Juan Pablo II o Benedicto XVI y Francisco. Los tres llegaron a la Cátedra de Pedro con una tela de fondo intelectual muy marcada, muy destacada, muy clara. En el caso de Juan Pablo II, todo su trabajo sobre lo que sería la Teología del Cuerpo y de Ratzinger ni hablar, uno de los teólogos más famosos de su época. Bergoglio no era teólogo sistemático, pero venía con una tela de fondo intelectual tremenda –como demostré en mis libros–. En el caso de Prevost, no lo veo como un intelectual, no en ese sentido. Pero sí como una persona con una gran capacidad de aprender y de absorber, y yo creo que eso es tal vez su don principal, su capacidad de escuchar atentamente. Creo que él ha aprendido de la tradición agustina, de la tradición canónica, pero también ha aprendido del pueblo peruano, del santo pueblo fiel”.

"Los cardenales latinoamericanos son muy pastorales, muy misioneros, muy sinodales; la forma de ser de la Iglesia latinoamericana es muy pastoral, se identifica con el Pueblo de Dios” - Austen Ivereigh.

Imaginar su pontificado

Al preguntarle acerca del énfasis pastoral que tendrá -según su perspectiva- León XIV, y qué nos dicen sus primeros signos como papa, Ivereigh señala que “hay que tener cuidado con leer demasiado. En estas primeras semanas todo lo que él hace, está siendo sobre interpretado, y es lógico. Pero me acuerdo de las primeras semanas de Francisco, que tanto captó la atención del mundo, pero también confundió al mundo que estaba tratando de saber quién era. Si era un liberal o un conservador. Y al final, era necesario un tiempo para descubrir realmente quién era en su propia profundidad, lo que iba más allá de las categorías que queríamos aplicar. Lo que yo veo en este momento es que hay demasiadas personas que están tratando de leer a León XIV según sus propios anhelos y deseos, lo que es natural, pero es peligroso, porque después se descubre que en el fondo era más una proyección de ellos que la realidad”, responde.

Por ahora, el apodo de “constructor de puentes” pareciera que le queda bien. ¿Será ese quizás su principal carisma? “Creo que será su enfoque, su programa. Es el carisma de su tradición agustina. Cada Papa nos trae un atributo divino: Francisco nos trajo la misericordia, en León ese atributo será la paz, esa paz que solo Dios nos puede dar, porque viene de arriba, no de nosotros. Y al abrirnos a esa paz, creamos paz en un mundo que tanto la anhela y la necesita”, afirma.

Lee la entrevista completa publicada en Revista Humanitas

¿Quién es  Austen Ivereigh?

Nacido en 1965, Austen Ivereigh estudió en la Universidad de Oxford. Ha trabajado como periodista para varios medios y ha sido editor asociado de The Tablet, una revista católica internacional. Fue director de asuntos públicos del antiguo Arzobispo de Westminster, el Cardenal Cormac Murphy-O'Connor. Es reconocido por su profundo conocimiento y su extensa obra sobre la Iglesia Católica, especialmente en relación con el papado de Francisco.  

Sus biografías, como "The Great Reformer: Francis and the Making of a Radical Pope" y "Wounded Shepherd: Pope Francis and His Struggle to Convert the Catholic Church", son consideradas referencias clave para entender la visión, los desafíos y los esfuerzos de reforma del anterior pontífice. Ivereigh es valorado por su investigación meticulosa, su análisis perspicaz y su capacidad para presentar complejas dinámicas eclesiásticas de manera accesible. Su trabajo ha contribuido significativamente a la comprensión pública de los asuntos vaticanos y la figura del Papa Francisco.