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Convenio busca estudiar los cambios socio-ecológicos del Chile central producto del cambio climático


¿Cómo ha cambiado la biodiversidad, los servicios ecosistémicos, y las economías locales de la zona central?, son algunas de las preguntas que esperan ser abordadas por investigadores de CAPES, IEB y (CR)2.

Bosques zona central de Chile. Foto: Carlos Zurita

photo_camera Consolidar una línea de investigación que aborde los cambios socio‐ecológicos en ecosistemas que se encuentran en proceso de transición por el cambio climático, es el desafío del reciente convenio de colaboración firmado entre el Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad, CAPES, la Corporación Instituto de Ecología y Biodiversidad, IEB, y el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2. Foto: Carlos Zurita

Uno de los objetivos de este acuerdo es evaluar la capacidad de resiliencia de los bosques de la zona central afectados por la mega sequía, los incendios y el cambio de uso de suelo, mediante la creación de una red de parcelas permanentes.

¿Cómo ha cambiado la biodiversidad, los servicios ecosistémicos, y las economías locales de la zona central?, son algunas de las preguntas que esperan ser abordadas por investigadores de CAPES, IEB y (CR)2.

Consolidar una línea de investigación que aborde los cambios socio‐ecológicos en ecosistemas que se encuentran en proceso de transición por el cambio climático, es el desafío del reciente convenio de colaboración firmado entre el Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad, CAPES, la Corporación Instituto de Ecología y Biodiversidad, IEB, y el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2.

El acuerdo fue impulsado por los investigadores Juan Ovalle (CAPES), Cristián Delpiano (IEB) y Alejandro Miranda (CR2), fundadores también de la recientemente creada Mesa Multisectorial por el Bosque Esclerófilo, instancia en la que identificaron la urgencia de observar con mayor profundidad los efectos negativos que este fenómeno tiene en los ecosistemas terrestres y la biodiversidad del país, así como en el bienestar de la sociedad.

“Mediante este convenio, esperamos vincularnos con tomadores de decisiones del ámbito público y privado, y personas que están intentando hacer cambios a nivel particular, apoyados por la evidencia científica” -Juan Ovalle, CAPES

“Mediante este convenio, esperamos vincularnos con tomadores de decisiones del ámbito público y privado, y personas que están intentando hacer cambios a nivel particular, apoyados por la evidencia científica”, explicó Juan Ovalle, investigador CAPES, durante la firma telemática del convenio, que también contó con la presencia de los directos de los tres centros y científicos asociados al convenio.

Cristián Delpiano, investigador del IEB y la Universidad de La Serena, comentó que “a través de la Mesa que formamos, vimos que el problema que está enfrentando el bosque esclerófilo, es muy grande. A través de este nuevo proyecto, nos preguntamos qué trayectoria estarían siguiendo los sistemas socio-ecológicos asociados a ecosistemas mediterráneos de Chile central, frente a las presiones que están sucediendo ahora: la mega sequía, mega incendios forestales y cambios de uso de suelo progresivos, una situación que se está viviendo hace décadas, y que cada vez está contribuyendo más a disminuir la superficie de estos ecosistemas naturales”.

Alejandro Miranda, del (CR)2, relevó la urgencia de entender y enfrentar este desafío socio-ecológico de gran escala y que, para ello, “es imperante analizar estos cambios abruptos sobre el bosque a nivel de la biodiversidad, la productividad, los servicios ecosistémicos, las economías locales, las transformaciones en los regímenes de incendios e hidrológicos, y las emisiones de gases desde los bosques”, entre otras aristas.

Objetivos del convenio

El acuerdo, firmado por el director de CAPES, Fabián Jaksic, la directora del (CR)2, Maisa Rojas y el recién electo presidente del IEB, Francisco Squeo, tiene por objetivo general evaluar los impactos y adaptación de los ecosistemas mediterráneos a este proceso de cambio climático, que ha traído transformaciones en la composición y diversidad de estos hábitats naturales. El ejemplo más visible es la pérdida de verdor de nuestro bosque esclerófilo, lo que denota la muerte de masivas áreas de este ecosistema, situado en el área más poblada de nuestro país.

"A través de este nuevo proyecto, nos preguntamos qué trayectoria estarían siguiendo los sistemas socio-ecológicos asociados a ecosistemas mediterráneos de Chile central, frente a las presiones que están sucediendo ahora: la mega sequía, mega incendios forestales y cambios de uso de suelo progresivos, una situación que se está viviendo hace décadas, y que cada vez está contribuyendo más a disminuir la superficie de estos ecosistemas naturales”- Cristián Delpiano,  IEB.

Para abordar este gran desafío, se plantean varios objetivos específicos. El primero, es evaluar la capacidad de resiliencia de los bosques de Chile central, afectados por la mega sequía e incendios, a través de la creación de una red de parcelas de estudio permanentes.

Otro aspecto, considera la creación y validación propuestas para el manejo adaptativo, enfocados en la conservación y restauración del bosque esclerófilo. Y un tercer foco, es avanzar hacia la gobernanza de procesos de transición impulsados por el cambio climático.

La nueva línea integrativa, propone, además, incorporar a estudiantes tesistas de pregrado y postgrado. También, se espera organizar un seminario internacional antes de mayo de 2021, publicar artículos científicos en desarrollo, y consolidar el establecimiento de la red de parcelas permanentes.

"Es imperante analizar estos cambios abruptos sobre el bosque a nivel de la biodiversidad, la productividad, los servicios ecosistémicos, las economías locales, las transformaciones en los regímenes de incendios e hidrológicos, y las emisiones de gases desde los bosques"- Alejandro Miranda,  (CR)2. 

“El IEB tiene una línea de investigación sobre procesos ecosistémicos; el (CR)2 una bajada más biofísica de este fenómeno que puede aportar sobre las tendencias climáticas y los efectos en el cambio del uso de suelo en condiciones extremas. Y, por otro lado, está CAPES, que desarrolla ciencia aplicada y, por tanto, puede tomar esta información y traducirla a un lenguaje más adecuado para los tomadores de decisión a nivel político, productivo, y de organismos públicos y estatales.  Así es como cada centro tiene potencialidades diferentes, que representan una oportunidad para abordar esta problemática mayor de manera integrada, a través de este convenio”, puntualizó Ovalle.

 


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