¿Cómo construir comunidades más resilientes frente a los desastres socionaturales?

¿Qué contenidos sobre desastres socionaturales se imparten en los distintos niveles educativos que existen en Chile? Esa fue la pregunta que se hicieron la investigadora del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (CIGIDEN) y académica de la Facultad de Educación UC, Valeria Cabello, junto al profesor de pedagogía media en física en formación, Oscar Bugueño.
 
Tras investigar los contenidos que se imparten sobre esta temática, en los distintos niveles educativos -desde la educación parvularia hasta el término de la enseñanza media-, los investigadores identificaron que los saberes que se transmiten en la educación formal son amplios, y van desde la comprensión del entorno natural hasta el comportamiento de la Tierra.
 
De ahí que se dieron cuenta que existen variadas oportunidades para transmitir conocimientos sobre cómo prevenir desastres. “Existen espacios para trabajar la Gestión del Riesgo de Desastres (GRD), a través de las oportunidades de aprendizaje que se dan a partir de los Objetivos de Aprendizajes Esperados, sin embargo, el currículo está mucho más centrado en los contenidos científicos, históricos o sociales, que en la parte del modelo de prevención o generar respuestas posibles ante un desastre”, explica Valeria Cabello.

¿Qué sucede en la educación no formal?

En la educación no formal, como la Escuela Comunitaria Ambiental de la Costa, se promociona un modelo educativo comunitario transdisciplinario para la resiliencia territorial, que promueve la gestión integrada de la costa considerando el escenario de cambio climático.
 
“Se empieza abrir un espacio de conversación para resolver preguntas”, afirma la investigadora de CIGIDEN y académica de la Facultad de Imagen y Comunicación de la Universidad de Chile, Karla Palma. Y agrega que “frente a la falta de acceso a información y a la necesidad de un conocimiento relevante sobre la costa, desde CIGIDEN tomamos la iniciativa de empezar a pensar cómo nosotros podríamos ayudar a contribuir dentro de este espacio”.  Hoy este proyecto ya tiene cinco años de funcionamiento, gracias a la conjunción entre la comunidad y el Centro.

El juego: una herramienta clave

Para complementar el aprendizaje, desde CIGIDEN se han creado diversos proyectos y herramientas para profundizar en la comprensión de la Gestión del Riesgo de Desastres.

Un ejemplo es “Kay-Kay: Conociendo el riesgo de tsunamis”, proyecto dirigido a niñas y niños que busca generar conciencia acerca del riesgo de tsunami y estrategias de preparación, al cual se le sumó el juego de mesa que lleva el mismo nombre. Ambos proyectos son presentados en ferias científicas y colegios, y han sido desarrollados por los profesionales de CIGIDEN Javiera Castañeda, psicóloga UC; y Nikole Guerrero y Simón Inzunza, ambs geógrafos UC.
 
Otro proyecto, liderado por este último profesional, es “Exploradores del riesgo”, un manual para guiar la identificación de amenazas de origen natural en establecimientos educativos. Este fue apoyado por PAR Explora RM Sur Oriente, siendo desarrollado luego de la realización de talleres con estudiantes del Centro Educacional Eduardo de la Barra, en Peñalolén.

Educación de acuerdo al territorio

“La educación debe ser contextualizada y no tan estandarizada, debemos tener ciertos patrones que se repitan, pero que se centren en el lugar que habitamos, para poder conocer lo que dice la comunidad”, comenta Policarpo González, profesor de la Escuela Rural Carmen Romero Aguirre, en Lo Abarca, y actor y monitor de la Escuela Comunitaria Ambiental de la Costa, en Cartagena, Región de Valparaíso.
 
El docente destaca la importancia del “buen vivir” con la tierra y cómo, a través de la educación, se puede comprender el entorno, incluyendo las amenazas naturales con las que se conviven.
 
La educación para la Gestión del Riesgo de Desastres no solo entrega conocimientos técnicos, sino que promueve una ciudadanía consciente del entorno que habita.