Criminóloga sueco-chilena Camila Salazar: ¿Cómo prevenir el delito con un enfoque positivo?
En visita al Centro Justicia y Sociedad UC, la criminóloga sueco-chilena Camila Salazar detalla cómo el modelo del centro Fryshuset promueve la prevención temprana del delito con un enfoque positivo, democrático y articulado con toda la comunidad.
photo_camera Consultada sobre las posibilidades de aplicar este enfoque en nuestro país, Salazar es clara: “En Chile hay montones de posibilidades. Pero una parte muy importante es encontrar la manera de trabajar mancomunadamente". Fotografía: César Dellepiane.
El desafío de enfrentar el crimen desde sus inicios para que se pueda prevenir, es lo que caracteriza el trabajo que realiza la criminóloga Camila Salazar, en Suecia. La profesional sueco-chilena es parte de Fryshuset, un reputado centro juvenil de prevención del delito ubicado en Estocolmo. Radicada en esa ciudad, Camila ha dedicado su carrera a acompañar a jóvenes en contextos de riesgo, no con discursos punitivos, sino apostando por sus talentos, intereses y posibilidades reales.
En el marco de una charla realizada en el Centro de Estudios Justicia y Sociedad UC comparte su quehacer y expresa un importante cambio de enfoque en la prevención: “Actualmente hay foco excesivo en medidas punitivas cuando debiera enfocarse también en la prevención, llegando temprana y muy tempranamente en los jóvenes que viven en contextos que los hacen vulnerables a ingresar a bandas criminales”.
Fryshuset —cuyo nombre se traduce como “cámara frigorífica”, por el almacén abandonado donde nació— se ha transformado en una red que abarca educación, deporte, música, cultura, inserción laboral y reinserción social. Fue fundado por Anders Carlberg, quien buscaba crear espacios que permitieran ensayar música y jugar básquetbol, y terminó creando una verdadera alternativa social para miles de jóvenes.
“Actualmente hay foco excesivo en medidas punitivas cuando debiera enfocarse también en la prevención, llegando temprana y muy tempranamente en los jóvenes que viven en contextos que los hacen vulnerables a ingresar a bandas criminales” - Camila Salazar, criminóloga
Un enfoque basado en la confianza
El modelo Fryshuset no trabaja desde la represión, sino desde la oportunidad: “Nunca trabajamos en contra de cosas sino pro cosas. Por ejemplo, en vez de decir que estamos en contra del racismo, decimos que apoyamos el pluralismo. Porque no hay una solución en el ‘no’, hay una solución en el ‘sí’”, afirma la criminóloga. Esta actitud se traduce en relaciones de respeto mutuo, participación democrática y una red articulada que abraza al joven desde distintos sectores de la sociedad”, relata.
En el ámbito educativo Fryshuset atiende a 2.500 escolares y se esfuerza por dar la mejor calidad para así demostrarle a los estudiantes que son muy valiosos. “Tenemos al mejor entrenador de básquetbol de Estocolmo, por ejemplo, entonces ellos saben que si se unen a nosotros tendrán al mejor entrenador y se sienten valorados. Te estamos dando lo mejor porque eso es lo que tú vales”, señala.
Además, la organización ofrece múltiples actividades: danza, música, cursos, formación laboral, espacios deportivos y orientación psicológica. “Todo lo que es música y entretención es prevención”, resume Salazar.
Prevención temprana del delito: una inversión a largo plazo
El corazón del modelo sueco es la prevención temprana, es decir, actuar antes de que el joven entre en contacto con contextos delictivos. La prevención no se reduce a campañas. Supone estar presentes donde los jóvenes están: en las escuelas, en los barrios, en las redes sociales. “Trabajamos con una estrategia de política criminal de tres tiempos: prevención temprana, intervención y desvinculación. Pero si no llegamos a tiempo con los niños que están más expuestos, el sistema ya va tarde”, advierte.
Esa visión se refleja en la estructura de programas como Exit, destinado a jóvenes activos en grupos radicales violentos que desean salir de esos entornos; Passus, para adultos que quieren dejar bandas criminales; o 180 Grados, que trabaja directamente con jóvenes en entornos delictivos.
“Trabajamos con una estrategia de política criminal de tres tiempos: prevención temprana, intervención y desvinculación. Pero si no llegamos a tiempo con los niños que están más expuestos, el sistema ya va tarde” - Camila Salazar, criminóloga
¿Qué puede aprender Chile de este modelo?
Consultada sobre las posibilidades de aplicar este enfoque en nuestro país, Salazar es clara: “En Chile hay montones de posibilidades. Pero una parte muy importante es encontrar la manera de trabajar mancomunadamente. No trabajar como isla, sino trabajar en conjunto con muchas partes de la sociedad: comuna, ONGs, empresas. Todo en torno al niño. En vez de que el niño tenga que ir a diferentes islas, que las islas se junten y sean lo que le da como un abrazo al niño para cuidarlo. Y teniendo siempre la intención de buscar que la niñez se desarrolle donde exista la posibilidad de moverse sin peligro, donde exista la posibilidad de ejercer sus hobbys y hacer lo que les guste”.
En esa articulación, Fryshuset fortalece el rol de los padres y profesores con programas de liderazgo familiar. “En los colegios tenemos todo un programa para reforzar a los padres en su rol. Los adultos en el entorno del joven —padres, profesores, alumnos— tienen el mismo idioma, el mismo entendimiento y la misma capacidad de solucionar problemas”, explica.
Y lo mismo ocurre con las redes sociales, que los adolescentes consideran como un espacio tan real como el físico. Por eso desarrollan acciones para sensibilizar a los jóvenes y a los adultos sobre cómo funcionan los algoritmos, los peligros de la manipulación, y la importancia de dialogar en familia sobre lo que ocurre en ese mundo digital.
En esa línea, la criminóloga enfatiza: “Al dar posibilidades positivas, las posibilidades negativas o destructivas pierden su fuerza y su valor”. Con lo cual resume el enfoque propositivo que caracteriza su trabajo, promoviendo espacios que den oportunidades y fortalezcan a la juventud.