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El camino que llevó al Centro de Encuestas UC a adjudicarse las mayores mediciones nacionales


El Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales (CEEL UC), dirigido por David Bravo, ha obtenido la licitación de las mediciones más relevantes de Chile. La reciente puesta en marcha de la CASEN y el desarrollo de la compleja Encuesta Nacional de Salud, son sólo algunos de los desafíos que han enfrentado desde su puesta en marcha. Bravo analiza los logros y desafíos, cuenta lo que viene y se refiere a la reciente crisis de las encuestas que se develó en elecciones.

El Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales (CEEL UC) nació en 2014 bajo la dirección vigente del economista David Bravo. Desde sus inicios y particularmente en el último año y medio, se han adjudicado las encuestas más relevantes del país, siendo la CASEN la de mayor alcance. “Esto ha sido un logro para la UC y para el centro, que se ha posicionado”, dice Bravo, quien realiza un balance y relata el camino que ha seguido desde sus inicios en la universidad. 

No sólo la CASEN ha estado a cargo del CEEL, sino también la Encuesta Nacional de Salud (ENS) -que tiene cuatro dimensiones: encuesta global, exámenes médicos, niños y salud mental-; al igual que la Encuesta Longitudinal de Primera Infancia (ELPI), la encuesta sobre pilar solidario y calidad de vida, junto con la medición nacional sobre drogas y alcohol.

Los más de 1.500 encuestadores del CEEL se han propagado por todo el territorio buscando profundizar sobre temáticas que afectan a los chilenos en múltiples dimensiones. La CASEN llegó incluso a pasos fronterizos, relata Bravo. Turismo, pobreza, vivienda y educación, son algunos de los temas que ha explorado el centro a través de recursos públicos.   

  • ¿Qué viene este año para el Centro? ¿Qué áreas buscarán potenciar?

Tenemos áreas fundamentales de nuestro quehacer. Una de ellas está relacionada con datos: producción de información, es decir, generar datos; y los investigadores los usan. La mayor parte de las encuestas en que estamos involucrados son clave para diseño de políticas públicas e investigadores. Es para tener discusión basada en evidencia.

Por otro lado, lo que más nos interesa es la dimensión de innovación. El desafío es cómo generar datos nuevos que no están presentes en un momento determinado. Si esta conversación la hubiésemos tenido hace 30 años, muchas de las encuestas que se realizan no existirían. En ese sentido, ELPI, EPS, y Calidad de vida en personas mayores, son una innovación. Incluso nuestro nombre, que marca lo que nos interesa: estudios de largo aliento. 

No somos una institución que está para encuestar e irse. Todo lo que nosotros hacemos en la práctica tiene vocación pública. Sirve para algo. Son datos abiertos a la comunidad en general, son datos que pueden examinarse. No son de metodologías oscuras, son transparentes, lo que no quiere decir que sean simples.

Van a venir muchas más encuestas de este tipo. Alguien tiene que hacerlas. Hay que innovar en otras áreas. Vamos a seguir haciendo estas encuestas si se nos permite, pero haremos otras cosas. Lo bonito es que mediciones que antes no existían hoy son institucionales. Muchas son encuestas que parten como proyecto académico y terminan institucionalizadas con presupuesto público. Qué mejor aporte público que tomar un documento académico y transformarlo en estadísticas. El rol que tiene los datos en la práctica es iluminar áreas que están oscuras. 

  • ¿Cómo evalúa la crisis de las encuestas? ¿Se podría decir que es algo que afecta mayoritariamente a aquellas de temas políticos?

Esto está en las antípodas. Las encuestas deberían ser claras, transparentes, que cualquiera pueda replicar los procedimientos. Permiten aclarar a las personas que algo que viene con un envase igual, pero contiene cosas distintas. Es como si consumiéramos productos sin etiquetas: leche que es leche. Todo viene sin etiqueta en el ámbito de las encuestas. Chile tiene una larga tradición de encuestas. 

En encuestas electorales y de opinión pública, o estudios de mercado, lo que encargan las empresas, empezamos a ver variedad de calidad. Cuando los medios hablaron de la crisis de las encuestas no especificaron necesariamente sobre el tipo de encuestas. La gente entiende que las electorales son particulares, que han tenido problemas. La calidad es lamentable. Tienen muy merecido su fracaso, porque de verdad los insumos que tienen esas encuestas no son buenos. Sólo queda en evidencia cuando se producen eventos donde eso queda magnificado, por ejemplo, cuando cambia el padrón electoral.

Aun cuando no fueran longitudinales, una encuesta bien hecha debería tener buenos resultados. Lo longitudinal da ventajas incluso para el tema electoral. La pregunta es qué distingue a una encuesta sobre participación electoral o votación, de otra sobre drogas, pobreza o infancia. Nada las distingue. Algo relevante como la democracia requiere mejores estándares. Es cierto que la gente quiere resultados rápidos y esas encuestas de baja calidad lo permiten. Se produce un matrimonio perverso por conveniencia entre la prensa y las instituciones. Es atractivo tener un gráfico, pero no sabes cómo está hecho.

Deberíamos tener ciertas etiquetas. A algunas encuestas deberíamos ponerle sellos de alerta o estas que se le ponen a las cajetillas de cigarro: es dañino consumir los datos de su encuesta. Dañino para su capacidad de análisis. Deberíamos alertar. Cualquier tema debería ser abordado de manera rigurosa. (…) Si me tomo en serio los temas de ciudadanía debería usar mejores estándares. Son encuestas que hacen daño porque hacen que la gente se alimente de cosas que no son sanas. Emiten juicios basados en eso. Las encuestas se equivocan mucho.

La calidad no se puede dar por garantizada. La crisis de encuestas existe hace tiempo, sobre todo en ese mundo. Las encuestas son como las noticias falsas. Uno de los usos son las redes sociales. De dónde viene el dato, cómo llegué a la noticia es relevante. Los medios de comunicación son importantes, son diversos los medios. Muchas veces los medios formales no tienen cómo distinguir fuentes de información. Si se pone chica la fuente, es casi como dar noticia falsa. Las encuestas que tienen fallas metodológicas y siguen publicándose. (…). 

  • ¿Cómo buscarán aprovechar las herramientas tecnológicas de visualización de datos?

Tenemos ganas de trabajar más en ello, pues contamos con infinidad de información. Nuestra primera etapa es un principio, cualquier cosa que nosotros levantamos, incluso proyectos que son mandatados. Tenemos vocación de que los datos deben ser públicos, con protecciones a datos privados claro, pero deben ser públicos para que haya investigación. 

Ponemos énfasis en la transparencia de la investigación. Hemos empujado ese tema. Somos parte de la iniciativa internacional de varias universidades que están trabajando en esa área.

Cómo estos datos no quedan solo circunscritos a los investigadores ha sido importante estar disponibles para que estos datos puedan ser comunicados. Hasta ahí hemos llegado. 

Estuvimos hace poco en un seminario de Diseño UC. Tengo expectativas de poder vincularnos a esas iniciativas de visualización de datos y también con unidades que tienen intereses en Big data, Data Minds.

 

Políticas públicas, relanzamiento y un adelanto

El camino para que los datos tengan eco en las políticas públicas puede ser largo, pero en el CEEL conocen esta ruta. Bravo explica que tras mediciones como la Encuesta de Protección Social, hoy “la discusión sobre pensiones se puede hacer sobre mejor pie”, a lo que se suma la medición de calidad de vida. Asimismo, señala, “la encuesta de Primera Infancia será estratégica para nuevas autoridades y antes estuvo detrás del programa Chile Crece Contigo. Es nuestra forma de acercarnos a esas temáticas que tienen que ver con datos.

Otros temas relevantes para el centro, explica Bravo, son la seguridad, la inmigración e incluso la participación electoral. Otras dos áreas de cobertura a las que busca llegar el CEEL es el mundo privado e internacional. “En general las instituciones privadas deberían consumir algo de buena calidad a nivel de datos y análisis. Nos interesa poder entrar en ese mundo también. En el mundo privado también se necesita rigor”, señala.

Por otro lado, este año relanzarán la iniciativa Chile Inclusivo, que une al sector público, a la academia y el mundo privado para contribuir a la superación de la pobreza. Adicionalmente, Bravo adelanta que viene una gran medición. “Un estudio longitudinal al que no hemos puesto nombre. Es distinto a los anteriores. Seguimos a personas, mezcla encuestas con registros administrativos, con un foco en todos los temas que hablamos: seguridad, inmigración, pueblos originarios”. 

Se trata de una instancia de colaboración entre el mundo académico y público. “Fenómenos que no se capturan en las encuestas regulares porque son pequeñas”. Se trata de 500 mil casos, una muestra grande que apunta al rol de las encuestas, dice el economista: “que te permitan ver nítidamente fenómenos a gran escala”. Será lanzado el segundo semestre.

 

 


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