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Con buena crítica, “El cepillo de dientes” culmina su ciclo este 24 de junio


Tras una de las funciones, Álvaro Viguera, Sol de Caso, Geraldine Neary y Luis Cerda respondieron las preguntas de los asistentes acerca del proceso creativo y la realización de la obra. En el conversatorio también participó el rector Ignacio Sánchez. El montaje ya ha sido visto por 6 mil personas.

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photo_camera Archivo UC

“Cercana a la teatralidad contemporánea y con algo de cómic, resulta llena de movimiento y luminosa, vital, alegre y juguetona”. Así describió el crítico de El Mercurio Pedro Labra, la propuesta del director Álvaro Viguera en “El cepillo de dientes”. El montaje, que se estrenó el 4 de mayo, ha convocado hasta ahora a unos 6 mil asistentes y se mantendrá en cartelera el 24 de junio.

En el argumento, los personajes de él y ella –interpretados por Luis Cerda y Geraldine Neary— conforman una pareja burguesa que extrema sus juegos hasta el absurdo para salir de la rutina asfixiante del matrimonio. En los dos actos, los protagonistas oscilan constantemente entre el amor y el odio, cantan canciones e interpelan al público rompiendo la cuarta pared que supone el teatro más tradicional.

El viernes pasado parte del equipo creativo de la obra subió al escenario tras los 90 minutos de función para conversar y compartir sus procesos de trabajo con el público. La conversación fue moderada por Carola Oyarzún, académica de la Facultad de Letras e investigadora del teatro chileno e hispanoamericano. Ella comenzó su intervención contextualizando la obra, una de las primeras del destacado dramaturgo nacional Jorge Díaz.

Oyarzún habló de la concepción de la pieza en 1961. “Fue una casualidad que haya comenzado a escribir porque quería ser actor”, señala. Díaz, quien se había formado como arquitecto, escribió el primer acto para el Teatro ICTUS –que necesitaba montar una obra chilena y no tenía nada—en una semana. El segundo acto se añadiría en 1966.

La primera pregunta de Carola al director Álvaro Viguera, fue cómo consiguió refrescar una obra tan antigua que, pese al humor, fue hecha mucho más seriamente. “Una de las premisas para abordar la obra fue preguntarse qué hacemos con ella si ya tiene un tiempo. No es tanto, pero para Chile sí. La idea era respetar la obra de Jorge Díaz, tratar de que respirara, que se sintiera la dramaturgia de esa época, pero a la vez que existiera una lectura que la situara hoy en día”, explicó. “Los sucesos se dan de manera vertiginosa y eso lo hace muy actual. Además, la búsqueda de un encuentro entre dos personas siempre será contingente”, agregó Sol de Caso.

“Muchos no han visto la primera versión, pero siento que los más jóvenes han enganchado mucho con el lenguaje que utilizamos en la puesta en escena, para que Jorge Díaz pueda mostrarse. Sentí que de alguna manera a través de su texto transmitía el juego”, dijo Viguera. “Hay tantos guiños a la televisión, a la publicidad de hoy, a los comics. Es una vuelta a reírse mucho más de nuestras vidas tan influenciadas por los medios”, describió Oyarzún.

Una de las discusiones que se produjo en la instancia fue la iniciada por una joven asistente, quien criticó a violencia manifiesta en la relación de la pareja y el machismo del personaje masculino. Miembros del panel explicaron que, si bien eso es condenable en el contexto contemporáneo, está presente en el texto porque éste también da cuenta de la época en que fue escrito. El rector Ignacio Sánchez, quien también participó del dialogo, felicitó al actor Luis Cerda por ser “insoportable”. “Yo vi dos actores absolutamente capaces de producir sensaciones”, dijo, al reconocer el talento del elenco. 

“El cepillo de dientes” ha recibido más halagos de la crítica. “Los actores despliegan una inagotable capacidad histriónica que seduce al espectador”, señaló Willy Haltenhoff, en Santi.cl. "La pareja inicia una discusión alrededor de un cepillo de dientes, un elemento de la vida cotidiana que hace explotar una serie de conflictos y juegos en varias dimensiones, que se insertan en una propuesta escenográfica asombrosa, a cargo de Daniela Vargas y Andrés Poirot (...) Montar un clásico es siempre un desafío, y Álvaro Viguera lo sabe, por eso en su dirección respeta el texto y la estética sesentera (la publicidad), y guía a dos actores jovencísimos para subrayar lo ridículo del matrimonio burgués", comentó Andrea Jeftanovic en Wikén. Las funciones son de miércoles a sábado, a las 20.30 horas. Más información, entradas y puntos de venta en teatrouc.uc.cl

 

INFORMACIÓN PERIODÍSTICA

Constanza Flores L., Dirección de Comunicaciones, cmflores@uc.cl


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