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Estación Patagonia protagoniza nuevas investigaciones


Académicos y estudiantes de Geografía, Ciencias Biológicas, Arquitectura y Agronomía viajaron a Bahía Exploradores para dar inicio a diversas investigaciones en la zona. Los acompañó el geógrafo Didier Galop,  del Centro Nacional de la Investigación Científica  en Francia (CNRS).

En medio de altos cipreses, glaciares y montañas, un grupo de académicos de la universidad llegó a la Estación Patagonia de Investigación Interdisciplinaria UC (EPII-UC) para dar comienzo a nuevas investigaciones en terreno, en Bahía Exploradores, además de continuar proyectos ya iniciados. Profesores de Geografía, Ciencias Biológicas, Arquitectura y alumnos de Agronomía y Ciencias Biológicas formaron parte de una travesía científica que pretende arrojar información sobre impacto del hombre en la zona, cambio climático y reconstrucción de la historia del ecosistema del valle.

Esta vez  los acompañó el geógrafo Didier Galop, director de uno de los Observatorios Hombre-Medio (OHM) del Centro Nacional de la Investigación Científica en Francia (CNRS) y del Laboratorio de Investigación GEODE. La estación forma parte de esta red y es la única instancia representante en el hemisferio sur; en palabras de Galop, la zona en que se encuentra ubicada “presenta condiciones muy particulares de investigación, pues en pocos kilómetros convergen glaciares, bosques, ríos impresionantes, la laguna San Rafael. Hay una diversidad de paisaje que es increíble, concentrada en un solo lugar”.

El investigador francés participó junto al director de la estación, el geógrafo Alejandro Salazar, en la toma de muestras de sedimentos en lagunas, “para reconstruir la historia del paisaje utilizando lodos que están en el fondo, además de registrar pólenes, micro carbonos, bacterias, fósiles y con estos testigos poder reconstruir también la historia del bosque”. 

Para Salazar, otra particularidad de la zona se relaciona con que existen lugares donde prácticamente no existe impacto del ser humano. Esa es otra de las oportunidades que ofrece el lugar para las labores de investigación, que esta vez se centraron en la toma de muestras de agua, suelo, instalación de un sensor de parámetros fluviales y búsqueda de condiciones sustentables para la instalación de la sede física de la estación.

El geógrafo detalla el alcance de los trabajos en terreno: “Hicimos muestras de agua, pusimos un sensor para medir una serie de variables como conductividad eléctrica, temperatura, presión y  sacamos muestras de agua para determinar la microbiología de los ríos, como sacarle el ADN a cada cuerpo de agua, en diferentes transectos, ver lo que está pasando con la producción biológica en los fiordos. También vinimos a ver nuevamente el diseño sustentable de las instalaciones que debemos construir y ver cómo las vamos a proyectar en el futuro”.

 

Académicos en terreno

Otro de los participantes del viaje fue el ecólogo Fernando Alfaro, de Ciencias Biológicas UC,  quien tomó muestras de suelo en las faldas del glaciar Exploradores y alrededores con el objetivo de  “colectar nutrientes para analizar carbono, nitrógeno, PH y todas las características fisicoquímicas”, señaló. No es primera vez que Alfaro visita la zona, pues en abril había instalado filtros especiales para obtener información sobre descomposición del suelo. 

Proveniente de la misma Facultad, el profesor Rodrigo de la Iglesia junto al estudiante de doctorado  Benjamín Glasner obtuvieron muestras de agua desde Bahía Las Mentas; Golfo Elefante, zonas de balsas salmoneras y los ríos Exploradores, Teresa y Oscuro para analizar la microbiología del agua. “A futuro, el plan es establecer una línea de base y compararla con lo que empiece a ocurrir cuando exista más turismo en la zona”, explicó De la Iglesia.   

 En las cercanías del punto donde convergen el río Exploradores, Oscuro y Teresa a la vez, se puso en marcha una investigación relacionada con los cipreses de la zona, pues se trata de árboles capaces de entregar información sobre la historia del ecosistema a través de los anillos que registra su madera. El geógrafo Jorge Qüense, a cargo de esta labor, señaló que “los árboles tienen anillos de crecimiento anuales, lo que nos permite conocer la edad del ciprés y relacionar la información con variables climáticas”.

Las labores en terreno también incluyeron la inspección de una parte del lugar donde se ubica la concesión, que abarca unas 5.000 hectáreas concesionadas entregadas a la UC en 2009 por parte del Ministerio de Bienes Nacionales. Alejandro Salazar junto al arquitecto Alex Moreno buscan proyectar una construcción autosustentable, para lo que también se tomaron muestras de agua con el fin de estimar si son aptas para el consumo y otros usos.

 

El futuro y el impacto en la comunidad

El profesor Salazar junto a Galop trabajan en un proyecto de cooperación entre la universidad y el laboratorio que dirige el geógrafo francés. En la práctica esto permitiría que, por ejemplo, se trasladen drones a la Patagonia con el fin de desarrollar cartografías detalladas de las especies vegetales. “Tenemos comprometidos equipos como drones para levantar información topográfica y sensores con cámaras multiespectrales que permitirán hacer un catastro en detalle de diversos tipos de vegetación”, dice Salazar. 

Además, el equipo  de la estación está trabajando en la implementación de una cartografía en formato web para contar con los datos de las investigaciones online a disposición de todos los investigadores involucrados a través de un servidor. Toda la información será georreferenciada.  

Por otro lado, en el futuro se espera instalar estaciones meteorológicas, sensores de marea y pluviómetros, lo que constituye un impacto a la comunidad y la actividad turística. Mientras, entre los estudios que buscarán aprobar, también está una investigación sobre la carga de ganadería para los pobladores que busca orientar respecto de las áreas más productivas en forraje y dónde situar los animales. 

“Bahía Exploradores es una frontera física aislada, pero que hoy día rompe el aislamiento a través de nuevas vías de accesibilidad, nuevas rutas que se abren y también con nuevas actividades como el turismo, que antes no existía en la zona y que,  por lo tanto, ofrece tanto oportunidades como desventajas, tales como la contaminación y eso es lo que estamos tratando de explorar, entender y explicar”, señala Salazar. Y agrega que tal como ocurrió en este viaje, las labores en terreno implican el surgimiento de nuevas preguntas, pues la zona ofrece múltiples posibilidades para futuras investigaciones interdisciplinarias.

 

 INFORMACIÓN PERIODÍSTICA

Violeta Bustos Vaccia, periodista, vsbustos@uc.cl


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