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Monseñor Celestino Aós participó en sesión del Honorable Consejo Superior


En la ocasión, el Pro-Gran Canciller de la universidad saludó a los integrantes del Consejo y recalcó: “Lo importante son las personas y los alumnos a quienes estamos intentando acompañar en la vida”.

El pasado viernes 26 de abril, el Administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Santiago y Pro-Gran Canciller de la UC, Monseñor Celestino Aós, acudió por primera vez a una sesión del Honorable Consejo Superior (HCS). La visita, que duró aproximadamente una hora, se inició con un breve saludo y la presentación que el rector Ignacio Sánchez le hizo de cada uno de los integrantes.

Durante el encuentro, el rector le entregó una sintética visión de la universidad, dando cuenta de su realidad actual en términos de sus estudiantes, académicos, profesionales y administrativos. Asimismo se refirió al rol de la UC en el sistema universitario nacional.

La autoridad académica explicó a Monseñor Aós los ejes en los que ha estado trabajando la UC en el marco de su Plan de Desarrollo 2015-2020, comentando concisamente cada una de sus grandes líneas estratégicas: identidad, comunidad, generación de conocimiento de frontera, interdisciplina para los grandes desafíos, internacionalización para participar en un mundo global, inclusión para ampliar oportunidades, innovación en la docencia, compromiso público y gestión para el crecimiento, la innovación y la proyección de la UC.

Junto a ello manifestó que para comprender en toda su dimensión a la universidad y su quehacer era preciso mirarla de manera amplia, entendiéndola con su Red de Salud y el rol que ella cumple en el marco de la salud pública nacional; con la fundación DUOC UC, y sus más de 105 mil estudiantes y un intenso trabajo en materia de formación de calidad en el ámbito técnico -profesional; con el Club Deportivo y sus aportes al desarrollo del deporte en el país; con el hospital Josefina Martínez y su labor en cuidado y rehabilitación integral de niños con complejos problemas respiratorios; y con la Fundación de Vida Rural y la formación de jóvenes en temas agrícolas.

Monseñor Celestino Aós, por su parte, agradeció la invitación y destacó el trabajo que lleva a cabo la universidad y el propio Consejo, recalcando la relevancia de conformar entre todos un cuerpo y la riqueza de la interrelación que debe darse entre todos sus participantes. Señaló que en esto hay que abrirse para acoger y para enlazar las diversas especialidades, unas con otras: “Lo importante son las personas y los alumnos a quienes estamos intentando acompañar en la vida”.

El Pro-Gran Canciller felicitó a la universidad por su desarrollo y subrayó el llamado a ser una institución donde todos los estamentos se relacionen con paz, alegría, deseo de colaborar y de apoyarse unos con otros. “Mi deseo para el hoy es una ciencia del bien vivir o del vivir cristiano, para que todos tengan vida y vida en abundancia. La universidad no puede estar para achicar y acotar. El llamado es por tanto a dar siempre lo mejor”, manifestó.

El administrador apostólico, quien comentó que estuvo un año estudiando psicología en campus San Joaquín, llamó a expresar los dones de la unidad y la alegría y a estar contentos por la misión que se nos concede de poder ayudar a que los alumnos se desarrollen.

Durante la sesión hubo un pequeño espacio para preguntas, una de las cuales hizo referencia al rol de los laicos ante la crisis de la Iglesia chilena. Frente a ello, Monseñor señaló: “La vida de la Iglesia está conformada por todos los bautizados y debemos darnos cuenta de ello. Es una conciencia que hay que desarrollar. Cuando se ama, la pregunta debe ser ¿qué puedo hacer yo? Hay que crear instancias para que todo pueda sumar y responder mejor a la voluntad de Dios. Hay que relevar a los laicos y a las mujeres, y no ponerlos en oposición a otros. Debemos tomar conciencia de nuestra dignidad cristiana, sin oponernos”, señaló.

Ante la consulta sobre su visión en torno a la educación, expresó que muchas veces se confunde la enseñanza con la educación. Mientras la enseñanza se puede hacer mecánicamente, explicó, la educación no, porque siempre es personalizada. Implica interrelación entre personas. La educación es en torno a valores, y esta se da en la casa y en el colegio. Ahí hay desafíos importantes", aseveró.

Sobre la situación actual de Chile y de la Iglesia, invitó a poner a Jesucristo en el centro y a mirar todo lo bueno que hay al interior de la Iglesia: “Hay tanto de bueno en Chile. Asumamos los problemas, pero miremos las cosas buenas también. Por encima de todo está el misterio de la vida y de la luz. Este es un momento de mucho dolor, pero también de gracia y esperanza. Hay que estar con los oídos muy abiertos para ver qué me está pidiendo Dios a mí”, recalcó.

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