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Loreto Valenzuela, decana Ingeniería:

“Conviene mucho promover la interdisciplina, al igual que la diversidad”


Multifacética es la primera mujer en liderar la Facultad de Ingeniería. Entre sus intereses se encuentran el piano y el teatro, y es la fundadora del emprendimiento FischExtend. Entre sus metas como decana, hasta 2026, están impulsar la interdisciplina, el trabajo colaborativo e incentivar que más mujeres sigan la carrera académica en la UC.

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photo_camera Como la primera mujer en asumir como decana de la Facultad de Ingeniería de la UC en sus 130 años de historia, Loreto Valenzuela tiene entre sus objetivos incentivar la interdisciplinariedades, el trabajo colaborativo y promover modelos que incentiven a las mujeres seguir la carrera académica. (Crédito fotográfico: Karina Fuenzalida)

Cuando era pequeña, como cuenta Loreto Valenzuela Roediger, jugaba a ser profesora, ingeniera, doctora y científica. “Y en rigor, hoy soy las cuatro”, dice y ríe. Habría que agregar que recientemente se convirtió en la primera mujer en asumir como decana de la Facultad de Ingeniería de la UC en sus 130 años de historia.

En su currículo se suma, además, el hecho de ser profesora de Ingeniería Química y Bioprocesos, haber sido directora de College UC y también, ser incluida en el listado de 100 Mujeres Líderes de Chile en 2019. En el ámbito de la innovación, lidera el equipo que desarrolló FishExtend, una tecnología reconocida internacionalmente que permite alargar la vida útil de pescados, a través de ingredientes naturales.

Criada en una familia de ingenieros -tanto su padre como su madre estudiaron la carrera-, la elección parecía bien lógica tras rendir la Prueba de Aptitud Académica. Pero ella también tenía otras inquietudes. Entre los seis y los 18 años tomó clases de piano, destacando su gusto por compositores como Beethoven, Chopin y Mozart. Hasta el día de hoy se sienta en su casa a tocar, momento que requiere de silencio y concentración. “Tocar música implica una conexión física, uno vibra con la música, te mueve el cuerpo. Tiene harto de meditación, como que fuera un mantra que se repite”, cuenta.

El teatro fue otra opción que evaluó antes de inclinarse definitivamente por la ingeniería. Junto a otros estudiantes formó parte de la compañía Cuarto Creciente, que ensayaba en las Aulas Lassen en el Campus San Joaquín. Mónica Carrasco y Jorge Gajardo -reconocidos por la serie Los Venegas- fueron sus maestros.

Proveniente de Rancagua, Loreto Valenzuela ingresó a la UC en 1995, tras haber obtenido 806 puntos en la prueba de Matemáticas (solo omitió una pregunta). El cambio no fue menor. De un curso de 16 alumnos en su colegio, pasó a tener 450 compañeros de generación. La experiencia de vivir lejos de sus padres le implicó madurar y también forjar carácter, para así ocuparse de los aspectos domésticos y logísticos de Santiago.

Becada por la división El Teniente, donde trabajaba su padre, logró ahorrar lo suficiente en esa época para comprarse un automóvil Kia Pop y viajar a Estados Unidos.

Recuerda que en esa época sólo un 13% de quienes estudiaban ingeniería en la UC eran mujeres (siendo un 87% hombres). Asimismo, las profesoras de las asignaturas eran “contadas con los dedos de una mano” y generalmente provenían de otras carreras. Si bien actualmente el número de alumnas de la facultad se han incrementado -constituyen cerca de un tercio del estamento estudiantil- la nueva decana destaca como un reto importante promover que más mujeres se interesen por seguir la carrera académica.

Actualmente se produce lo que denomina el “efecto tijera”. “En la medida que vas avanzando en la carrera, la brecha entre hombres y mujeres se va aumentando. Si bien hay cerca de un 30% de estudiantes mujeres, las profesoras son sólo un 13% y necesitamos incrementar el número que se interese por realizar estudios de postgrado”, comenta. Para revertir esta tendencia, la decana afirma que es clave promover modelos y programas como “Mujeres Ingeniería UC”. “Resulta importante poder constatar que otras mujeres lo han hecho, que les va bien como académicas o profesionales, y que no tuvieron que sacrificar su vida por ejercer un cargo”, dice. Y agrega que también se debe fortalecer el trabajo en red y las mentorías, en las que personas con mayor trayectoria pueden ayudar a mujeres que están iniciándose en un ámbito determinado.
 

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Promover que más mujeres se interesen por seguir la carrera académica es uno de los desafíos de Loreto Valenzuela como decana de la Facultad de Ingeniería. (Crédito fotográfico: Karina Fuenzalida)

Ella menciona que en Europa y en Estados Unidos se han adoptado medidas adicionales para ayudar a la inserción de la mujer, como por ejemplo, favorecer la participación de académicas que son madres de niños pequeños en seminarios a través de la contratación de personas que puedan cuidar a los menores. Loreto Valenzuela recuerda una visita que hizo a Boston en 2010 junto a otros cuatro académicos hombres de la UC. Para abaratar costos en hotelería, ellos decidieron compartir habitaciones, algo que ella no pudo hacer. Al regreso ella levantó el tema y se acordó cambiar las reglas para que se considerara el costo de alojamiento en los viajes y el viático quedara sólo para la alimentación.   

La decana conoce bien el país norteamericano. Tras titularse como ingeniera civil industrial de profesión, realizó un doctorado en ingeniería biomédica en la Universidad de Rutgers, en New Jersey. En un ambiente muy cosmopolita y con compañeros de diversos lugares del mundo, la experiencia le permitió no sólo desarrollarse académicamente, sino que también generar amistades y redes con personas de otras culturas.

Al regresar a Santiago, volvió a la facultad para desempeñarse como académica, rol que valora profundamente, como la cercanía que logra con los estudiantes, la libertad académica, la posibilidad de investigar y autogestionar su tiempo y proyectos. “Uno sabe que debe postular a fondos, pero uno decide en qué ámbitos; está la sensación de que uno es su propio jefe”, dice.

Los retos de la Facultad

Loreto Valenzuela al asumir como decana, junto al ex decano Juan Carlos de la Llera (izquierda) y el rector Ignacio Sánchez (derecha). (Crédito fotográfico: César Cortés)
Loreto Valenzuela al asumir como decana, junto al ex decano Juan Carlos de la Llera (izquierda) y el rector Ignacio Sánchez (derecha). (Crédito fotográfico: César Cortés)

En la Facultad de Ingeniería hay actualmente cerca de 180 académicos y académicas. “Son 180 universos diferentes, cada uno está involucrado en distintos proyectos, investigaciones, redes e iniciativas”, comenta Loreto Valenzuela, quien añade que le resulta primordial poder conocer en esta primera etapa el trabajo de quienes forman parte de la unidad académica. Durante la campaña de elección de la nueva jefatura de la facultad y el proceso del comité de búsqueda, apareció como uno de los temas relevantes el agobio por la cantidad de asuntos que deben atender quienes forman parte del cuerpo académico. “Hay una sensación de que nunca es suficiente, que siempre hay más cosas por hacer y de que todos tenemos que hacer todo”, dice. Por eso, uno de los objetivos que se ha fijado Loreto Valenzuela, es precisamente atender este desafío. En este sentido, el exdecano Juan Carlos de la Llera implementó el programa Care, centrado en el bienestar y en el desarrollo de las personas.

“La institución es tan diversa, que podemos organizarnos para que no sea necesario que todos hagamos todo, es importante fomentar la colaboración y romper paradigmas más individualistas”, sostiene Loreto Valenzuela. Añade que actualmente los indicadores e incentivos son más bien individuales, por lo que será importante identificar vías más formales para promover el trabajo conjunto y en equipo, en los los sistemas de evaluación y de estímulo económico. “Necesitamos privilegiar el impacto y la calidad, sobre la cantidad”, afirma.

Durante el período más álgido de la pandemia, la Facultad de Ingeniería desplegó su contribución a la comunidad a través de distintas iniciativas y soluciones, entre los que destacaron ventiladores mécanicos, cámaras de aislación para pacientes graves, dispositivos con luz UV para degradar el Covid-19, mascarillas de protección reciclables, kit olfativos para la detección rápida del virus, entre otros. Según resalta Loreto Valenzuela, la crisis sanitaria puso en valor la relevancia del trabajo interdisciplinario, en la que se consideraron variables como la salud, la economía, entre muchos otros. Se trata de un enfoque que ella pretende profundizar durante los próximos cuatro años (2022-2026).

Explica que actualmente no se le saca partido al trabajo de aquellos académicos que, mediante la modalidad de las vacantes compartidas, trabajan en dos unidades. “Tenemos actualmente muchos profesores con vacantes compartidas y no se aprovecha el hecho de que podría haber interacciones mucho más fuertes entre las unidades académicas”, expresa. La decana cuenta que es probable que próximamente se fomente esta modalidad en las futuras contrataciones, por lo cual se requiere idear fórmulas para que dichas personas se sientan conformes de estar en una posición intermedia y no conflictuadas por reportar a dos jefaturas.    

“Conviene mucho promover la interdisciplina, al igual que la diversidad”, dice. De hecho, en su propio emprendimiento -FishExtend- Loreto Valenzuela ha trabajado con biólogos, químicos, agránomos y también profesionales del marketing y la comunicación. “Hoy sabemos que los grandes problemas de la sociedad no se van a resolver con personas todas iguales, requieren de miradas diferentes, y esto no sólo implica solucionar los desafíos más rápido, sino que mejor, porque el impacto de la ingeniería es social”, concluye.


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