Factores que podrían reducir la demencia

Es común que los adultos mayores comiencen a experimentar fallas en la memoria y ante esto es recomendable diferenciar entre un ligero deterioro de alguna habilidad de razonamiento; un problema de memoria por afecciones tratables, y las dificultades que son derivadas de la demencia, que empeoran con el tiempo y que afectan las capacidades de las persona para desenvolverse y relacionarse. (...)

Es frecuente que los adultos mayores tengan olvidos de la vida cotidiana, lo que provoca rabia y frustración, pero no siempre significa que esté pasando algo malo con su memoria.(...)

los especialistas coinciden en que si bien es muy recomendable mantenerse activo y desafiar la mente, no hay que confundir esto con realizar actividades concretas como hacer sudoku, sopa de letras o puzzles.
Si bien es creciente el mercado de aplicaciones que prometen ejercitar la memoria, los expertos señalan que estas actividades no tienen evidencia sólida de que ayudan a mejorar la memoria por la misma fisonomía del ser humano. (...)

Prevención del alzheimer Si bien el alzheimer no tiene cura conocida, sí hay certeza que las intervenciones en el estilo de vida como hacer ejercicio físico, tener actividad social, mantenerse activo intelectualmente, cuidar bien las patologías crónicas y llevar una dieta sana, llevan a tener menos demencia, de acuerdo con el neurólogo de UC Christus, Rodrigo Santibáñez.

La Comisión Lancet publicó en 2021 un informe sobre prevención, intervención y cuidados de la demencia, donde habla que si los factores de riesgos se empiezan a intervenir desde el inicio de la vida, se estima que se podrían evitar en hasta un 40% los casos de demencia. El estudio sostiene que es necesario ser ambiciosos con la prevención, ya que dado que el número de personas mayores, incluidas las que viven con demencia, está aumentando, aunque la incidencia de demencia específica por edad ha disminuido en muchos países debido a las mejoras en la educación, la nutrición, la atención de la salud y los cambios en el estilo de vida.

Recientemente la Comisión Lancet elevó a 12 los factores de riesgo potencialmente modificables para la prevención, intervención y atención de la demencia. Estos son: menor educación, hipertensión, discapacidad auditiva, tabaquismo, obesidad, depresión, inactividad física, diabetes, bajo contacto social, consumo excesivo de alcohol, la lesión cerebral traumática y la contaminación del aire. Atacar estos de forma temprana y eficaz, es clave para el buen desarrollo y envejecimiento de las personas y las sociedades en general, concuerdan los expertos.