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A cinco años del Covid-19: las lecciones mayores que dejó la pandemia en Chile


Expertos destacan la importancia de las vacunas ante un invierno que se espera desafiante, dado el incremento de virus respiratorios, como el sincicial, la influenza y, en menor medida, el SARS- CoV-2.

Preparación de vacunas.- Foto Dirección de Comunicaciones

photo_camera Una de las enseñanzas que nos dejó la pandemia es la necesidad de contar con sistemas de vigilancia epidemiológica robustos con capacidad de respuesta rápida.- Foto Dirección de Comunicaciones.


Recientemente, el Ministerio de Salud de Chile declaró alerta sanitaria por virus respiratorios, ad portas de la temporada en la que los virus circulantes aumentan notoriamente. Una realidad preocupante, sin duda. En este contexto, ¿qué podemos rescatar del aprendizaje que nos dejó la pandemia?

El doctor Alexis Kalergis, profesor de la Facultad de Ciencias Biológicas y director del Instituto Milenio en Inmunología e Inmunoterapia (IMII), destaca que la pandemia por covid-19 dejó múltiples lecciones, tanto en el ámbito científico como en la manera en que las sociedades se enfrentan a crisis sanitarias de gran escala. Una de las principales enseñanzas fue la importancia de contar con sistemas de vigilancia epidemiológica robustos y con capacidad de respuesta rápida, así como la necesidad de tener una ciudadanía informada, capaz de colaborar activamente en medidas de prevención y cuidado colectivo.

Las vacunas fueron, sin duda, una herramienta crucial para contener la propagación del virus y disminuir los casos de enfermedad y la mortalidad a causa del SARS-CoV-2. La rapidez con que se logró desarrollar, validar y distribuir vacunas seguras y efectivas fue resultado de un trabajo científico acumulativo, donde la colaboración interdisciplinaria jugó un rol fundamental.

La doctora Susan Bueno, profesora de la Facultad de Ciencias Biológicas e investigadora del IMII, enfatiza que la ciencia con orientación en salud pública debe ocupar un lugar prioritario en la agenda nacional. “Esto implica no sólo recursos, sino también políticas que promuevan la equidad en el acceso al conocimiento y a la salud, la prevención, y la formación continua de profesionales preparados para enfrentar nuevas amenazas sanitarias”, dice.

Entonces, ¿por qué hoy la gente está más reacia a vacunarse?

Actualmente, la desinformación se ha instalado en redes sociales, que promueven teorías conspirativas carentes de evidencia científica. “Esto representa un desafío global para la salud pública, que ha causado rebrotes de enfermedades como el sarampión en Estados Unidos. Es muy posible que una percepción equívoca de que los virus han sido controlados y la falta de comprensión del riesgo que significa enfrentarse a los virus sin la protección de las vacunas podría dar espacio a la decisión de no vacunarse. Es importante comprender que esta reticencia no siempre se basa en desconfianza total, sino muchas veces en incertidumbre, temor o desconocimiento, por lo que las estrategias deben enfocarse en el diálogo, la educación y la empatía, más que en la imposición”, indica la investigadora.

En esta misma línea, la doctora Katia Abarca, infectóloga pediátrica de la Facultad de Medicina, explica que hay varios factores que inciden en esta desconfianza: primero, hay “un cierto ‘cansancio’, ya que en la pandemia tuvimos que vacunarnos en varias ocasiones, y luego, los movimientos antivacunas, que siguen enviando mensajes negativos con foco en los efectos adversos y, muchas veces, con información incorrecta o francamente falsa. Ante esta situación, es necesario recordar permanentemente el innegable impacto de las vacunas en el control de importantes enfermedades infecciosas a nivel mundial”.

Una barrera útil y efectiva

Según la doctora Abarca, considerando la nueva alerta sanitaria,  sí deberíamos volver a las mascarillas como forma de protección. Ya el Minsal ha decidido retomarlas con el uso obligado en los servicios de urgencia, lo que se justifica plenamente en el momento epidemiológico actual de alta circulación de virus respiratorios. “La transmisión de estos virus es por la vía respiratoria y las mascarillas son una barrera útil para reducir esta transmisión, a la que debe sumarse el lavado frecuente de manos. Pero habría que ir más allá del uso en este ámbito: ante síntomas respiratorios debemos usar mascarilla cuando estamos en lugares cerrados con otras personas, para evitar contagiarlas. Esta debería ser una norma de comportamiento para toda la población”, finaliza.

 

 


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