Centenario del natalicio de Juan de Dios Vial Correa
El medio El Líbero publicó una columna de opinión del profesor Alejandro San Francisco acerca del centenario que hubiera cumplido el exrector Juan de Dios Vial Correa el pasado 18 de mayo. Les invitamos a conocer su reflexión.

photo_camera El rector emérito fue la máxima autoridad de la UC entre 1984 y 2000. Fotografía: Dirección de Comunicaciones
Este 18 de mayo se conmemoró el Centenario de Juan de Dios Vial Correa, nacido en aquel lejano e histórico año 1925. Un excelente momento para recordarlo.
Se trata de una de las figuras intelectuales más relevantes de Chile en la segunda mitad del siglo XX. Fue un profesor muy destacado, un investigador dedicado y también un decano sabio en la Facultad de Medicina de la UC. Sin embargo, no cabe duda que el mayor reconocimiento lo obtuvo cuando fue nombrado rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile, en 1985. Desempeñó el cargo durante 15 decisivos años.
Por cierto, para entonces ya era un académico conocido y admirado, no solo con una clara visión de la ciencia que investigaba y enseñaba, sino también con una especial comprensión de la universidad como institución y sobre su función en la sociedad. Así lo había demostrado en su brillante carta al presidente de la FEUC en 1968 -que vale la pena releer en ciertas ocasiones-, la cual en buena medida constituye una especie de manifiesto académico en medio de la excesiva politización de algunos sectores durante la reforma universitaria.
Se trata de una de las figuras intelectuales más relevantes de Chile en la segunda mitad del siglo XX. Fue un profesor muy destacado, un investigador dedicado y también un decano sabio en la Facultad de Medicina de la UC.

La llegada de Vial Correa a la rectoría de la UC no fue fácil, por cuanto en las definiciones fijadas por la Iglesia también procuró intervinir el gobierno, habituado a los rectores designados, cuya continuidad el profesor Vial había cuestionado tiempo atrás en un interesante artículo. Ya ubicado en su oficina de la Casa Central, los problemas eran múltiples, pero también las oportunidades.
Las dificultades económicas contrastaban con el inmenso camino que se comenzaba la universidad hacia el futuro. En abril de 1987 la UC recibió la visita del Papa Juan Pablo II durante ese memorable viaje a Chile, con un potente mensaje a “los constructores de sociedad”. En 1988 le correspondió liderar las celebraciones del Centenario, que entre otras cosas darían origen a la Historia de la Universidad, bajo la dirección de Ricardo Krebs.
Juan de Dios Vial era un hombre sabio, que al conocimiento propio de la medicina y la biología añadía una pasión casi universal por distintas manifestaciones del conocimiento, que incluía áreas tan variadas como la música, la filosofía y las ciencias en general. Estaba interesado en el devenir del país y cada cierto tiempo participaba en el debate público a través de columnas de opinión o a través de algunas conferencias.
Tenía una amplia cultura humanista, cultivada a partir de su hogar y de numerosas y bien escogidas lecturas. En su juventud estuvo enfermo seis meses, los que aprovechó para leer solamente historia, y así no dispersarse en diversas cosas. De ese tiempo fue la lectura de ese maravilloso libro de Johan Huizinga, El otoño de la Edad Media. Recuerdo que esa anécdota me la contó mientras visitábamos unos trabajos estudiantiles de invierno en el sur. En otra ocasión me explicó por qué sabía alemán, cosa que le pregunté tras una actividad del coro de la Universidad de Heilderberg: había aprendido el idioma para leer a Goethe.
Juan de Dios Vial era un hombre sabio, que al conocimiento propio de la medicina y la biología añadía una pasión casi universal por distintas manifestaciones del conocimiento, que incluía áreas tan variadas como la música, la filosofía y las ciencias en general.
Siendo rector demostró una gran capacidad de liderazgo universitario, en un momento decisivo de la historia de la enseñanza en Chile. Eso le permitió llevar a la UC a un gran nivel no solo en el ámbito nacional sino también internacional, tarea que han continuado sus sucesores. Por cierto, hubo cosas que no se hicieron bien, otras que no se hicieron y algunos que pudieron realizarse de mejor manera. Pero el balance fue ampliamente positivo.
Juan de Dios Vial era un católico convencido y agradecido, y se podría decir incluso un intelectual católico, con pensamiento propio a partir de la fe. No tenía contradicciones entre un compromiso social o los temas de carácter más doctrinal. Así se puede apreciar al leer sus textos, compilados en Palabras a la Universidad (2000) y Pasión por la Universidad (2017). En lo personal -por iniciativa del rector Ignacio Sánchez- me correspondió investigar y editar este último libro, lo que me permitió leer y aprender. Al servicio de la Iglesia fue rector de la UC y también asumió el con profesionalismo cuando el Papa Juan Pablo II lo nombró Presidente de la Academia Pontificia para la Vida.

Chile y el mundo -lo hemos visto en Estados Unidos, pero también en otros países- viven un momento de tensión y redefinición de la misión de las universidades, una evaluación de sus problemas y la contradicción entre los estados y las instituciones de educación superior. Sin embargo, el problema es otro: es de personas, de vocación universitaria y de sentido de la vida intelectual. Hay cierto desprecio por el pensamiento, en ocasiones las adhesiones (políticas, religiosas o de una determinada causa) valen más que los argumentos, es decir, constituye la negación misma del espíritu universitario. Las funas y la cancelación son sólo manifestaciones, no sólo de bajeza moral o pereza mental, sino también de un odio hacia la universidad como institución.
Por último, no se puede entender al rector Vial Correa sin recordar a Raquel Ariztía, la señora Raquel, el amor de su vida, quien falleció apenas un año después de él. En un seminario organizado por la FEUC en mayo de 1994, el rector señaló: “Cuando me casé, casi cuarenta y cinco años atrás, una de las fuentes inolvidables de felicidad era el hecho de que me estaba entregando de modo irrevocable y de que estaba recibiendo la entrega igualmente irrevocable de la mujer a la que amaba”.
Este domingo 18 de mayo el querido rector Juan de Dios Vial Correa cumpliría 100 años. Buen momento para que lo vuelvan a recordar quienes lo conocieron en vida y para que lo puedan apreciar quienes no lo hicieron. Y también, para repensar las universidades chilenas, no en su financiamiento o propiedad, no en la burocracia o el papeleo, sino en su esencia y compromiso vital.