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Cristián Salineros recibe el Premio a la Creación Artística UC


El académico de la Escuela de Arte se ha destacado como escultor por el uso del espacio público, y su reflexión de las artes como una herramienta para humanizar nuestro entorno.

Escultura metálica, tubular, de pintura negra, en primer plano. Detrás, escultor de la obra mirando de frente, en una sala de exposición.

photo_camera Cristián Salineros también ganó el Premio Altazor en el año 2003. Crédito: Karina Fuenzalida.

En su casa, los objetos eran mucho más que algo decorativo. Cuando vivía en Teatinos o más tarde en una villa estatal cerca de la calle Padre Hurtado, Cristián Salineros encontraría sus primeras nociones de creatividad a través de los inventos de su padre. No los vería como piezas de arte en sí. No. Para eso faltaba mucho tiempo. Pero, desde pequeño, el académico de la Escuela de Arte sentiría un fenómeno único en esa experiencia de juntar materiales y construir cosas.

“Dedicarme a la escultura viene de varias influencias. Especialmente, de esta relación con mi papá de explorar materiales y crear algo. Él -si bien es ingeniero metalúrgico-, era un tipo muy creativo. En mi casa muchos de los objetos que habían los hizo él. Esa fascinación por probar y fabricar elementos siempre fue muy gozosa para mí. Hoy, creo que cuando uno construye cosas es cuando más humano se siente”, dice Cristián Salineros, quien este año recibe el Premio a la Creación Artística, otorgado por la Dirección de Artes y Cultura UC.

En esta versión 2021, el jurado presidido por el Prorrector Guillermo Marshall analizó las postulaciones de los artistas académicos en la UC, siendo finalmente Cristián Salineros el elegido. Este premio se realiza desde el 2012, con la meta de reconocer la trayectoria artística del profesorado universitario y su impacto en el país.

“Siempre le he tenido mucho respeto a la universidad como institución académica, que genera pensamiento crítico, así que estoy muy contento con esta distinción. Sobre todo en momentos en que la inestabilidad y la incerteza del mundo es tal, es súper importante que te digan que estás haciendo las cosas bien", dice Salineros. 

En obras como Plegar el Paisaje, ubicada en Lo Barnechea, Salineros demuestra su preocupación por hacer del espacio público algo que humanice y se integre a la naturaleza geográfica de un territorio. Crédito: Benjamín Matte.

"El arte es fundamental en la sociedad, más aún en estos tiempos. Cuando regrese lo presencial, el rol del arte va a ser ese: que la gente vuelva a encontrarse, y a pensar emocionalmente desde el mundo que nos rodea y desde el otro" - Cristián Salineros, académico UC.

El académico -graduado en Bellas Artes con especialización en Escultura en la Universidad Arcis-, también fue el ganador del Premio Altazor 2003, y ha obtenido en tres ocasiones el primer premio del Ministerio de Obras Públicas para el desarrollo de obras de emplazamiento público y permanente. Pero, pese a ese éxito en su carrera, Salineros ve en la elección de ser artista un acto casi demencial, especialmente en tiempos en que pareciera no valorarse tanto el aporte que realiza la cultura a la sociedad.

“Dedicarse de manera seria y profesional a la práctica de las artes es un poco una locura. Todas las áreas del desarrollo humano son fundamentales, pero hay disciplinas como las artes en que es difícil apreciar su productividad, no es tan cuantificable de buenas a primeras. Las políticas entorno a la cultura en este periodo pandémico han estado bastante ausentes por eso, no ha habido una ideología de resguardar el patrimonio que las artes construyen. Desde el Ministerio de las Culturas no veo que haya demasiada protección, han habido recortes presupuestarios, los fondos para el desarrollo y producción de las artes visuales se han ido achicando sustancialmente. No se ha tenido el espíritu de valorar eso”, dice Salineros sobre este periodo en que el coronavirus significó un golpe directo para las plataformas de encuentros artísticos.

 

Paisajes en Reserva es una de las obras en que Salineros utilizó sus recuerdos de juventud, en Dictadura, como fuente de inspiración. Crédito: Álvaro Mardones.

Arte en tiempos de crisis

Desde el 2012, Cristián Salineros es el director del Programa Internacional de Artistas Invitados de la Escuela de Arte en la UC. Su propia carrera lo ha llevado a compartir con creadores de distintas latitudes, recibiendo en 2003 la beca Academic Interchange Scholarship otorgada por el DAAD (Servicio Alemán de Intercambio Académico), para realizar estudios de postgrado en la Kunstakademie de Düsseldorf, Alemania. Allí desarrolló proyectos bajo la tutoría de los profesores Daniel Buren, Magdalena Jetelovà y Rita McBride, obteniendo la equivalencia a la Maestría en Artes Visuales y espacio público.

El destacado escultor dice que pintar nunca se le dio mucho, sin embargo la exploración de la materialidad, el volumen y el uso de espacios fue lo que marcó su camino en las artes visuales.

“Siempre he tenido afinidad a las artes, pero probablemente mi decisión de dedicarme a esto es una reacción a un periodo de este país que me llevó a buscar herramientas de resistencia a través del pensamiento crítico y la creación. Pasé casi toda mi juventud en Dictadura, y la idea del espacio suprimido y controlado de esa época, del control del cuerpo, están relacionadas con lo que ahora es mi propia producción artística”, cuenta sobre los impulsos tras su obra.

Para Órdenes Sistémicos, creada en 2018, Salineros utilizó acero galvanizado y pintura electroestática.

Se puede ver esa motivación en su carrera a través de obras como Órdenes Sistémicos, por ejemplo, y también en Paisaje en Reserva, donde el escultor utilizó aquellas imágenes de su juventud para inspirar sus esculturas.

Paisaje en Reserva viene de un recuerdo muy vívido que tengo de cuando era niño y oía la Radio Cooperativa, donde era normal que se hablara de los cortes de luz o bombas en torres de alta tensión. Ese proyecto viene de ahí, de esa idea de las torres suspendidas, en horizontal, como un recuerdo de aquellos acontecimientos que yo construía en mi cabeza a partir de lo que oía en la radio”, dice.

A través de la escultura, Salineros ha participado en múltiples ferias de arte contemporáneo, con muestras en Latinoamérica, Europa, Norteamérica, y Asia. Entre ellas, destacan las exhibiciones desarrolladas en la Kunstverein de Göttingen, Alemania; en la Riffe Gallery, de Ohio, Estados Unidos; en el Museo DKM, Duisburg, Alemania; en el Museo de Arte Contemporáneo de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia; y en la Galería Patricia Ready, Chile, entre muchas otras. 

Además, ha presentado ponencias sobre arte contemporáneo y educación a nivel nacional e internacional, participando también en múltiples residencias artísticas, como  en el Mosam Art Museum en Corea del Sur y la residencia del Museo de Arte Moderno en Chiloé, Chile, entre otros.

Pese a que esa actividad y rutas de exhibiciones hoy están físicamente congeladas, Salineros confía en que estos meses de reflexión y adapaciones servirán para que la comunidad artística regrese con esa fuerza catártica que traen las grandes crisis.

“El arte es fundamental en la sociedad, más aún en estos tiempos. Los conversatorios han sido una de las cosas más interesantes desde las artes visuales en este periodo. Esta condición de encierro sí ha posibilitado una especie de diálogo extendido que antes se daba menos. El mundo artístico va a producir una catarsis. Esta obligación de mutar y transferirnos a otras plataformas nos dio otra manera de socializar el arte, y esperemos que eso quede después. Cuando regrese lo presencial, el rol del arte va a ser ese: que la gente vuelva a encontrarse, y a pensar emocionalmente desde el mundo que nos rodea y desde el otro", dice Salineros. 


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