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Destacan el rol de los trabajadores sociales en el ámbito de la educación


Encuentro realizado por la Escuela de Trabajo Social planteó una serie de reflexiones sobre el aporte de esta disciplina al escenario escolar. Como contexto, en Chile se analizaron hitos como la ley de Inclusión y se abordó la necesidad de que los profesionales apoyen a los estudiantes en sintonía con la comunidad educativa a la que pertenecen.

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photo_camera Archivo UC

Los trabajadores sociales, tal como señala el nombre de su disciplina, aportan en múltiples ámbitos relevantes para quienes constituyen la sociedad. Uno de ellos es la educación, donde es particularmente importante la etapa de formación en contextos escolares. En un encuentro organizado por la Escuela de Trabajo Social UC se abordó el tema en sintonía con el contexto chileno, que da cuenta de que nuestro país es el segundo más segregado en educación (PISA)

La organizadora del encuentro fue la académica de la Escuela, Alicia Razeto, quien se refirió a la incidencia de las visitas domiciliarias para aumentar la participación de los padres en la educación de sus hijos. Pero el diagnóstico inicial estuvo a cargo de Nicole Cisternas, directora de Política Educativa y Estudios en Educación 2020, quien expuso sobre “Trabajo social y la escuela: los desafíos de la Ley de Inclusión”.

Cisternas manifestó que existen diversos organismos internacionales que dan cuenta de las problemáticas que existen en el escenario actual. Por ejemplo, explicó que el PNUD ha dado cuenta de que los altos cargos en el mundo laboral provienen mayoritariamente de aquellos colegios más prestigiosos. Al respecto, señaló que los trabajadores sociales inciden en este tipo de realidades que afectan a las escuelas y se vinculan a políticas públicas. 

“El rol de la educación pública es la equidad”, aseguró y manifestó que en el contexto escolar este atributo es puesto en riesgo. Sobre el ámbito de financiamiento, explicó que “más del 30% de las escuelas chilenas no logran pagar su planta docente. Si una escuela se financia por asistencia tiene gastos fijos, pero el ingreso es variable”.

En este sentido, dijo Cisternas, algunos de los ejes de preocupación de Educación 2020 son la “cobertura, calidad, equidad, inclusión y educación pública”. Al respecto, expresó que Chile posee un modelo de mercado único en el mundo, donde existe una competencia por la subvención. Es así como el debate al respecto ha girado en torno a conceptos como copago, selección y lucro. “El copago es una barrera contra la equidad”, argumentó.

De esta manera, expresó, la “ley de Inclusión prohíbe copago, lucro y selección. Si bien es beneficiosa, la educación pública está tan alicaída, que se podrían generar incentivos para entrar”. Actualmente, ilustró, más de dos millones de estudiantes asisten a escuelas gratuitas. Relató además algunas soluciones planteadas en el ámbito de selección, tales como “el software de selección aleatoria que ha probado en Magallanes”.

 

Comunidades educativas y apoyo en el hogar

La directora de la Escuela de Trabajo Social UC, Carolina Muñoz emitió algunas palabras sobre el encuentro. La académica se refirió a diversas visiones de investigadores del tema y citó que “los trabajadores sociales de escuela toman lo que los profesores abandonan”. Agregó que el rol que se ha debatido al respecto apunta a un foco de trabajo que potencia la interacción en las escuelas, la comunidad y los niños. Además, señaló que los trabajadores sociales aportan a que los alumnos den “su máximo potencial a través del uso efectivo de las oportunidades educacionales”.

Sobre esta temática profundizó la organizadora del encuentro, Alicia Razeto, quien expuso la presentación “La visita domiciliaria en educación como estrategia de intervención para incrementar la participación de los padres en la educación de sus hijos” apuntando a cuál debe ser el rol de los trabajadores sociales en las escuelas.

Al respecto, citó el “Council Americano para School Social Work”: “Los trabajadores sociales apoyan a los niños y sus familias, a través de la examinación de aquellos factores del hogar, escuela o  comunidad que están impactando en el éxito educacional del estudiante y los apoyan en la reducción de aquellas barreras para el aprendizaje”.

Agregó que las familias son actores claves en pos de la “relación y apoyo que prestan al estudiante; la participación e involucramiento en la escuela; y las expectativas positivas que sostienen ante la escuela y profesores”.

Adicionalmente, se refirió a autores que plantean que el hogar es un espacio valioso de aprendizaje (Allen, Tracy, 2004, 2009). Como definición de visita domiciliaria, Razeto planteó que se trata de un proceso donde un visitador, que en este caso puede ser un trabajador social, brinda un servicio de apoyo a un grupo familiar en su hogar. 

La académica citó un estudio de 2015 que analiza las prácticas de las escuelas municipales para aumentar la participación de las familias, enfocado en entrevistas a 42 directores de 29 escuelas básicas de la Región Metropolitana y 33 trabajadores sociales de escuelas en cuatro comunas. Entre los resultados se encontró que algunas de las estrategias de promoción de participación de las familias remiten a realizar actividades de diversa índole (deportivas, artísticas, recreativas, etc).

Otras instancias de encuentro corresponden a contextos más formales como reuniones, citaciones o centros de padres. La formación integral de padres, las visitas domiciliarias y el uso de tecnologías también destacaron como estrategias utilizadas.

El segundo año del estudio, 2016, tuvo como objetivo profundizar sobre las visitas domiciliarias. Entre las situaciones que originan las visitas se consideró: inasistencia escolar, riesgo para el estudiante (vulnerabilidad), verificación de condiciones de vida del alumno, renovación de beneficios o problemas conductuales. Razeto reflexionó sobre los componentes que llevan a calificar una visita como exitosa y los objetivos que estas persiguen, tales como evaluar las necesidades del niño o mejorar la relación entre las escuelas y las familias. En este ámbito abordó también la frecuencia de las visitas, canales de información para solicitarlas y el material necesario para este contexto.

La investigadora enfatizó a la vez, sobre algunas decisiones éticas respecto de las visitas, tales como –en algunos casos- no avisar de la visita en pos de la naturalidad de la familia, versus advertir la visita, lo que puede generar un recibimiento más positivo; y la necesidad de mantener una relación sincera entre los involucrados.

Finalmente, la académica se refirió a las características del cierre de este proceso y los cambios que busca lograr: cercanía con el niño y la familia; percibir preocupación de los actores educativos; aumentar redes sde apoyo para las familias; mejorar asistencia a clases y promover la participación de los padres en la educación.

Actualmente, señaló, está en curso una tercera parte del estudio, la cual se orienta a “verificar si la puesta en marcha de un programa de visitas domiciliarias genera efectos en el aumento de la participación de los padres en la educación de sus hijos”, a través de un programa de visitas de cinco sesiones a una muestra de familias de estudiantes de una escuela vulnerable.

 

Otros temas abordados en el seminario:

- “Más allá del protocolo: la lucha contra el ausentismo escolar en centros españoles de atención educativa preferente”, Manuel del Río, profesor del Departamento de Sociología de la U. de Sevilla 

- “Articulando la relación familias-escuelas, sus tensiones y desafíos. Aproximaciones desde investigaciones sociales en contextosescolares”, Mahía Saracostti, City University of New York

 

 

INFORMACIÓN PERIODÍSTICA

Violeta Bustos, Dirección de Comunicaciones, vsbustos@uc.cl


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