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Ecólogos UC publican trabajo sobre innovación y crecimiento de la población humana


Según los investigadores, es fundamental la transición hacia tecnologías limpias y favorables, que frenen amenazas como la deforestación o desertificación, y que impulsen medidas de mitigación, restauración y conservación ecológica, manteniendo de esa manera los servicios ecosistémicos con buena salud.

La “ecología humana” analiza al ser humano dentro de las reglas y procesos ecológicos que permiten evaluar las diferencias de nuestra especie con las demás. Esta aproximación teórica ayuda entonces a comprender cómo logramos alcanzar los inmensos números poblacionales y gran dispersión a escala global; y cuáles son las consecuencias que nuestra especie implica en la alteración de tales reglas, no sólo para las demás especies, sino para nuestra misma sostenibilidad en el tiempo.

El trabajo de los ecólogos UC, Vanessa Weinberger y Pablo Marquet, y de Cristóbal Quiñinao, recientemente publicado en Philosophical Transactions of the Royal Society, desarrolló un modelo matemático que proyecta los posibles escenarios para la humanidad en el futuro, combinando los efectos del tamaño de la población sobre los servicios ecosistémicos, la cultura y la innovación tecnológica.

Nuestro modelo planteó que podían ocurrir tres grandes escenarios principales, y las condiciones en que se forman son en función del tipo de tecnología a emplearse (sucia vs. limpia) y la tasa de innovación o generación de tecnología. Según el modelo, el ser humano puede: (i) extinguirse; (ii) mantenerse con números poblacionales limitados, en función de la disponibilidad de los servicios ecosistémicos; o (iii) llenar el mundo de humanos”, explicó la investigadora Weinberger.

El modelo muestra que el desarrollo de tecnologías que logren minimizar el impacto por sobre los servicios ecosistémicos es clave para la sustentabilidad de la especie humana.

Complementar el desarrollo de la sociedad humana a través de la implementación de medidas más prudentes (ecológicamente hablando) y/o de discutir un proyecto de nación, región y especie que pongan en la balanza la importancia del capital natural en el sostenimiento de nuestras actuales sociedades humanas, es fundamental para una buena calidad de vida en equilibrio con el entorno”, puntualiza Weinberger.

Como recalca el profesor Marquet: “Es fundamental la transición hacia tecnologías limpias y favorables, que frenen amenazas como la deforestación o desertificación, y que impulsen medidas de mitigación, restauración y conservación ecológica, manteniendo de esa manera los servicios ecosistémicos con buena salud”.

Finalmente, el ecólogo senior concluyó que “Chile podría estar mejor si utilizara las tecnologías no solo para producir capital monetario, sino también para lograr una sustentabilidad social y ambiental en beneficio de las comunidades, es decir, capital social”.

 

 


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